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Palacio de Tokapi.



La tensión en la mesa era más que obvia, luego de las presentaciones habían ido al jardín para compartir una comida “familiar” entre charlas y malas miradas pasó la tarde, al día siguiente el sultán partió a primera hora hacia el palacio de caza donde dos días después partiría a la campaña junto a su hijo mayor, el palacio quedó bajo la protección de un pasha de confianza, las hermanas del sultán se quedaron en el palacio, el harem estaba a cargo de la madre sultana, el príncipe y el rey fueron junto al sultán brindándole el 70% de los hombres que los acompañaban, ademas a palabras del rey no iba a dejar que la primera guerra de su nieto el no estuviese presente.

En el palacio Ana Bolena trataba de no coincidir con la sultana Melek y su madre, sabía que era un pelea perdida, pues sabía bien que su hija Isabel no la defendería.

Mientras el sultán había llegado al palacio de caza en la mañana, en estos momentos se encontraba junto a Ibrahim viendo hacia el jardín desde el balcón de su habitación.

-Su majestad partimos mañana a primera hora.- le informó el pasha al sultán.

-Bien.- respondió el sultán, cuando vio a una joven caminando por los jardines.- ¿Quien es ella?.- preguntó con curiosidad el sultán.

-Es una esclava Italiana llegó hace poco.- informó Ibrahim viendo a su sultán.

-¿Que edad tiene?.- preguntó nuevamente el sultán viendo a la joven desaparecer.

-Al parecer tienen veinte años sultán.- mencionó el pasha.- Disculpe mi curiosidad, ¿Pero a que se debe su curiosidad por la joven?

-Pide que la preparen para esta noche.- mencionó el sultán.

-Pero sul….- una mirada del sultán lo hizo callar, hizo una reverencia y salió, luego de dar la orden a la encargada salió a escribir una carta para su sultana y amiga.



Sultana Melek


Le escribo para informarle que el sultán mando a pedir una concubina para esta noche, haré lo que esté en mi alcance Para evitar un posible embarazo, también mandaré a investigarla.

Ahora me dirijo a ti como un amigo, no te alteres sabes bien que no importa cuanta mujer cruce por su cama, tú siempre estarás en su corazón. No te preocupes por nada, lo tengo todo casi resuelto.
                
    Atentamente: Ibrahim Pasha.


Dicha carta llegó al palacio al día siguiente.

Mientras en los aposentos de la sultana Melek se encontraba esta misma frente a las criadas que recientemente habían llegado, algunas más jóvenes que otras, en ese momento se encontraba con su madre y su hija, buscando la concubina perfecta para su hijo cuando llegara de la campaña.

Paso a paso firme y elegantes frente a las concubinas hasta que una que se veía bastante joven llamó su atención.

-¿Como te llamas?.- preguntó la sultana cuando llegó frente a la joven.

-Anastasia, sultana.- mencionó en un susurro la joven. La sultana hizo una seña a Firial para que se llevara a las demás concubinas.

-¿Cuantos años tienes?.- preguntó esta vez Catalina de Aragón.

-15 su majestad.- volvió a responder la infante.

-Bien a partir de ahora te tomaré como aprendiz.- dijo tomando suavemente el mentón de la joven.- Aprenderás nuestras costumbres, nuestras tradiciones.

-Sultana por favor solo quiero regresar con mi familia.- dijo sollozando la menor.

-Es algo que no puedo hacer.- dijo la sultana.- Independientemente la forma en la que llegaste aquí no definirá tu estadía en este lugar.- dijo caminando hasta su diván para tomar asiento y haciéndole una seña a las presentes de hacer lo mismo, su madre se sentó a su lado y su hija en el asiento más cerca.- En este palacio tienes la oportunidad de entrar como una esclava y terminar como sultana.- dijo viendo a la joven.- Para eso debes de ser fuerte e inteligente, tu belleza conquistará más de un corazón, sin embargo eso no sirve de nada si eres prepotente.- hizo una pausa viendo a la joven que lloraba a mares.- En este palacio a la más mínima muestra de debilidad la usarán en tu contra, no dejes que nada te afecte, si vas a llorar que sea en un lugar donde nadie te vea.- la puerta fue tocada e hizo una señal para que la abrieran, por ella entró sumbul con una carta en mano.- ¿Sumbul que traes ahí?.- preguntó la sultana parándose.

-Es una carta de Ibrahim Pasha para usted sultana.- comentó haciendo una reverencia y extendiendo la carta.

-Gracias Sumbul, puedes retirarte.- el eunuco hizo una reverencia y se marchó.- Bien cómo iba diciendo de tomarte bajo mi tutela.- dijo abriendo el sobre mientras miraba a la menor.- Aprenderás de mi, y cuando mi hijo llegue de la campaña irás con el, tu misión es sacar a esa odiosa concubina de su mente y corazón, para eso debes de ser algo más que una cara bonita.- miro la carta y leyó su contenido, rompiéndole el corazón sin embrago algo que no demostró.- Debes de saber que aunque mi hijo se enamore de ti eso no significa que no tendrá otras mujeres, pero como ya te dije es algo a lo que no debes de demostrar dolor.- hizo una pausa y le pasó la carta a si madre.- Lale dile a Sumbul que venga.- ordenó.- desde ahora vendrás todas las tardes para tus lecciones, trata de no meterte en problemas.- la puerta se abrió y Sumbul entró.- Sumbul llévala al área especial de ahora en adelante es mi protegida, llévala a ver las telas para que se haga nuevos vestidos, y comunícales a todos que tengo una nueva protegida.- con una señal Sumbul salió con Anastacia detrás.

-Madre ¿Que decía la carta?

-Tú padre pidió a una concubina nueva anoche cariño, lo más seguro es que mañana llegue aquí.- abúsela e hija se sorprendieron por la tranquilidad que esas palabras salieron, sin embargo ambas sabían que solo era una máscara la cual se derrumbaría cuando la dejaran sola.

Fuera de los aposentos Sumbul guió a Anastacia hacia el palco de las protegidas.

-Espero y aproveches esta oportunidad bien.- dijo Sumbul viendo a la joven.

-¿Por qué?.- preguntó ingenua la joven.

-Ay niña.- suspiro Sumbul.- La última protegida que la sultana tuvo término siendo esposa de su hermano, princesa consorte de Inglaterra, llegó como tú siendo una esclava, y ahora está a nada de convertirse en reina consorte de Inglaterra.- dijo y salió dejando a la joven sorprendida.

Por otro lado en los aposentos de Ana se encontraba mirando por la ventana cuando su dama entró con una carta.

-Mi señora acaba de llegar esta carta, viene de parte de ella.- dijo con la mirada baja.- Rápidamente Ana tomó la carta y leyó el contenido, que resumidamente decía que ella ya había ido con el sultan, el cual ordenó a unos guardias que la llevaran al palacio, ya que era una nueva favorita. Dicha noticia hizo sonreír a Ana, al fin el destino jugaba a su favor.

-Brigert, quiero que llames a la modista para que haga unos cuantos vestido, ella logró meterse a la cama del sultán y pronto estará aquí.- mencionó con una enorme sonrisa.- Mi hija pronto se convertirá en sultana.

























Espero que les haya gustado este capítulo, gracias por su apoyo, Los amo<3

















Créditos: Lissette411 <3


La Sultana MelekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora