Palacio de Topkapi
Sultana Melek
Luego de la charla con sus hermanos quedó sola en sus aposentos pensando en sus próximos movimientos, no podía ser impulsiva pues esto podría arruinar todo, no se iba a arriesgar a ser exiliada del palacio por un mal movimiento. Al pasar las horas no había salido de sus aposentos, sus hijos estaban con sus abuelos y tíos, puesto que no se tendría que preocupar por ellos, los menores de encintaban con sus respectivas nodrizas y criadas.
Al caer la noche Sümbul le aviso que el sultán pidió por ella, cosa que le pareció extraña, pues la madre sultana había preparado una fiesta privada al sultán con distintas concubinas incluyendo en ellas a Philipha. Con una clara idea de que esa noche sería de todo menos una noche de placer se dirigió hacia los aposentos del sultán, sin siquiera molestarse por cambiar su atuendo.
Al llegar a la puerta fue recibida por Ibrahim Pasha.
-Sultana.- el hombre hizo una reverencia cuando la mujer estuvo frente a él.
-Ibrahim Pasha.- asintió con la cabeza correspondiendo el saludo.- El sultán me espera.- luego de decir eso el Pasha dio la vuelta y anunció su entrada.
Al entrar se encontró al sultán parado en medio de sus aposentos, sin siquiera bajar la cabeza o mostrar alguna otra emoción, aparte de la indiferencia, se acercó hasta el sultán.
-¿Me mandó a llamar?.- dijo viéndolo fijamente a los ojos.
-Así es.- suspiro el hombre.- ¿Hay algo que te disgusta?.- preguntó acercándose a su escritorio para luego tomar asiento en su silla.- Noto en tu mirada que algo te perturba Melek, háblame, ¿Qué es?.
-¿Es enserio?.- preguntó sarcástica la sultana.- Enviaste a otra mujer al harem.
-Así que es eso.- murmuró el sultán, sin embargo la sultana lo escuchó perfectamente.
-¡Claro que es eso!.- gritó colérica la sultana.-¡¿Que más sería?!.
-Melek.- dijo en tono de advertencia el sultán.
-¡No! ¡No uses ese tono conmigo! ¡Estoy harta, harta de tener que soportar esto!
-Sabías cuáles eran las reglas cuando aceptaste casarte conmigo.
-Porque era una niña estupida, cegada por la idea de que eras el amor de mi vida. Te acepté a Mahidevran, acepté a Mustafa como si fuera mi propio hijo, acepté criar a los dos hijos de tu concubina rusa, acepté que tuvieras un harem, pero me cansé.
-Melek son las leyes del harem, las sabías y aceptaste todo lo que venía conmigo.
-¡Era estupida!
-Cuida el tono, que no te olvides que sigo siendo tú sultán.-
-¿Mi sultán? ¡¿Mi sultán?!.- gritó la sultana.- Recuerda que no llegué a este palacio como esclava, y ni nací en este palacio, soy una mujer libre, que tiene una nación esperando su regreso, Soy nieta del fundador de la honorable casa de Tudor, vengo de un linaje de grandes, tanto como tu soy hija del gobernador de una nación, tengo sangre real tanto como la tienes tú.- se acercó cara a cara con el sultán.- En vez de ser mi sultán deberías de ser mi esposo.- volvió a su posición inicial.- Pero al parecer ese papel te queda grande, organiza tus prioridades Suleiman, porque si continuas por ese camino me perderás.
-Melek.- dijo en un susurro el sultán.
-No, no, no.- suspiro la sultana.- No digas nada, solo no hables.- dio media vuelta y se dirigía a la puerta.- Solo te diere que tienes que cuidar tu entorno.
-¿Que dices Melek?.- preguntó el sultán incorporándose.
-Descúbrelo.- la sultana miro al sultana.- Después de todo eres el Gran Sultán Suleiman El Magnífico. Solo te dire que espero no sea muy tarde cuando lo descubras, porque juro por la memoria de mi abuelo que no estaré para sostenerte cuando te enteres de las verdades ocultas en las paredes de este palacio.
Y sin más salió de los aposentos dejando a un muy pensante sultán.
Al pasar por el harem eran pocas las que quedaban despiertas, entre ellas Pilipha la cual se encontraba con Bridgert, la criada de confianza de Ana Bolena.
-Vaya, al parecer alguien no tendrá una buena noche.- dijo con tono de burla Pilipha.
-Te compadezco por eso.- dijo la sultana.
Sin escuchar más siguió rumbo a sus aposentos para tratar de conciliar el sueño.
Al día siguiente luego de una noche de insomnio la sultana, luego de arreglarse fue a ver a sus hijos menores, bueno sus hijos adoptivos, luego siguió visitándolos por órden de edad, pues así estaban organizados sus aposentos.
Decidió pasarse el día aislada de todos, procesando sus siguientes movimientos, sus padres intentaron hablar con ella sin embargo declinó sus peticiones, al igual que con sus hermanos, sus hijos pasaron algo de tiempo con ella, pero solo ellos la vieron en el día. Al llegar la noche, tenía casi clara su respuesta, luego de cenar, Sümbul entró a sus aposentos.
-Sultana.- Sümbul hizo una reverencia.- Mi sultana le tengo noticias.
-Dime Sümbul.
-Mi sultana.- hizo una pausa.- Me ha informado Nigar que…- la miró esperando una respuesta que llego en forma de asentimiento.- El sultán mando a llamar a la concubina que llegó desde el palacio de caza, Philipha hatun.
Con esas últimas palabras la sultana obtuvo la respuesta a la incógnita que le carcomía la mente. Y que Dios, Allah y todos los Santos se apiaden de aquellos que algún momento hicieron sentir mal a Elizabeth de Tudor, pues Elizabeth haría llorar sangre a aquellas personas por las que algún día ella derramó alguna lágrima.
Espero que les haya gustado este capítulo, gracias por el apoyo🥺, ya casi llegamos a las 100k de lecturas:D, estoy más que feliz por eso y por qué les gusta esta historia hermosa que nuestra autora Lissette411 nos hace:3, les agradecemos demasiado.

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La Sultana Melek
FanfictionSoy la sultana que el sultán Suleiman olvidó por un tiempo, pero después volví, en frente de mis enemigos y de todos mucho más fuerte y poderosa. ¡ATENCIÓN SU EXCELENCIA HASEKI MELEK SULTAN ESTÁ AQUÍ! Soy la sultana más poderosa de este imperio...