Atraviesa la verja de la casa de Traian con la naturalidad y la tranquilidad habitual, no hay nada extraño en el aire y parece que esa va a ser una noche tranquila. Según Viorel las respuestas a la historia del Rey y los sucesos con la torre humana están siendo bastante favorables, están sirviendo para empujar un poco más la causa, y eso es bueno, así que llevan unos días dejando que todo cuaje antes de dar el siguiente paso. Alina está ansiosa por continuar, pero también aprecia esa calma, no tienen planes de conspiraciones en marcha.
—¡He llegado! —anuncia subiendo las últimas escaleras a la habitación de Traian.
—Lo he notado, tienes la discreción de un elefante en una chatarrería —contesta él divertido. Se da la vuelta para mirarla, y deja de entretenerse con el movimiento de las llamas en la chimenea.
—¡Ey! Esa expresión es actual, te estás modernizando —bromea Alina acercándose a él. Pone sus manos en las mejillas de él y se alza para besarlo—. Estoy orgullosa, majestad.
—No soy ningún niño —gruñe Traian ante esas palabras de ella.
—Al contrario, eres más como un abuelillo sabio —responde la mujer con diversión.
—Si eso es todo a lo que has venido, puedes marcharte antes de que se me agote la paciencia —refunfuña, apartando las manos de ella de su rostro.
Alina ríe un poco y niega.
—No he venido a eso —asegura abrazándolo por la cintura—. Estoy feliz.
—Ya lo veo. ¿Qué hay de especial hoy? —indaga Traian, aguantando un poco el estrujamiento.
—Todo va perfectamente. Las noticias vuelan, la gente se cree tu historia, la verdadera, hay algunos que quieren que aparezcas ya... y lo de la torre, ha funcionado a la perfección con los humanos —le cuenta soltándolo y sentándose en el respaldo del sofá—. Así que todo marcha muy bien.
—No se trata de que la crean, no ahora, se trata de que la reconozcan los que la vivieron y salgan de sus escondites para luchar —la corrige el Rey.
—Lo sé, pero si la gente lo cree la historia vuela por Internet, todos lo comparten y acabará saliendo de la red a las pocas revistas que haya o periódicos, o en la radio, así que vamos por el buen camino —explica—. Si la gente pensara que es un bulo más caería en el olvido.
Traian la mira preocupado.
—Pensaba que estaba encriptada, si todo el mundo accede a ella y lo comenta, sabrán antes de lo que queremos que se acabó el retiro —dice señalando su alrededor.
—Y lo está, sólo la gente que más nos interesa ha sabido desencriptarla y llegar a la información. Ellos saben a quién pueden o no pasarla. De todas formas Viorel está vigilando para que no llegue a oídos que no debe llegar —asegura cogiendo su mano para tranquilizarlo.
—De acuerdo. Ese contratiempo podría dificultar las cosas —le recuerda aunque confía en sus palabras y decide sentarse en el sofá sin soltar su mano.
—Lo dificultaría mucho —concuerda. Si se supiera ella estaría en muchos problemas, más de los que tendría Traian seguramente—. Pero hemos ido con cuidado todos.
—Eso espero —contesta Traian.
Ella asiente, se inclina hacia adelante, lo insta a mirar hacia ella y une sus labios en un beso lento y largo.
— Todo saldrá bien.
—Así es —confirma él.
La besa con pasión, dispuesto a disfrutar de ella esa noche, pero tiene que detenerse con alarma cuando siente que muchos vampiros entran en la casa, la última vez que revisó los alrededores, cuando esperaba a que llegara ella, no había nadie.
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Vicio y Sangre
VampireEn un mundo de sangre y caos, el trabajo de Alina es el más sencillo, abastecer al rey vampiro caído de cada vicio que precise, no debe acercarse, no debe preguntar... El único objetivo de Traian es olvidar su pasado e ignorar el caos y la muerte qu...