24. Control

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Está caminando hacia la salida junto con Alina y Viorel a fin de llevarlos a cazar cuando ocurre. La sirena de alarma comienza a sonar con fuerza y los humanos que les abrían paso, pero todavía avanzaban hacia donde fueran se detienen asustados por un instante hasta que se oye un grito.

—¡Han entrado! ¡Han entrado! ¡Correeed!

Como si fuera una comanda mental, todos empiezan a correr, algunos con un objetivo, otros sólo con pánico. Traian suelta un gruñido disconforme por ese contratiempo, sabe que va a ser un verdadero caos, al fin y al cabo ahí viven familias con niños.

—Viorel, ves a ayudar con la informática, habrá que mudarse cuando el ataque acabe. Alina, si te has dejado algún arma, es tu oportunidad de correr antes de luchar —les ordena.

Ella niega con la cabeza ya poniéndose alerta.

—Tengo todo encima —dice con una pistola en su mano derecha y un cuchillo en la izquierda, ha estado practicando para poder usar ambas a la vez, es bastante buena en ello a decir verdad.

—Tienes todo para salir a jugar —la insta el Rey con un ademán de la mano, y ve que Viorel se aleja corriendo por el pasillo sin rechistar.

La vampira sonríe, asiente y camina hacia la salida, o la entrada para esos intrusos. No tiene que adelantarse mucho para toparse con los primeros. A pesar de tener algo de sed y de que ellos seguramente se hayan alimentado bien antes, es más rápida y fuerte, dispara a uno en la cabeza y lo degolla con habilidad, impregnándose la ropa de sangre, y se dirige sin tomarse un segundo a por los otros dos que le siguen, comenzando una lucha algo más duradera, pero con resultado similar para esos pobres desgraciados. Mata al segundo justo cuando Jöel y algunos cazadores más se unen a ellos, en el mejor momento, ya que los vampiros han empezado a llenar esa sala principal.

—¡No podemos dejar que pasen hasta que no estén todos a salvo! —les dice Jöel mientras ataca.

Traian se contiene de rodar los ojos, pues no sería algo digno de él, pero le parece un gasto de palabras para algo tan obvio. Se acomoda apoyado en una pared un poco más atrás y observa la lucha, cuando algún vampiro está cerca de vencer en la pelea contra los humanos, lo inmola, y son más de los que hubiera esperado, parece que están bien organizados para lo que ha visto hasta el momento en sus paseos por la ciudad. No obstante, con quien tiene más cuidado es con Alina, mientras que con los demás mata a los rivales casi con aburrimiento, con ella se sobresalta un poco desde que en un descuido por ayudar a otro le hacen un corte en el brazo; a partir de ese momento se endereza para estar más atento, aunque un corte no va a matarla, mientras mantenga la cabeza unida al cuerpo todo más o menos es sencillo de arreglar.

Pasados unos minutos tiene que apartar la mirada de la lucha cuando su mente alerta capta nuevos gritos, una nueva corriente que sigue hasta dar con la causa.

—Han entrado por la salida de emergencia —dice, haciendo que su voz también resuene en la mente de Jöel para asegurarse de que lo escuche.

—Joder —maldice el humano—. Vosotros cinco, conmigo —decide rápidamente. Mira a Alina unos segundos, sabe que ella puede aunque sólo cuente con la ayuda de dos más de los suyos, y luego está Traian—. Tened cuidado —dice antes de alejarse.

Alina asiente mientras termina con el vampiro con el que estaba luchando. Respira agitadamente, está cubierta de sangre, la mayoría no es de ella por suerte, pero está lejos de sentirse cansada y con el siguiente que tiene cerca acierta a agarrarlo por el cuello, clavarle el cuchillo en el pecho y beber antes de que muera del todo cogiendo aún más fuerzas. Que Jöel se haya ido dificulta un poco las cosas, sobre todo porque tiene que estar pendiente de que esos humanos no sufran daños y porque por alguna razón los enemigos no paran de llegar, es como si el ataque estuviera planeado, y supieran cómo entrar.

Vicio y SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora