Detiene la piragua en medio del lago y toma una honda respiración. El agua se ve completamente oscura, no puedes ni imaginar qué te está pasando por debajo en ese momento, es misterioso, es excitante. Sabe que el piragüismo no es un deporte muy atrevido, para un vampiro ni siquiera es una actividad que suponga un reto físico, pero es relajante, o al menos a ella se lo parece. Echa un vistazo al cielo plagado de estrellas, está más oscuro que de costumbre con la Luna nueva, le gusta, es más tranquilo todo.
—¡Te está costando mucho llegar! —le grita a Viorel girándose para mirarlo con una sonrisa divertida, a su amigo no le gusta tanto como a ella, pero la acompaña en muchas ocasiones.
—¿Llegar a dónde? —replica su amigo y suelta un bufido—. Estamos dando vueltas en la nada negra. Vamos a jugar al billar, o a hacer parapente, o escalar un edificio y follemos en la azotea.
—No sabes apreciar la nada, Viorel —protesta ella y suelta una relajada risa—. Después podemos follar en la piragua —bromea con un guiño.
—No gracias, prefiero seguir seco. Las piraguas son obscenas, te metes en un agujero estrecho bien dentro y te meneas de un lado para otro —reflexiona—. Al fin descubro por qué te gusta esta cosa, no lo niegues —la acusa señalándola con el remo.
—Por supuesto, lo que me gusta de la piragua es poder cumplir mi sueño de ser un falo dentro de una vagina de colores fosforitos —responde ella rodando los ojos.
—Estoy orgulloso de ti por admitirlo, Ali —dice Viorel riendo, rema dos veces más y al fin llega a la altura de ella.
—Idiota —lo reprende y va a golpearlo en el hombro, antes lo habría hecho, pero se contiene porque aún no está cómoda con su nueva fuerza y no quiere asustar a su amigo. Suelta un largo suspiro y vuelve a mirar al cielo—. A veces me gustaría quedarme aquí.
—¿En medio del agua negra? Tía, por mucho que esperes no va a aparecer un Nessi —bromea.
—En medio de nada —lo corrige y lo mira intensamente—. Es que así sería todo más sencillo, ¿sabes?
—Tirarse a la bartola siempre es fácil —dice Viorel divertido y se echa hacia atrás en la piragua.
—Sí, lo es —concuerda ella. Sabe que debe hacerlo, sabe que debe decírselo, tiene permiso de Traian, así será mejor, pero le cuesta un poco—. ¿Te acuerdas cuando dijiste que dejara los esteroides?
Viorel se incorpora y la mira con seriedad.
—No lo has vuelto a hacer, ¿verdad? Porque te daré un cacharrazo con esto hasta que se te pase la tontería —le advierte esgrimiendo el remo.
—No —contesta con rapidez y ríe—. Pero... ¿y si te dijera que nunca fueron esteroides?
—Mira, Alina, me da igual qué droga fuera, pero ninguna es buena —contesta. No ve qué hay de gracioso, su amiga lo está preocupando, la verdad es que lleva unos días rara.
—No ha sido ninguna droga, bueno, puede ser adictivo, pero no es una droga —asegura y suspira—. Traian y yo tenemos una relación extraña desde que... le robé un sorbito de su sangre real y me descubrió.
—¡¿Que tú qué?! —pregunta tan sobresaltado que se le cae el remo al agua—. ¡Mierda! Jodeeer... ¿Pero en qué estabas pensando? ¡Podrías estar muerta! ¡Muerta! ¿Y qué es eso de relación? —inquiere decidiendo que es más importante su amiga que el remo, la piragua se menea peligrosamente.
—Si no te tranquilizas volcarás —le advierte ella—. Y sí, podría estarlo, pero no lo estoy, no creo que si muero sea por cosa de Traian —dice con sinceridad—. Es complicado, sólo fue un impulso, pero cuando volví él bebió de mí, un poco, y la cuenta se saldó. Aunque... llegamos a un acuerdo de comensalismo o algo así.
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Vicio y Sangre
VampireEn un mundo de sangre y caos, el trabajo de Alina es el más sencillo, abastecer al rey vampiro caído de cada vicio que precise, no debe acercarse, no debe preguntar... El único objetivo de Traian es olvidar su pasado e ignorar el caos y la muerte qu...