MY DEAR DESTINY LUZ - LUMITY -

Cap. 35 ꕥ

NT:

En esta fecha, Amity ya tenia más de dos meses de gestación.

Y mientras más tiempo pasaba, más se encariñaba con el bebé. Es por eso que hacía todo lo posible para cuidarse, como; comer saludablemente, no estresarse, y todas las cosas que harían que su futuro nazca bien.

Aunque cierta parte de ella aún se sentía intranquila por una persona en especial.

—Gracias por su esfuerzo, las clases de hoy ya culminaron. Ah, y quiero felicitar a la señorita Blight que ha mejorado bastante en todas las clases que tenemos. Y aún sigo esperando el nombre del bebé.– Guiñó un ojo.

Amity solo la miró y asintió.– Gracias, creo.

La encargada le mostró una sonrisa.– De acuerdo, pueden irse ya. Hasta la siguiente semana.

La ojiambar salió del centro comercial para adentrarse al auto donde Hisao la esperaba, como a cada lugar que iba.

Ya no mandaba al chofer a casa de Luz. No porque no quiera, sino porque el japonés le dijo que Eda y King lo persiguieron con una escoba por estar yendo todos los días a "molestar"

La vuelta fue rápida, bajó del auto al llegar al departamento y entró a su habitación.

Ya estando dentro sacó de su bolso la ecografía que tenía desde hace unos días.– No te puedo ver bien, pero sé que serás muy lindo.– Dijo y lo guardó dentro del tocador para irse a ver al espejo.

—No eres tan notorio, pero si me pongo ropa pegada ya te puedes apreciar un poco– Mostró una cara de felicidad.

Se echó en su cama a mirar televisión y cayó profundamente dormida, aún siendo las 5PM.

. . . .

Abrió sus ojos lentamente y se dio cuenta que se había dormido sin darse cuenta.

No había cenado ayer y tenía hambre. Por lo que se levantó de la cama y fue a la cocina a abrir el refrigerador.

Rebuscó pero no encontró nada que le gustara.

Así que se dirigió a la habitación de Bo para despertarla y hacer que vaya a comprar algo.

—¡BOSOOK!.– Gritó y la Alemana se levantó asustada de la cama.

—¡DisculpemenuncaquisedescuidaralaseñoritaAmity!

—¿Mi madre te atormenta en tus sueños?.– Rió.– A mí también aveces.

Bostezó y estiró sus brazos.– ¿Que hora es?

—5AM.

—¿Pasó algo para que me levantarás?

—Tengo hambre, ve a comprar algo.

—Ayer hice compras.– Talló sus ojos.– Están en la nevera.

—¿No quieres ir? Está bien, pero cuando yo y mi bebé muramos de hambre no quiero que derrames ni una lágrima.– Cruzó sus brazos.

—No es eso, es solo que ya hay muchas cosas en la refri.

—Compraste solo cosas saladas. Yo quiero comer cosas dulces.

—Está bien, está bien. Iré ¿que quieres que compre?

—Solo compra un pastel.

Bo se paró de la cama y se fue a lavar la cara para salir del departamento y hacer caso a lo que su jefa le había mandado.