MY DEAR DESTINY LUZ - LUMITY -

Cap. 63 ☽

Son las tres de la mañana y Amity ha estado despierta desde hace media hora.

Media hora donde se gira de un lado a otro para conciliar el sueño, sin embargo es inútil ya que no puede conciliar el sueño por los gruñidos de su estómago.

—Tengo hambre.— Dijo y sin pensarlo dos veces se levantó de la cama para aproximarse a la única esperanza de comida que podía tener a estas horas.

La cual es: Luz.

O bueno, la única persona la cual podría cumplir sus antojos a estas horas.

Salió del cuarto donde dormía para aproximarse al sofá donde estaba la castaña y verla dormir plácidamente en el lugar.

Mientras la veía no pudo evitar percatarse que el sofá no se veía nada cómodo y que posiblemente Luz sufría dolor de espaldas y/o de cuerpo en las mañanas.

Aunque no quisiera, una parte de ella sintió lástima por la ojicafe, pero otra parte de ella (la parte más grande) recordó su hambre. Así que sin más empezó a llamar su nombre.

—Luz.— Le movió el hombro.— Luz, despierta.

Siguió repitiendo esto por unos momentos más, sin embargo era casi inútil ya que la castaña no se levantaba para nada.

—¡Luz!

—Tresminutosmás.— Dijo casi sin entenderse y voltearse al otro lado del sofá.

Amity no se rindió por lo que la sacudió con mayor fuerza.

—¡Despierta!

Pocos segundos sacudiéndola más y al fin lograba que la castaña diera un bostezo para abrir sus ojos con lentitud. Y lo primero que viera al hacerlo era a la pelimora viéndola a los ojos.

Una bonita manera de despertar para ella.

—Amity.— Sonrió.— ¿No puedes dormir sin mí?.

La ojiambar bufó y se acomodó para tomar asiento en el mueble y posarse junto a Luz.

—Claro que puedo. Te despierto porque tengo hambre. 

—Yo sé que extrañas dormir conmigo.— Dijo segura mientras veía a la empresa rodar los ojos.— Pero dime, ¿que tienes ganas de comer? Te lo prepararé.

—Quiero comer macarrones, los venden en una tienda así que debes ir a comprarlo.— Luz no podía cocinar aquello que se le antojó.

—¿Que hora es?.— Cuestionó la ojicafe mientras bostezaba.

—Son las tres de mañana.

—Woah, es un poco tarde, Am. ¿Segura que quieres especialmente macarrones?

—Si, ¿por qué? ¿No quieres ir a comprarlos?.— Con el embarazo era más fácil que estresara.

Luz rió.— Claro que iré amor de mi vida, yo voy hacer todo lo que me digas.— Afirmó.— Solo te estoy molestando.

. . . . .

Horas después.

Luego de ir a comprar lo mandado por la empresaria, Luz regreso de media hora a la casa ya que sorpresivamente la tienda de macarrones estaba cerrada y tuvo que ir a buscar los dichosos dulces a otros lugares hasta hallarlos.

Llegó al hogar, se los entregó a la pelimora y quiso aprovechar el momento para estar junto a ella por lo que la acompañó hasta que el sol comenzaba a aparecer por la ventana indicando que ya era hora de cocinar el desayuno para ella, Amity y sus hijos.