Cap. 58 ☽

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Años atrás.

Amity y Liam se encuentran en el auto de la ojiambar yendo a un rumbo desconocido según el niño.

—¿A dónde vamos mamá?

—Estamos yendo a un lugar especial.

—¡Síiii!.— Dió un mini grito de alegria el pequeño ojiverde.

Durante el resto del camino Liam se mantuvo en silencio para no molestar a la joven.

No tardaron mucho en llegar a dicho lugar especial y cuando el menor sintió como el auto frenaba.

Su vista se fue a la ventana y notó que el lugar a donde habían llegado era nada más, ni nada menos que una gasolinería. El niño lo sabía porque aveces iba junto a su madre o Eda a echar combustible para el auto de la propietaria de la casa, solo que esté estaba en otra dirección.

—¿Vamos a echar combustible?.— El menor cuestionó aún algo confundido.

—Sí.— Afirmó.— Bájate.

El castaño claro movió la cabeza afirmativamente y con una mueca feliz se bajó del carro de Amity, mientras que está solo se aseguraba que en verdad se bajara.

Salió completamente del auto y la pelimora cerró la puerta del vehículo lo cual confundió al niño e hizo que frunciera el ceño.

—¿Tú no vas a bajar mamá?.— Cuestionó viendo con unos ojitos de esperanza a la ojiambar.

—Escucha Liam. Voy a ir a recoger a Luz, ¿bien? Y voy a regresar con ella mientras tú esperas aquí.

—¿Solito?

—Si, vas a esperar aquí hasta que regrese.— Respondió segura.— Y recuerda, si algún desconocido se te acerca y te pregunta si quieres con él, le tienes que...

—Que decir no porque no lo conozco, ¿cierto?

—No. Tienes que decirle que te lleve con él. Quizás te lleve a la casa y todo eso.

—Pero mamá Luz me dijo que...

—Liam. Tienes que hacerme caso.

Aún con un poco incrédulo el niño asintió.— ¿Vas a regresar por mí?

—Ya te dije que sí.— Rodó los ojos.

—¡Okey! ¡Confío en ti mami!.— El niño se despegó un poco del auto para darle pase a Amity de pasar.

Sin más, la joven cerró sus ventanas y arrancó su auto sin dudarlo para desaparecer de la vista al pequeño ojiverde.

—Hasta nunca mocoso.


. . . .



Horas después.

—¡LIAAAAAAM!.— Gritó la castaña ni bien vio al pequeño niño sentado en un costado de la misma gasolinera que Amity lo había dejado.

El niño alzó su vista y al notar a Luz se paró y fue corriendo rápidamente hacia ella para quedar entre sus brazos.

Luz lo alzó y lo abrazó con todas las fuerzas posibles agradeciéndole a Dios que nada malo le haya pasado al niño.

—Mi vida, ¿estás bien? ¿Cómo estás? ¿Te pasó algo? ¿Te hicieron algo?.— Empezó a cuestionar mucho.

—¡No me pasó nada mamá! ¡Estoy bien!.— Respondió feliz abrazado del cuello de Luz.— Mami Amity me dijo que la esperara aquí y que ella me vendría a recoger.

 MY DEAR DESTINY LUZ - LUMITY -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora