Capítulo 2

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—¿Por qué lo mataste?

Esa misma pregunta llevaba repitiéndose una y otra vez en la sala, desde que Hank empezó a interrogar al androide responsable de la muerte de Carlos Ortiz. 

Estaba sentada en la habitación contigua donde se estaba haciendo el interrogatorio. El androide se negaba a cooperar, se mantenía callado y cabizbajo durante todo el proceso. Parecía estar en shock, en cuerpo presente pero su mente en otra parte. 

Un fuerte golpe hizo que diera un respingo y volviera a la realidad dejando mis pensamientos a un lado. Hank había dado el golpe para hacer reaccionar al sujeto, pero no sirvió de nada. Ni siquiera se inmutó. El teniente, exasperado, se levantó de su asiento y salió de la sala dejando solo al autómata. 

—Perdemos el tiempo interrogando a una maldita máquina, no le sacaremos nada —entró echando humo del enfado que llevaba. 

—Podríamos forzarle un poco. Si total... no es humano... —sugirió Gavin con malicia. 

No estaba sola en la estancia. Chris se ocupaba de que los micrófonos funcionaran perfectamente, Connor se encontraba de pie justo en la pared de detrás de mí y Gavin apoyado en la pared de mi derecha. 

—Para decir esa gilipollez mejor te callas o te vas, Gavin —le advertí con tono serio. No hace falta aclarar que no me agradaba mucho, se pasaba el día sin hacer nada e incordiando al personal. Solo estaba allí por que se aburría y quería ver un poco de acción. 

—Oh perdona. Olvidaba que eres la defensora oficial de estos trozos de plástico —se burló. 

—Ya basta. Si no tienes nada que aportar, mejor te largas, Reed —intervino Hank a mi favor. Si no era necesario so se solía meter en las broncas ajenas, pero creo que tenía sospechas de que aquella discusión acabaría con varios sangrados y ojos morados si no decía algo. 

Gavin puso mala cara y después de refunfuñar por fin cerró el pico. 

—Los androides no sienten dolor. Solo lo dañará y así no lo hará hablar —habló Connor por primera vez desde que llegamos a la comisaría. —Además, los divergentes tienden a autodestruirse cuando están en situaciones de mucha presión. 

—Vale, listillo. Entonces, ¿qué hacemos? —cuestionó Gavin de forma hostil.  

—Lo podría interrogar yo —propuso Connor bajando un poco la cabeza de manera insegura. No me gustó ese gesto. A Gavin le dio la risa histérica al oírlo. Cuando se calmó un poco giré mi silla en dirección a Connor . 

—Yo creo que es muy buena idea —sonreí a modo de darle ánimos. Cuando eres el nuevo en algún sitio, puede ser duro adaptarse, y más con idiotas de los de la calaña de Gavin alrededor. 

—¿Qué podemos perder? —me sorprendió oír la voz de Hank a mi lado. Parecía mostrarse menos arisco con nuestro compañero poco a poco. —Adelante, el sospechoso es tuyo. 

A Gavin no le hizo mucha gracia la idea y se cruzó de brazos, de mal humor. Connor asintió en nuestra dirección y salió de la sala para entrar en la que se encontraba el androide de tez morena. 

Se tomó unos momentos para estudiar el fichero que había en la mesa y observar al sujeto. Parecía que le estuviera atravesando el alma con aquel mirar, buscando respuestas. 

Empezó el interrogatorio con algunas preguntas sobre lo sucedido y diversas advertencias muy bien llevadas a cabo para que confesara. Pero ninguna respuesta por su parte. Cuando ya empezaba a pensar que la voluntad de aquel androide era inquebrantable Connor habló. 

—Como no me digas nada, tendré que sondear tu memoria —advirtió mirando con atención al sujeto sentado delante de él. 

—¡No! No, por favor, ¡no lo hagas! —gritó de repente al androide. Estaba muy nervioso y temblaba sin control. Se quedó callado unos instantes hasta que giró su cabeza en dirección al cristal que separaba ambas salas. El corazón me dio un vuelco al ver su expresión. Estaba aterrorizado. 

𝐀 𝐆𝐥𝐢𝐦𝐦𝐞𝐫 𝐎𝐟 𝐇𝐨𝐩𝐞 || 𝐂𝐨𝐧𝐧𝐨𝐫 𝐱 𝐎𝐜 ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora