𝐀 𝐆𝐥𝐢𝐦𝐦𝐞𝐫 𝐎𝐟 𝐇𝐨𝐩𝐞 || 𝐂𝐨𝐧𝐧𝐨𝐫 𝐱 𝐎𝐜 ||

Capítulo 15

Connor's Pov

Meghan: Amiga

—Creo que ya va siendo hora de que me marche.

Meghan se detuvo en seco, dejando el mando de la televisión en alto mientras se giraba para confrontarme. Habíamos pasado lo que quedaba de tarde charlando e hizo algo improvisado para cenar, disculpándose por no poder ofrecerme nada. Es curioso que se preocupara por cosas que a las demás personas les parecería irrelevantes. No podía negar que me agradaba el detalle. 

—¿Tan pronto? 

—Son las diez de la noche, Meghan —miró su reloj de mano, algo sorprendida.  

—Vaya, pensé que era más temprano —hizo una mueca a la vez que miraba por la ventana. Aún no había dejado de nevar y, según mi pronóstico, no cesaría hasta el día siguiente. No era un problema para mí, en realidad. Podía volver perfectamente caminando o tomando un taxi. 

Cuando me levanté ella hizo lo mismo, dispuesta a acompañarme a la puerta. Al abrirla, el aire frío se filtró y pasó sin problemas por el recibidor. La vi temblar un poco a causa del cambio de temperatura.

—Aún nieva mucho, Connor. No sé si es muy buena idea que vuelvas con este tiempo —se cobijó aún más en su cárdigan, intentando sentir calidez.  

—No aminorará hasta bien entrada la tarde de mañana —su expresión de preocupación no cambió. Di un paso fuera y me giré para confrontarla una vez más—. Descansa bien, hoy ha sido un día largo. 

Titubeó antes de darme un tímido asentimiento, casi a regañadientes. Me quedé ahí parado un momento de más, esperando a que dijera algo. No supe muy bien qué era lo que esperaba exactamente.

—Hasta mañana —agité suavemente la mano y me di la vuelta para irme en dirección a CyberLife. Seguramente tendría que reunirme con Amanda al llegar. Ya había postergado demasiado la actualización del informe. 

Tanto anduve perdido en mis pensamientos que casi di un salto al sentir que alguien tiraba hacia atrás de la parte baja de mi chaqueta. Me detuve enseguida para ver qué ocurría. Me encontré cara a cara con los brillantes ojos de Meghan mirándome desde un poco más abajo. 

—Quédate —su voz salió en un susurro que casi no pude entender por el ruido ensordecedor viento—. Por favor.

En otras circunstancias habría replicado cortésmente, usando el discurso sobre mi capacidad de resistir extremas temperaturas, de nuevo. Pero no sé en qué momento me perdí en sus ojos, su expresión entre preocupada y dulce. No sé por qué no podía negarle nada. 

No demoré más de un par de segundos en asentir. Esbozó una sonrisa de alegría y casi me empujó para que volviera a entrar. 

Meghan: ↑

—Menos mal que me has hecho caso. No me quedaría tranquila si estuvieras solo por ahí a estas horas y con este tiempo —habló casi para sí misma mientras entraba a una de las habitaciones, la que deduje sería el dormitorio. Salió con una manta y la dejó en el sofá para luego sentarse de nuevo. Me incitó a acompañarla con un par de palmadas al cojín que había a su lado. 

—No me hubiera gustado disgustarte —dije viendo cómo se arropaba casi hasta la nariz—. Con la sobrecarga de emociones que llevas hoy, no me extrañaría que te diera algo —intenté bromear, algo que pareció resultar, al juzgar por la carcajada que soltó.