𝐀 𝐆𝐥𝐢𝐦𝐦𝐞𝐫 𝐎𝐟 𝐇𝐨𝐩𝐞 || 𝐂𝐨𝐧𝐧𝐨𝐫 𝐱 𝐎𝐜 ||

Capítulo 14

—Ya llegamos.

La voz grave de Hank me sacó de mis pensamientos, dejé de mirar por la ventana y dirigí mi vista hacia delante. Entre el asiento y a través del cristal pude ver que estábamos parados delante de mi casa. 

—Gracias por traerme —dije mientras agarraba las cosas que había dejado en el asiento del medio, entre Connor y yo. No se me escapó la mirada que me lanzó el androide. No había hablado mucho desde que subimos al coche, después de unas cuantas horas tediosas en las que tuvimos que esperar para que llegaran a llevarse el cuerpo del divergente abatido. 

—No me des las gracias por esta chorrada —me regañó, pero no era un regaño real. Suavizó su expresión un poco antes de proseguir—. No tienes muy buena cara, deberías descansar un poco. 

—Estoy bien —hice mi mejor esfuerzo por esbozar una sonrisa, pero seguramente salió más una mueca que eso. 

—Ya, y yo nací ayer. Va en serio, Meghan. No tendrías que tomarte las cosas tan a pecho en el trabajo. Te saldrán canas antes de tiempo. Lo digo por experiencia —bromeó señalándose el pelo, lo que hizo que soltara una pequeña risa. Pareció alegrarse de que me cambiara un poco el humor. 

—Sí, lo tendré en cuenta —abrí la puerta y salí del vehículo—. Nos vemos mañana. Tened cuidado al volver —les dije a ambos. Asintieron y me desearon buena noche. Con eso cerré la puerta y busqué las llaves entre mis cosas en la mochila. Cuando llegué al portal de mi casa aún no las había encontrado. Hice una mueca, aquello me desesperaba. 

«Tengo que comprar una mochila más pequeña» —refunfuñé en mi interior. 

Cuando por fin las saqué del pequeño rincón que hacía la esquina de la tela, tuve la mala suerte de que se me resbalaran de las manos. Bufé muy fuerte con frustración. Aquel no era mi día, al parecer. 

Me agaché para cogerlas pero una mano se me adelantó. Con el ceño fruncido alcé la vista para ver de quién se trataba. Unos ojos castaños amables me saludaron.  Me devolvió las llaves, depositándolas en la palma de mi mano. 

Sonrió al verme algo confundida. Seguramente estuve tan distraída que ni me percaté de que el coche de Hank seguía allí, esperando a que entrara en casa, y Connor salió detrás de mí. 

—¡Hey, Connor! ¿Qué haces ahí? Sube o vuelves caminando —el teniente llamó desde el coche, bajando la ventanilla y sacando un brazo. 

—Tranquilo, teniente. Volveré más tarde. Puede irse si quiere —lo miré, algo extrañada.

—¿Y qué vas a hacer? ¿Vigilar la puerta de Meghan toda la noche? —bromeó.

—Connor —llamé su atención, dándole una mirada preocupada—. No hace muy buen tiempo como para volver caminando. Deja que Hank te lleve a CyberLife, antes de que se le crucen los cables y vuelva a ser el ogro gruñón de siempre. 

—El tiempo no me afecta, Meghan. He sido diseñado para soportar temperaturas extremas Estaré bien —intentó tranquilizarme, pero no me convenció en lo absoluto. Pensé un momento y una idea se me cruzó por la mente. 

—Puedes pasar la tarde aquí, si quieres —pareció sorprenderse por mi invitación—. Hasta que amaine un poco, luego puedes regresar pidiendo un taxi. 

—No me gustaría interrumpir tan entretenida charla, pero... ¡sigo esperando! —se quejó Hank. Rodé los ojos y me dirigí a él. 

—Puedes marcharte ya, Connor se queda un rato más —le informé. La cara que puso no sé como describirla, pero me sorprendió cuando tan solo alzó los brazos haciendo entender que comprendió y con un saludo dio la vuelta para incorporarse a la carretera de nuevo.