𝐀 𝐆𝐥𝐢𝐦𝐦𝐞𝐫 𝐎𝐟 𝐇𝐨𝐩𝐞 || 𝐂𝐨𝐧𝐧𝐨𝐫 𝐱 𝐎𝐜 ||

Capítulo 25

Meghan's Pov

Miré la televisión que tenía delante, acurrucándome más en la manta. Era horrible. Los androides estaban siendo acribillados por los agentes del FBI. En un par de ocasiones las cámaras que iban en los helicópteros apuntaron a Perkins. Él era el máximo al mando. 

Por lo que pude enterarme cuando llegamos Hank y yo, los androides organizaron una marcha pacífica y se atrincheraron frente al mayor campo de concentración que había en la Plaza Hart. Markus no perdía la esperanza de conseguir la libertad, por ello había rechazado el trato del agente y había decidido seguir con la lucha por sus derechos. 

Como consecuencia, los humanos no dudaron en arremeter contra ellos, lanzando granadas y todo lo que tuvieran a su alcance para matarlos. 

—¿Estás seguro? —oí que preguntaba Hank desde la cocina—. No puede esperar hasta mañana, joder.

Estaba hablando con Chris, intentando conseguir información de algún centro de salud donde pudiera ser atendida lo antes posible. Cuanto antes me curaran la herida de bala, mejor. No queríamos arriesgarnos a que empeorara en una infección. Pero la tarea estaba siendo difícil. Todo estaba cerrado o paralizado debido a la situación. En las noticias dijeron que muchos ciudadanos habían ido a la frontera con Canadá, a fin de evitar quedarse en medio de una guerra entre humanos y androides.   

Vi cómo Markus se jugaba el cuello intentando salvar a su pueblo, evitando que los agentes dispararan contra ellos o acabaran con los heridos. No hubo ninguna baja por parte del bando humano, aunque bien pudieron defenderse y atacar de igual manera.

—No... —los habían acorralado contra un autobús volcado en medio de la barricada. Ya no tenían escapatoria.

—Dios... —Hank se posicionó detrás del sofá, mirando la imagen que retransmitían en directo por la televisión. Agarré la mano que colocó en mi hombro bueno, apretándola para liberar un poco la tensión que sentía. ¿Todo terminaba ahí, de esa manera? ¿Después de todo...?

Luego sucedió algo que probablemente dejó descolocada a toda la población. Markus se acercó a North y mostró el sentimiento más puro que puede sentir un ser vivo; amor. Se aferraron el uno al otro y se fundieron en un profundo beso. Se estaban despidiendo. 

Algunos agentes bajaron las armas, conmocionados. Poco después les siguieron los que quedaban, apartándose de ellos y retirándose. Miré a mi amigo con confusión pero alivio al mismo tiempo. La imagen pasó a un segundo plano y la presidenta Warren de los Estados Unidos salió en su lugar. 

—A primera hora de hoy, 11 de noviembre de 2038, miles de androides han invadido la ciudad de Detroit. Según nuestras fuentes, proceden de varios almacenes de CyberLife, en los que se habrían infiltrado los divergentes —supuse que se refería a los androides que había liberado Connor—. Debido a que se trata de un gran número, hay un gran riesgo de bajas civiles, por lo que he tenido que ordenar la retirada. En este preciso momento se está procediendo a la evacuación de la ciudad. En las próximas horas me dirigiré al Senado para determinar nuestra respuesta ante esta situación sin precedentes —hizo una breve pausa—. Me consta que la opinión pública está conmovida por estos acontecimientos. Quizá tengamos que replantearnos el futuro y considerar la posibilidad de que los androides sean una nueva forma de vida inteligente.  

Las cosas iban a cambiar mucho a partir de ese momento, de eso no cabía duda.

—Una cosa es cierta —prosiguió—: lo sucedido en Detroit, ha cambiado al mundo para siempre. Que Dios os bendiga y que bendiga también los Estados Unidos de América. 

Con eso la transmisión se cortó, dejando con la boca abierta seguramente a todos los que habían presenciado mundialmente aquellos hechos que pasarían a la historia.