ES UN MAL SUEÑO • JuleRose

El fin

•Juleka•

Nubes de color barroso flotan sobre el cielo. El día parece ser uno alegre y cálido por el sol que ilumina la cuidad con mucho esmero, parece haber estado esperando asomar por mucho tiempo.

O tal vez sería agradable y cálido si Rose no hubiera dejado de respirar. Respiró profundamente, hasta que su corazón se cansó. Debió ser horrible para sus familiares verla quedar vacía por dentro.

Estrecho entre mis brazos más fuerte a Amelie, que solloza y se aferra a mí vestido negro como si su vida dependiera de eso. Noto que sus nudillos están blancos por tomar la tela oscura entre sus manos.

Recorro con la mirada el lugar. Veo algunas caras conocidas entre la familia de Rosie y otras que nunca he visto. Sus expresiones son tan lúgubres que me palpeo mi cara para saber si también está asi y noto la secreción de las lágrimas desparramadas.

El cementerio tiene tumbas descoloridas, pensar en que ahí adentro hay personas muertas me da un pequeño escalofrío que logra poner mis pelos en punta. El pasto también se ve casi sin color, es de un verde muy oscuro y algunos lados parecen secos. Hago una mueca, Rose no merece estar aquí, merece un lugar más alegre... ¿O tal vez yo veo la malo del cementerio? Tal vez ella viera lo bueno.

Veo un poco más a las personas, Marinette y Alix se están abrazando mientras lloran, parece estar preguntándose "¿Por qué sucedió esto?" Adrien esta comiendo algunos bocadillos y la luz de sus ojos no está. Veo a lo lejos a Ali con su acompañante, tiene las mejillas brillantes de lágrimas. Aparto mi mirada de todos ellos para no sentirme peor, y comienzo a pensar en otra cosa.

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Juleka sostenía su cabeza con sus dos manos, y el gato negro la observaba con la cabeza ladeada.

—De todas las personas, tuvo que ser ella... —La chica se secó sus lágrimas con las mangas y levantó al gatito entre brazos-¿Un collar? No había visto esto...

Las yemas de Juleka tocaron la pequeña chapita dorada que colgaba del collar verde, y al leerlo entreabrió sus ojos con el ceño fruncido.

—¿Mansión Agreste? Oh... eres Plagg, ¿Por qué estás aquí? —La peliteñida acarició la cabeza del gato, y lo dejó en el suelo. Tomó el oso y las rosas que dejó en el banco de madera y con un suave, casi imprevisible, gesto llamó a Plaga que la siguió esperando aunque sea un regalo-Seguro tienes hambre

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«Me sigo preguntando porque Plagg estaba ahí...» Piensa la alta y vuelve su vista a la placa gris con el nombre y apellido de Rose, una frase que a Juleka le duele más de lo que parece y una foto de la joven rubia sonriendo permanecen ahi, al costado junto con flores y algunos peluches. La foto desprende el color que le falta al lugar.

Juleka relee la frase varias veces, el dolor la abruma. Seca sus lágrimas por última vez moridendose el labio y disfrutando del sabor salado.

«El recuerdo de tu cálida sonrisa permanecerá con nosotros para siempre»

—¿Por qué nunca nos dijo que tenía cáncer? —Marientte mantiene una expresión seria y una sombra negra parece recaer sobre ella.

Alix y Adrien permanecen en silencio, sin saber que decir, no tienen ni siquiera una suposición pero tampoco les interesa, el dolor en ellos crece con cada mención a Rose.

[...]

La sala de los Agreste vuelve a tener un ambiente violento, sombrío y triste.

—¡Por qué no lo entiendes!? ¡Hemos perdido puestos de modelaje y de diseño en que trabajar por esa maldita foto! —Gabriel golpea la mesa con el puño cerrado y el cristal tiembla bajo su mano cerrada—No creas que no me enteré que tú tienes algo que ver, le dijiste a esa persona que lo hiciera, lo hiciste y ahora estamos arruinados, ¡Todo por tú culpa, Adrien!