Nunca había estado dentro de la cocina del instituto, había rumores que decían que la cocina era lujosa, como la de un restaurante de cinco estrellas, pero que la cocinera era una anciana arrugada que no tenía idea de cómo cocinar. Había otro rubor el cual decía que la cocina era un sitio asqueroso, con mugre por todas las paredes y en el suelo, cualquier clase de insectos. Que las cocineras eran señoras gordas con el pelo grasoso. Pero, en realidad la cocina era como la de una casa cualquiera, a diferencia que esta es grande y espaciosa. Las paredes tenían un tono crudo con las cerámicas del piso café todo bien limpio. La cocina tenia pequeñas ventanas polarizadas y en el medio un foco. No era como todas habían pensado, aun que la verdad, la comida decía algo completamente diferente. Apenas podíamos ver por donde caminábamos, la oscuridad era algo irritante, por suerte Iris venia más que preparada, llevaba una linterna negra del tamaño compacto, como el de una mano. Había un puerta blanca con un pequeño vidrio en lo alto y una manija plateada, Iris intento abrirla pero se encontraba asegurada, al parecer previenen de todo.
- Mierda - mascullo por lo bajo-
- ¿y ahora, que hacemos?
- Tratar de abrirla - dejo caer su mochila al piso, arrodillándose junto a ella, empezó a buscar algo -
- ¿Cómo? ¿Qué buscas? - me sentí estúpida, no teniendo idea de lo que ocurría o ayudar a hacer algo productivo-
- Esto - saco de su pequeño bolso un estuche azul con un cierre amarillo, rápido abrió el cierre adentrando su mano en el - ¿Cuánto nos queda?
- 4 minutos - eso y un poco menos pensé -
- Tiempo suficiente - susurro y se empeño en la cerradura, con alguna cosa diminuto entre sus dedos, hacia pequeños ruiditos en la cerradura- ya casi esta - se decía así misma en vos alta mientras el sudor recorría su frente-
- No nos queda mucho - estaba alterada, nunca antes había sentido mi corazón a tanta velocidad -
- Listo - la puerta se abrió, sintiendo el aire fresco y helado de la noche -Salimos a pasos rápidos y grandes, 3 minutos teníamos para salir de este lugar sin que se den cuenta. Iris iba adelante corriendo entre los arbustos, se podía ver allí las grandes paredes que acorralaban el instituto, con algunas cámaras asegurando el perímetro. Se veía la luz roja que no parpadeaba, aun estaban apagadas.
Con una mirada rápida a ambos lados, nos lanzamos a escondidas a las paredes, las grandes paredes eran lisas, pintadas cuidadosamente de blanco, no podía pensar como haríamos para poder pasarlas sin la ayuda de una escalera. Iris se saco la mochila de un tirón y tomándola en una posición extraña la arrojo, la arrojo alto y encorvada a un lado, pasando la gran pared. Se escucho el chocar de la mochila con el piso , cayó al otro lado. Luego me miro esperando que le de mi mochila.
- No la lanzare, tiene cosas valiosas
- Está bien - con indiferencia se dio la vuelta y observo detalladamente la gran pared-
- ¿Cómo cruzaremos? - observaba al igual que ella, la pared blanca de sementó-
- Debe medir aproximadamente 2, 60 - me miro, sus ojos celestes a veces eran cristalinos pero esta noche parecían más azules- si te subes a mis hombros , entre las dos mediríamos 3 metros, tú te treparías hasta quedar sentada y jalaras de mí, lo lograremos... - la interrumpí abruptamente-
- Espera, espera ,yo no puedo hacerlo - puase mirando la pared- soy muy débil no podre levantarte , mejor si yo te sujeto en mis hombros, mientras tu cruzas y me levantas a mi
- Está bien - pauso - agáchate y cuando te diga súbemeSin responder hice lo que me pidió. Me agache en mi rodilla derecha, encorve, mi espalda y baje mi cabeza. Sentí su duro zapato, aplastar mi hombro y segundos después sentí lo mismo en mi otro hombro. Agradecí el hecho de que Iris sea una chica de peso promedio, con la estatura pequeña.
- Ahora ...- apoyo sus manos en la pared, equilibrándose - levántate con cuidado
Y así lo hice, con cuidado y con mucho esfuerzo. Me puse de pie, soportando el agobiante dolor en los hombros. Mis piernas me fallaban con unas tentadas ganas de dejarme caer. Cerré los ojos esperando que Iris se apure. Se movía demasiado, haciéndome perder el equilibrio.
- Apura - hable irritada-
- Ya casi lo logroEl peso se fue aliviando. Primero una pierna y luego la otra. Me aleje un poco observando, viendo como ella con un leve esfuerzo trepaba y se equilibraba para poder pasar su cuerpo por la pared. Se pudo sentar, ahora estaba sentada en la cima de la gran muralla de cemento.
- Acércate - susurro -
Vi como ella pasaba sus dos piernas al otro lado y con sus manos a mi lado esperaba que las tomara. Me acerque y trate de tomar sus manos, rozaba sus dedos pero aun asi no lograba nada. Salte numerosas veces y ella se agachaba mas. Tome impulso, un gran salto y me aferre a sus congeladas y pequeñas manos. Puse mi pie contra la pared, tratando de escalar. Vi la expresión de Iris, sus ojos cerrados, su frente roja, el sudor abundado sus sienes y su pequeño musculo marcar su brazo. Le costaba, le costaba levantarme, al igual que a mí me costaba escalar en las lisas paredes. Un impulso de fuerza fue favorecedor de parte de Iris, ya casi lo lográbamos, lo único que faltaba era subirme unos cm más y podría sujetarme de la pared por mi propia cuenta.
Tres luces nos apuntaban, luces que se movían. Voltee la cabeza, segándome con una luz que me apunto a los ojos. La luz se movió y pude ver con una ligera dificultad, tres cuerpos, corriendo hacia nosotras - alto, bajen de allí - la vos masculina y los uniformes que usaban, me hizo dar cuenta de que eran los de seguridad-. Vi la cara a pocos metros de nosotras, estaban encendidas, apuntándome directamente, con aquella luz pampanean te. Nos habían descubierto, el plan no había funcionado del todo bien.
Mire a Iris, ahora en sus ojos por fin se veían reflejados los nervios, habíamos estado tan cerca de salir de esta pocilga. Nuestros ojos mantenían un enlace, las dos sentíamos que nos arrebataron nuestra libertad. Habíamos calculado mal el tiempo o simplemente la subdirectora había estropeado todo con su presencia en la dirección. No teníamos tiempo de que Iris me subiera y logremos pasar al otro lado y escapar. Pero...
- Corre los más rápido que puedas - susurre mientras nuestros ojos seguían manteniéndose unidos en miradas-
- Te debo una _____ - y vi por primera vez en sus ojos, en su mirada un desdén de tristeza y lastima-Solté sus manos y resbale entre sus dedos. Caí de espaldas en el césped, con mi mochila amortiguando el impacto de mi cabeza con el suelo. Vi como Iris desaparecía de la pared, escuchando sus botas impactar la tierra del otro lado. Y sentí como me tomaban de los brazos, firmes manos con la una seca y demacrada piel, me tomaron, levantándome. Forceje pero no logre soltarme, trataba de hacer el mayor escándalo posible con la esperanza de que si lo hacia ella se enfocarían en mi y no en Iris, quien de seguro ahora se encuentra corriendo entre los arboles con su diminuta mochila a sus espaldas.
No vi a Raúl entre los tres policías de seguridad que me acorralaban. Me miraban con seriedad, al parecer esperaban algo, de seguro llamaron a la directora a la subdirectora y la cuidadora de cada cuarto. Me senté cómodamente en el suelo, tratando de mentalizarme, que había perdido mi oportunidad de salir, que no tendría otra oportunidad como esta y no que mas me atormentaba, no tenía idea de cuánto tiempo más estaré encerrada en este maldito lugar. Y deje que aquellos pesados problemas se desvanezcan con mis lágrimas. Tal vez llorar no sirva de nada en esta ocasión pero no podía soportar la dura realidad, mi dura mala vida. No soportaba, no ver a Luck, no ser libre como lo era antes, no tener a Justin. Pero solo recordar que él fue el responsable de que este aquí, sola. Quise levantar la vista, despejar mis ojos. Vi como las tres se acercaban, la directora con un pijama de seda, la encargada del cuarto, con un pijama común y la subdirectora con la ropa que traía, cuando salió de la dirección. Me reprimí en un solo sentimiento, opaque mi coraje con un solo consuelo Venganza.
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Hola chicas, quiero invitarlas a pasar a mi nueva novela " My danger" recién la publique así que hechenle un vistazo. Gracias
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¿Quien dijo que los primos no pueden tener sexo?
Fanfic- No podemos hacer esto, esta mal -¿mal? - si ¿que no lo ves? Somos primos -¿y ? - sonrió maliciosamente, volviendo a llevar el control de todo - Dime - deslizo nuevamente sus manos por debajo del sujetador - ¿quien dijo que los primos no pueden...