—¡Vamos, levanta, defectuosa! —me grita una voz seria desde arriba.
Noto una presión en el abdomen, muevo la cabeza a un lado. De repente noto como algo húmedo me empapa. Abro los ojos incorporándome sobresaltada. El agua helada me cala los huesos, haciéndome estremecer repetidas veces. Ce está de pie junto a mí con un cubo entre las manos.
—Serás... —empiezo, pero me callo cuando veo su mirada de desaprobación.
—Si obedecieses a la primera... —dice encogiéndose de hombros—. Vamos, vístete. Nos vamos.
Me tiende unas prendas de ropa diferentes a las que llevo. ¡Es mi ropa! ¡Perfecto!
—Estoy mojada —me quejo.
Él hace un movimiento con las cejas y la boca mientras se cruza los brazos en el pecho apoyándose en la puerta.
—¿Y qué quieres que haga? —responde severamente.
Me quito la ropa mojada para dejarla en el suelo, me cambio y me acerco hasta él. Va a cogerme el brazo, otra vez va a estrujarme.
—Por favor, te voy a seguir, no me hagas daño. Eres muy fuerte —le digo mirándome los zapatos.
Él resopla y abre la puerta sin que el sistema de seguridad se lo impida. Andamos por el vacío e interminable pasillo hasta llegar a la sala hexagonal con el águila protectora presidiéndola. Nos metemos por la puerta de nuestra derecha que da a una habitación oscura iluminada por una luz roja que cuelga del techo. Al otro lado hay un ascensor. Vamos hacia allí y pone una clave de seguridad en un teclado. Luego deja su huella dactilar y también se hace un escáner ocular.
Vayamos dónde vayamos debe contener algo importante, que tal vez me sea de utilidad para encontrar las respuestas a mis preguntas. La puerta del ascensor gris se abre y entramos. No tiene espejos por lo que no puedo ver mi aspecto, aunque me lo imagino demacrado, supongo. El edificio es simplemente metal y suelo de hormigón, creo.
Se apoya contra la puerta y le da al número del piso al que vamos. Yo lo hago en el lado contrario a él. Nos miramos mientras nos evaluamos con detenimiento. Lo observo detalladamente, lo analizo como si quisiera grabar cada detalle de su piel e n mi memoria. Tiene los ojos grises con pintas azul oscuro, los labios carnosos, el pelo negro y corto, su piel está bronceada y su nariz es recta. Me mira con los brazos cruzados en el pecho, con su actitud seria que lo acompaña siempre. Me cuesta imaginármelo con una sonrisa. No es algo que creo que le quede bien.
Un sonido nos anuncia que hemos llegado al piso al que nos dirigíamos, la puerta se abre detrás de él. Hay un cristal que nos impide salir, él lo sabe. Hace lo mismo de antes y se abre. Salimos a una sala igual que la anterior, que estaba en un piso inferior. Pero esta sala parece una recepción.
Hay un hombre que no sabría cómo describir porque no lo veo demasiado bien. Está sentado detrás de un escritorio desde el que atiende llamadas. No sé como soporta estar aquí con esta pésima iluminación. Y menos trabajando. Qué agobio. Nos dirigimos hacia él.
—Sí, sí, sí... Vale, ahora te llamo y te lo comunico tengo trabajo aquí arriba —dice colgando el teléfono, se dirige a nosotros con una sonrisa— ¡Ce! ¿Y la defectuosa? ¿Ya has despertado, monada? —no me mira mal, como el resto de las personas con las que he tratado, que se limitan a Ce y Ele, porque las demás ni siquiera se han parado a mirarme, parece amable—. ¿Vais a las pruebas?
Ce asiente con una sonrisa. Se me hace extraño verlo sonreír, estoy acostumbrada a verlo serio y enfadado conmigo.
—Sí, a ver qué sacamos en claro —responde.
![](https://img.wattpad.com/cover/301153711-288-k639185.jpg)
ESTÁS LEYENDO
INTO THE ABYSS
Ficção Científica«El mundo está cambiando. Y solo yo puedo arreglarlo. Tengo una difícil misión a mi espalda. Y no solo yo, mis compañeros también. Será difícil, pero hemos de conseguirlo. No podemos permitir que suceda lo que está a punto de pasar. El mundo está ca...