18. La etiqueta que quema

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Cloud respira por la boca, profunda y largamente. Incesante e insoportable calor que le llena desde el vientre hasta la cabeza. Frunce los labios y rasguña la piel pálida de quien está encima suyo, succionando su cuello y sujetándolo de la cadera. Suelta un gemido angustiado y largo, su cuerpo entero vibrando y sonando por los choques entre su piel y la ajena.

El rubio apenas mira al frente recibe una escena tan habitual para él: Sephiroth encima suyo, el cabello plateado sudado y húmedo; pegado a su cuerpo, goteando y haciéndole cosquillas; los ojos verdes dilatados, la piel que se torna algo rosada. Sephiroth toma a Cloud de la cara y lo besa, su lengua en la boca del rubio. Cloud se contrae, angustiado y lloroso por el pene que no deja de entrar y salir de su culo, friccionando con su carne húmeda, estirada y complaciente.

Su gemido agudo de orgasmo queda ahogado en la boca de Sephiroth, al separarse el peliplata se lo queda viendo un poco. Teniendo la imagen del jadeante SOLDIER rubio, sus ojos nublados en coloración azulada sin apenas rayos verdes; la piel sudada, brillante y caliente de Cloud. Pone una mano en su pecho, percibe el corazón alborotado. Cierra un poco la mano.

Como si pudiera tomarlo en su puño.

Como si tuviera ese frágil órgano en su mano.

Cloud da un suave suspiro, sin comprender a que viene que Sephiroth dibuje la silueta de un corazón en su pecho.

No flaquees, tómalo.

«Puedes tomarlo si lo deseas, es tuyo»

Rehusarte te lleva a estar más ansioso. Enfrenta tu realidad.

«Tu hermano está esperando que lo tomes.»

Rómpelo.

«Tómalo.»

Es tuyo de todos modos.

«Reclama lo que te pertenece, Sephiroth.»

Demuestra como eres en realidad ¿Por qué finges tanto?

—N-no puedo res- Sephir-

—No te vayas... ahora...

Cloud abre los ojos de par en par, sin comprender qué es lo que le pasa. A la vez, es tan similar a esa ocasión donde le pedía perdón. Momento en el que Sephiroth ya sabía o tenía la sospecha de su realidad, de lo que ocasionó su cabello plateado y su fuerza, lo que le hace especial. Su pulso se alborota ¿Ya lo sabe? No, es imposible que lo sepa, de ser así, se notaria. No obstante, debe estar muy próximo a descubrirlo.

En ese momento no lo había entendido ¿Cómo iba a hacerlo? Obnubilado y tonto por cualquier cosa que involucrara a Sephiroth en la vida, en su mundo. Sephiroth, en esta ocasión, en este tiempo; es muy distinto, porque en esta ocasión puede responder a esas dudas del pasado con respuestas del presente expuesto frente a él.

Sephiroth está asustado de sí mismo, de la realidad que lo va a devorar vivo y van a destruir esto que tan desesperadamente quiere ser: alguien bueno, alguien normal. Está tan asustado de eso, que no hace sino pedirle que no se vaya, usarlo de salvavidas con la esperanza de que así, nada cambie, la duda no crezca y no siga empujándolo.

Le da tímidas palmadas en la espalda.

—Estoy aquí. —murmura en voz baja. Una especie de mala broma y triste repetición de lo que ha pasado.

Sephiroth considera que el universo, el destino, lo empuja hacia Cloud. Una tortura inmerecida y retorcida. A la vez, por su mente no pasa que a pesar de hacer eso, lo hizo desde el inicio. Donde es Sephiroth quien considera que es empujado hacia Cloud y no es con razón de ser herido, confundido o cambiado, todo lo contrario: es ser empujado a la única persona que ha sido un auténtico soporte, el único que le importa y puede estar ahí para brindar la paz que Sephiroth no tiene.

Angel of Darkness || SefiKuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora