1. La emoción que nunca tuvo

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—No pareces muy animado con respecto a esta misión eh, Sephiroth.

Mantiene los ojos cerrados, los brazos cruzados y la atención en cualquier cosa más interesante que escuchar a Génesis. El pelirrojo está más insoportable que de costumbre. Poco extraño, se supone que él no vendría en este viaje y Génesis sería el gran héroe de la guerra de Wutai. Sin embargo, un cambio de último minuto lo obligó a él y Angeal asistir en dirección a la guerra inútil.

El motivo sigue siendo inexistente y es que ¿Cómo no? Hablan de ShinRa, incluso sus secretos tienen secretos y nadie está realmente enterado de lo que ocurre en esa compañía. Que lío. Lo único cierto es que todos van a morir el día que se hagan con el control de todo el planeta.

Se inclina a un lado, ve por la ventana y no hay más que océano infinito. Curioso que de vez en cuando piense que es buena idea dejarse llevar por el mar. Estar en la playa nada más y descansar de verdad. Un rato corto para no aburrirse y luego volver a su estresante y cargada rutina. Angeal da una suave risa de verlo tan ensimismado y soñador. Cualquier soldado de Infantería o clase inferior estaría infartado de ver al gran General así de meditabundo.

—Parece que navegas en lugares muy hermosos por tu cuenta, Sephiroth.

—Solo veo por la ventana. —Responde sin interés.

—Mucho de ti, considerando que prefieres dormitar a estar pendiente del mundo real. —Agrega Génesis con burlonería. Sephiroth vuelve la mirada al frente, pelea con los iris azules de su compañero.

— Alguien aquí no tiene tanto trabajo y puede dormir en paz. — Comenta mordaz y con sonrisa traviesa.

—Ay no te hagas el sufrido— Sacude la mano—. El gran General puede tardarse cuanto quiera y hacer cuanto quiera. Qué más da.

—Tan simplista como siempre

—No tanto cómo crees. —afirma con tono misterioso. Una turbulencia los hace alzar la mirada un instante.

— ¿Una tormenta? —Se pregunta Angeal por otra interrupción en la monotonía del viaje. Sephiroth se asoma. Ve una serpiente enorme en el agua, posiblemente Leviathan. Aparte de eso todo es muy normal. Niega con la cabeza.

—Tal vez el motor está fallando. —Encoge los hombros despreocupado al respecto.

—Ah, una caída de más de doscientos metros no asusta al gran Sephiroth. —bufa Génesis con reproche. Sephiroth sigue viendo afuera. Entre cierra los ojos.

—Peor sería la tormenta.

Angeal asiente de acuerdo. Hace un par de semanas hubo una tormenta apoteósica en la que incluso algunos reactores dejaron de funcionar y tuvo que hacerse reparaciones costosas. En un principio parecía un ataque, pero siendo que todo el mundo quedó afectado esa teoría es descartada. El epicentro fue cerca de Wutai y desde ese día los problemas con la campaña allá han empezado. Sin embargo, los habitantes de la isla se mostraron igual de confundidos. Es imposible saber en qué creer con el tema.

—Fuiste al médico antes ¿Verdad? —increpa Angeal con ese tono paternal suyo.

—No tenía ganas de ver a Hojou. —responde volviendo la mirada al frente y Angeal niega con la cabeza.

—Tus ojos están brillando más que un láser. Empieza a ser preocupante.

—Escalofriante diría yo.

—Están igual que siempre.

"Igual que siempre"

No siente que nada lo esté. La ansiedad dentro de su pecho crece sin razón. Nerviosismo expectante a que un rayo va a golpearlo de lleno al rostro y lo va agradecer. Cosas raras. Nada, irónicamente, raro en su persona. Es duelo de las contradicciones. Al final seguro que se trata de una tontería que lo angustia por gusto. Le dará un golpe tan fuerte a lo que sea que cause esto que la tierra tenga un muy bonito cráter cerca de Wutai. Perfecto para turistear.

Angel of Darkness || SefiKuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora