Angel of Darkness || SefiKura

2. Arrastrado a continuar

Se deja caer al suelo y reposa unas horas echado boca arriba. Se siente fatal. De no haber intervenido aquel par seguro que habría matado a Sephiroth ¿Qué como lo sabe? este Sephiroth es más débil. Es más joven y por sobretodo, carece de aquella gris capacidad de ignorar lo que significa arrebatar una vida humana que está luchando con él. Diría que es tierno de no saber quién es...

Y quien será.

Queda mirando el cielo. Tan nuboso como lo recibió hace unos pocos días. Recordarlo mientras se recupera lo marea al mismo tiempo que distrae del dolor y las fastidiosas gotas cayendo directo a su rostro.

Vagar, eso era lo que había hecho día tras día, ahora con un ligero cambio pero a final de cuentas, solo vagaba. Fuera sobre Fenrir, a pie, en Chocobo, barco... Siempre lo mismo, matar a cualquier monstruo que le representara un alto peligro, dormir en el suelo sin más, ignorar las llamadas de Tifa en la medida de lo posible. Se siente desolado, abandonado a su propia suerte con recuerdos atormentándolo cada día de su miserable existencia, no puede negar que esto es patético de su parte teniendo gente que puede y quiere ayudarlo.

¿Cuándo va a parar? ¿Qué puede hacer para pararlo? Se siente atormentado, incomprendido y desdichado; puede ser un simple drama, Tifa lo quiere ver así para minimizar el asunto y hacer sentir que está en lo normal en sentirlo. Total solo van dos años desde meteoro, seis meses desde la reunión.

910 días en los que no hace más que lamentarse, considerar el valor real de su vida y existencia en el mundo tan sufrido que está en recuperación. La fallida Reunión dejó muy en claro lo que fomentaba su preocupación, la clara y susurrante frase antes de desaparecer en su manto de negrura: Nunca seré un simple recuerdo.

A pesar de haberlo pasado por alto con la alegría de la cura para el Geostigma y habiendo salvado la vida de Denzel cayó en cuenta de eso. Investigó en lo poco que quedó de ShinRa, de Hojou, de Jenova. Mientras el siguiera con vida, Sephiroth regresaría, no importa cuántas veces lo derrote, agotase o destruya, él volverá renovado para otro enfrentamiento y a saber si podría ser esto siempre con el mismo y satisfactorio resultado.

Como en esos ciclos... Esos misteriosos ciclos infinitos que vive en sus sueños.

Ahí gana, pero también pierde.

Está cansado.

Toma su decisión, una egoísta y que decepcionaría a muchos, si es que llegan a enterarse. Su vida a cambio de la del planeta, su vida a cambio de todos las que lo habitan, su vida a cambio de la vida de Denzel, de Vincent, Red XII, Marlene, Cid, Tifa, Barret, lo que Aerith murió protegiendo. Su vida es un pago sin valor a cambio de borrar a Sephiroth del mundo por siempre. Alejar su ira irracional junto a sus planes sin sentido.

Sí, es una buena idea. Incluso cabe la posibilidad de reunirse con Aerith, Zack, su madre.

Era de noche cuando lo decidió, viendo fijamente a First Tsurugi por más de cincuenta minutos, meditar sin fijarse en nada a su alrededor. Toma la más pequeñas de las espadas que conformaban la más grande, viendo su brillo, su hojilla hecha a base de restos de Weapon Diamond. Juguetea con ella en sus manos, la segunda extensión de su cuerpo que es, ve el cielo nublado de vez en cuando, sin darse cuenta de que busca un motivo para no hacerlo. La determinación llega con una simple lógica aterriza en su mente:

Si lo hago, al fin poder descansar.

No más peleas, no más entregas, no más preocupación por posibles amenazas al planeta, grupos terroristas como Deep Ground, no más enfermedad, no más regaños de Tifa, no más culpa, no más cansancio, no más Sephiroth, no más ciclos, no más noches en vela pensando de que sería su vida si Zack y Aerith vivieran. Nada, solo desaparecer hasta volver en una nueva vida carente del dolor que resentía su alma.