25. Los herederos del orden natural

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Salta los pequeños pedruscos y mira arriba, sin saber cómo interpretar el repentino temblor. Aerith junta las manos, viendo el brillo cristalino y blanco que hay en la cueva. Ha venido aquí varios días. Insegura de si realmente pudo activar la materia blanca. Tiene la sensación de que esta vez pudo hacerlo, pero al mismo tiempo ¿Cómo verificarlo? Los temblores pueden ser buenos o malos.

Da una exclamación ahogada ¿Qué fue eso? Fue como un impulso. Se apura a salir de ahí, saliendo del todo para poder mirar el cielo y lo que consigue es un cielo ennegrecido, frío y carente de todo lo que cualquiera admiraría. Se cubre la boca con las manos y se deja caer al piso.

Algo... algo va muy mal.

—No los siento.

Se muerde los labios. Cloud no está. Zack tampoco. No deja de hacerse la misma impactada e incrédula pregunta: ¿Qué es lo que sucede?

~ * * * ~

—Parece que no tuviste un buen dormir.

— ¿Cosmos?

La diosa asiente y le da una maternal sonrisa. Cloud se pregunta por qué luce como su mamá. Está seguro de que antes no era de esta manera. Mira alrededor un instante y luego sus manos, ropa y a ella de regreso. Nunca ha vestido tanto blanco en su vida. Un pantalón cernido a sus piernas, botas similares con un tacón considerable; la parte superior de su vestimenta es como un kimono sin mangas, iniciando una sola de ellas debajo de su hombro.

— ¿Qué pasa? —pregunta directo. Aturdido. Cosmos junta las manos y ve a un lado.

—No tengo mucho tiempo restante. Por desgracia.

—Ah... así que... de verdad están muriendo. —murmura Cloud incomodo. Cosmos asiente.

—Seguiremos vivos—aclara la diosa—. Tan solo seremos incapaces de usar nuestro poder para continuar con la eterna batalla que significan nuestro balance—explica en voz baja y constante. Cloud camina junto a ella—. Estaremos juntos como nunca lo hemos estado—sonríe débil—. Y alguien más tomará nuestro lugar.

— ¿Alguien más? Yo no quiero- Estoy harto de los ciclos. No quiero continuar con esto—Cloud se detiene abruptamente y Cosmos gira hacia él—. Estoy cansado. Cualquier otro puede tomar mi lugar.

—No. Ese es el punto. Nadie más puede.

—Es pelear una guerra todo el tiempo. Yo sé que-

—No hablo de eso—Interrumpe y Cloud compunge la expresión—. Este tiempo, estos ciclos constantes... Solo necesitaba encontrar a quien me suplantara—Cloud retrocede y ella consigue tomarlo del rostro—. Y decidí que seas tú quien lo haga.

La pregunta queda perfectamente en situación: ¿Por qué yo soy tu reemplazo?

—Todos fueron posibles opciones. Por algo estaban entre las filas de guerreros que convocaba para pelear estás batallas—Delinea los labios y luego los pómulos de Cloud—. Ninguno conseguía superar la prueba que les imponía—Lo suelta lentamente—. Todos caían en la misma desesperación caótica que les impedía ser capaces de aguantarlo. Tú, por otro lado...

Cloud mira como la materia blanca en la mano de Cosmos se desmorona y permite ver una pequeña luz que se levanta hasta estar frente a su pecho. Coloca la mano debajo de ella, da una sensación cálida y reconocida.

—Perduraste hasta el final.

—No entiendo—admite Cloud en un susurro, levantando la mirada—. ¿Qué hice para merecerlo? Estoy seguro de que cualquiera-

—No cualquiera busca la paz para su enemigo y así, él también viva en armonía. Eres el único que lo hizo... todos los demás perduraron en su deseo asesino y por ello, no fueron capaces de conseguirlo. Fuiste el único de todos ellos. —explica Cosmos. Cloud sacude la cabeza. No tiene sentido ¿Cómo lo pudo saber siquiera? Ha sido "raro" desde el principio. Es como si Cosmos ya sabe el final—. Lo sé. Aquí no hay tiempo, solo existencia. A partir de ahora, pasarás mucho tiempo aquí... Eres mi heredero. Quien lleva todo lo que yo significo y debe mantenerlo vivo.

Angel of Darkness || SefiKuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora