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Hoshi seguía dormida cuando el autobús llegó a Shinzen, Lev la despertó y la chica se talló los ojos, había olvidado donde estaba, parpadeó y observó el interior del autobús, entonces recordó el campamento. Junto con Lev se levantó de su asiento, caminaron a la salida del auto y al bajar el sol la cegó. Frunció el ceño y cuando estaba a punto de poner una mano sobre su frente para cubrirse del sol, un par de siluetas se pararon frente a ella cubriéndola. Era Kuroo, junto a dos chicos que ella no conocía; ya los había visto una ocasión, unos días atrás, cuando fue el partido de practica contra el Fukurodani en el cual ella tuvo que retirarse temprano. Eran el capitán y el vicecapitán del equipo, ambos chicos eran casi tan altos como Kuroo, quizá un par de centímetros más bajos, parecía que estaban conversando muy animadamente. Para la mánager era interesante ver como el capitán de su equipo se desenvolvía con personas distintas a las de su equipo, no es que fuera una persona particularmente reservada como lo era ella, sino que le parecía interesante como se veía tan cómodo con casi cualquier persona. Kuroo miró de reojo a Hoshi y le sonrió, la chica se estremeció ante el acto del capitán, pues sabía que esa sonrisa no traería nada bueno.

— Hey, Hey, Hey — exclamó el chico con cabello grisáceo que se encontraba conversando con el capitán del Nekoma — yo te he visto antes — exclamó mirando a Hoshi. Antes de que la chica pudiera decir algo, Kuroo habló.

— Bokuto, Akaashi — el chico hizo una pausa dramática — les presentó a nuestra nueva adquisición — Hoshi frunció el ceño al escuchar lo que este decía — Fukushima Hoshi, nuestra espectacular mánager — Kuroo señaló a la chica con sus brazos, haciendo una pose característica de los vendedores de televisión — Fuku-chan, ellos son Bokuto Kotaro y Akaashi Keiji, del Fukurodani.

— Es un placer — contestó con seriedad.

— ¡Ha! — exclamó sorprendido Bokuto — ¡¿Tienen una mánager?! ¡Eso es sorprendente!

— Verdad que lo es — exclamó Lev, quien se encontraba junto a Hoshi.

— Es genial — contestó Bokuto. El capitán del Fukurodani miraba intensamente a la muchacha y esta comenzaba a abrumarse. Por otro lado, Kuroo disfrutaba de ver a la chica sintiéndose incomoda y enrojeciendo poco a poco.

— Eh, porque no vamos a dejar las cosas y luego al gimnasio — Lev notó que la chica empezaba a abrumarse — estoy ansioso por empezar los partidos — esa fue su manera de quitar la atención que había sobre su mánager.

Los muchachos empezaron a caminar hacia las instalaciones de la academia, Kuroo, Bokuto y Akaashi caminaban delante de Lev y Hoshi; estos últimos iban en silencio. En su trayecto se toparon con distintos miembros de los equipos invitados al campamento, estos breves encuentros hacían que el nerviosismo de la chica aumentara gradualmente y no pasó desapercibido para Lev.

— No tienes que relacionarte con el resto — empezó el chico — puedes quedarte conmigo todo el tiempo o junto al equipo, lo que te haga sentir mejor, nosotros te cuidaremos — el comentario tomó por sorpresa a la chica. Recordó las palabras que Yaku le dio más temprano y sonrió, era cierto, no estaba sola y su equipo la apoyaría y ayudaría, aunque dudaba que el capitán del equipo fuera de mucha ayuda al respecto. Le agradaba Kuroo, pero a veces pensaba que él era demasiado cruel con ella, metiéndola en situaciones que la hacían querer que la tierra la tragara.

— Gracias Lev — respondió la chica — me alegro de que seamos amigos — estas últimas palabras hicieron que Lev sonriera con ilusión, pues el chico no estaba tan seguro de que relación tenía con la mánager. Le hizo feliz saber que Hoshi le consideraba su amigo.

El resto de trayecto hacia donde se instalarían los integrantes de los equipos y las mánagers fue más tranquilo para Fukushima. Al llegar al edificio donde pasarían la noche se toparon con la mánager de Shinzen, Otaki Mako, la chica le indicó al grupo donde instalarse, miró a Hoshi, le sonrió y le propuso ir juntas hacia la habitación que compartiría con el resto de mánagers. Fukushima aceptó, se despidió del resto del grupo y caminó en silencio junto a Mako, cuando llegaron a la habitación se topó con otras tres mánagers, la de Ubugawa, Miyanoshita Eri y las dos del Fukurodani, Suzumeda Kaori y Shirofuku Yukie. Mako presentó a las chicas y todas le sonrieron a Hoshi, le dieron palabras de ánimo y expresaron lo genial que les parecía que al fin Nekoma tuviera mánager.

La estrella que miraba a la lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora