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Era el cuarto día del campamento de entrenamiento y al igual que el día anterior, Hinata Shoyo realizaba sus tareas con extremada dedicación, incluso parecía ser el único recoge balones del lugar y esto le molestaba a Hoshi, pues detestaba aquel sentimiento de inutilidad que le llegaba al quedarse de pie mientras el pequeño cuervo corría de un lado a otro y realizaba cada tarea. Era bastante claro que estaba irritada por ello, pensó en hablar con el chico y decirle que le dejara realizar algunas tareas. Aunque, por otro lado, al estar simplemente de pie observando a los jugadores, le había traído varios momentos de aprendizaje y comparación, pues observaba los movimientos de cada chico, los comparaba entre ellos y con los de su equipo, intentaba procesar toda esa información, mientras esperaba que le sirviera para futuras referencias.

Los entrenadores dieron un breve descanso, Hinata corrió a entregar botellas de agua y toallas, mientras que los chicos de Shiratorizawa disfrutaban un poco el no tener que hacer tantas tareas y Hoshi miraba al pelinaranja irritada.

— ¿Amaneciste de malas, Fufuma-chan? — preguntó Tsukishima caminando hacia ella, tenía una toalla en el cuello y su botella de agua en la mano derecha.

— ¿Qué quieres Saltyshima? — preguntó molesta.

— Nada en particular — sonrió burlón — solo te saludaba amablemente.

— ¿En serio? — preguntó mirándolo sarcásticamente — ¿Eso es ser amable?

— Sí — respondió.

— No me imagino cual sería un saludo nada amable.

— ¿Y bien?

— ¿Qué?

— ¿Por qué estas tan molesta? — preguntó obvio — no recuerdo haberte molestado cuando llegaste.

— Ah, eso — murmuró — solo me disgusta que Hinata este haciendo todo y me hace sentir inútil el quedarme aquí parada, ni siquiera puedo rellenar las botellas o entregar las toallas, él simplemente corre y lo hace todo — exclamó frustrada y Kei rió de aquello, pues le parecía un poco ridículo que se molestara por no tener nada que hacer — no es gracioso, Saltyshima — se quejó, luego sintió que su celular vibraba en su bolsillo y lo sacó para revisar. Tsukishima observó curioso el celular de la chica, cuando esta lo desbloqueó, notó que de fondo de pantalla tenía una foto de Kuroo sonriendo y guiñando un ojo. Hoshi abrió el mensaje que le había llegado, era de Lev, diciéndole que esperaba que volviera pronto, ya que los entrenamientos eran un caos sin ella, la castaña negó con la cabeza, pues los entrenamientos eran un caos con ella y sin ella, le escribió que volvería el martes, envió el mensaje y regresó a la pantalla principal, giró su cabeza hacia Tsukishima y notó que este había estado observando el celular — No seas chismoso, Saltyshima — se burló y el chico frunció el ceño.

— Tienes un fondo de pantalla interesante — comentó serio, pero sabía que si lo mencionaba causaría alguna reacción divertida en la mánager de los gatos.

— Ugh — exclamó la chica haciendo una mueca de disgusto — Kuroo-san tiene la manía de robar mi celular y cambiar el fondo de pantalla cada semana — explicó — le he pedido cientos de veces que deje de hacerlo, pero simplemente me ignora.

— Ya veo.

— Sí, mira — la chica abrió la galería, donde tenía una carpeta llamada "capitán-san <3"

— ¿Tienes una carpeta dedicada a Kuroo-san? — preguntó incrédulo.

— Él la hizo, originalmente se llamaba "Kuroo <3", pero le cambié el nombre a "capitán-san" y luego él agregó el corazón — explicó mientras abría la carpeta — son todas las fotos que ha puesto de fondo de pantalla — empezó a mostrárselas al rubio, el cual se había agachado un poco para observar mejor las fotografías. La mayoría eran de Kuroo sonriendo o haciendo expresiones coquetas, también había fotos del equipo de voleibol, balones, un almuerzo y una del entrenador Nekomata, había una foto graciosa de Yaku regañando a Lev, otra de Hoshi rodeada de todos los chicos de primer año, una donde salían Kuroo, Hoshi y Lev, en ese orden, los dos bloqueadores sonreían ampliamente y la chica tenía una expresión apática, finalmente la última foto era de Kuroo junto a Hoshi, el capitán del Nekoma rodeaba con un brazo a la muchacha mientras sonreía hacia la cámara y pellizcaba una de las mejillas de la castaña, la cual lo miraba irritada — esas son todas — miró al rubio, el cual estaba bastante cerca de ella y nuevamente sintió esa sensación de calor en su interior — ¿Tú que tienes de fondo de pantalla? — preguntó intentando alejar esas sensaciones de ella. El rubio se alejó un poco y sacó su teléfono de un bolsillo, se agachó para que la chica pudiera ver y le mostró su fondo de pantalla — ¿Es el esqueleto de un velociraptor? —preguntó.

La estrella que miraba a la lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora