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Los partidos de práctica de la mañana estaban a punto de finalizar, en una cancha se encontraba el equipo A de Karasuno jugando contra Nekoma y en la otra cancha estaba el equipo B de Karasuno jugando contra Fukurodani, y en ambos partidos, los cuervos estaban siendo derrotados. Fuera de aquel gimnasio, se encontraban las managers de los distintos equipos, picaban algo de fruta para que en cuanto terminaran los partidos, los voleibolistas pudieran descansar y recargar energías con fruta fresca y recién cortada. En aquella concentración de fin de semana, solo habían podido asistir estos tres equipos y esta sería la última vez que se reunirían antes de encontrarse en las nacionales, o al menos ellos esperaban encontrarse en aquel evento. De modo que aprovecharían ese último campamento para practicar, con sus amigos y rivales, lo más que pudieran con la esperanza de que con eso llegarían lejos. Los partidos terminaron con la derrota de los cuervos. Los búhos y gatos caminaron hacia sus bancas, se rehidrataron y secaron el sudor con sus toallas, mientras que los cuervos se dispusieron a realizar sus faciales como castigo. A los pocos minutos Yukie se asomó por una de las puertas del gimnasio e invitó a los chicos a que salieran a comer algo de fruta, pronto terminaron con lo que estaban haciendo y se dirigieron hacia el exterior donde encontraron una mesa que tenía varios platos con fruta picada, los chicos se formaron y las 5 managers les sirvieron en pequeños platos desechables.

Cuando Hinata y Kageyama estuvieron al frente de la mesa, saludaron a la mánager de los gatos y le agradecieron por haberles ayudado a estudiar, pues gracias a eso habían pasado sus exámenes, aunque Hoshi no consideraba haber sido de mucha ayuda, recibió la gratitud de los chicos y los felicitó por haber pasado sus exámenes. Pronto terminaron de servir fruta y se sentaron juntas frente a la mesa, conversaban mientras veían a Yukie devorar la fruta que estaba frente a ella.

— Por cierto, Hoshi-chan — exclamó Kaori — te veías muy linda con ese vestido y esas orejas de gato.

— ¿Uh? —emitió confundida.

— ¿Cómo? — preguntó Hitoka.

— ¿No la han visto? — respondió Yukie antes de engullir un cubito de mango.

— Miren — Kaori sacó su celular y mostró una foto de Hoshi y Kuroo, ambos llevaban las prendas de aquel día en que ayudaron en el local donde trabajaba la mamá de la castaña.

— ¡¿P-p-por q-qué tienes esa foto?! — preguntó claramente avergonzada.

— ¡Qué linda! — exclamaron Hitoka y Kiyoko a la vez.

— Bokuto nos la pasó — respondió Kaori, la cual miraba a Hoshi cubrirse el rostro con las manos — Kuroo se la pasó a él.

— Qué vergüenza — murmuró la castaña.

— Te ves genial — aseguró Yukie.

— ¿Es del día que ayudaste a repartir muestras gratis? — preguntó Hitoka y Hoshi asintió a modo de respuesta.

— Si, es que la chica que normalmente hace esas cosas y recibe a la gente, no pudo ir ese día y fui a ayudar — descubrió su cara y miró al suelo aun avergonzada.

— Tal vez deberíamos cambiar de tema — sugirió Kiyoko y todas asintieron.

Mientras las managers llevaban a cabo aquella conversación, los chicos se encontraban sentados en pequeños grupos. Tanaka, Nishinoya y Yamamoto, miraban embelesados a las managers, mientras que Narita, Ennoshita y Kinoshita, negaban con la cabeza debido a la actitud de los mencionados.

— Verlas conversando y sonreír, me dan años de vida — comentó Yamamoto mientras observaba a las chicas.

— Te entiendo, Tora — Afirmó Tanaka solemnemente.

La estrella que miraba a la lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora