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Era mediados de noviembre y al fin se llevaría a cabo la semifinal para conocer a los representantes de Tokio en el torneo nacional de la spring high. Para el Nekoma, había sido difícil llegar tan lejos, pues se habían enfrentado a equipos fuertes, por poco perdían el último partido, pero afortunadamente habían logrado ganar.

Los cuatro equipos que disputarían los 3 lugares disponibles para el tornero nacional se encontraban en el gimnasio del barrio de Sumida. El Nekoma se encontraba esperando a que el partido de mujeres terminara, pues después de este, los gatos se enfrentarían a los búhos.

— Kuroo-senpai, el partido de mujeres ya está por terminar — anunció Shibayama corriendo hacia el capitán.

— De acuerdo — respondió y pronto se reunieron los integrantes del equipo — Estamos literalmente "a un paso" de las nacionales. Juguemos como siempre lo hacemos.

— ¡Si! — respondieron todos al unísono.

— "Como siempre lo hacemos", manteniendo un alto nivel de defensa y trabajo de equipo — interrumpió un chico — aparte de la grandiosa falta de habilidad de los mininos de anotar puntos — se burló.

— ¡¿Haaaah?! — Yamamoto se acercó a intimidar a aquel chico, pero este mantuvo su sonrisa burlona.

— Déjalo en paz, Yamamoto, no te molestes por esas sucias serpientes.

— Y no te aburres de ese peinado — Daisho señaló el cabello de Kuroo — ¿Es para cubrir tu verdadera altura? — se burló — En realidad no has alcanzado los 1.80m, ¿verdad?

— ¡¿Haaaaah?! — el capitán de las serpientes había logrado molestar a Kuroo — Como si necesitará de esos trucos sucios — luego aliso su cabello hacia abajo — ¡Lo echo hacia abajo cada vez que voy a medir mi altura! — Kuroo y Yamamoto tenían expresiones intimidantes — Escuché que aún no te has recuperado de que tu novia te dejara. ¿Estás seguro de que no afectará en tu rendimiento? — Tetsuro contra atacó las provocaciones de la serpiente.

— ¡Espe-! — la expresión de Daisho cambio a una de frustración — ¡¿Qué?! Como si — aquel comentario lo había tomado completamente desprevenido — ¡Hablas como si fuera ella la que me dejó! ¡Yo fui el que la dejó a ella! — exclamó claramente alterado — Espera ¿y como sabes eso? — murmuró.

— Aquí van de nuevo — exclamaron Yaku y Kai al ver aquella escena entre los capitanes.

— Aunque el Nekoma de "como siempre lo hacemos" no es el mismo de antes — irrumpió Lev.

— ¡Lev, cagaste demasiado! — grito Yaku.

— ¿Yaku-san, cómo sabe la cantidad de popo que hice? — preguntó consternado y Hoshi soltó una risa ante el comentario de su amigo.

— ¡Habló del tiempo que te tomó, no de la cantidad! — explicó el libero y la mánager rió con más fuerza, captando la atención de Daisho.

— ¿Quién es ella? — preguntó señalándola — acaso, al fin conseguiste una novia, Kuroo — comento y Hoshi hizo una mueca de disgusto.

— ¡Fuku-chan, no pongas esa cara! — se quejó el capitán.

— Podrían terminar con lo que sea que estén haciendo, ya casi es hora del partido — anunció la castaña.

— En ese caso.

— ¡Nos vemos en la final! — exclamaron ambos capitanes a la vez.

El Nekoma caminó hacia la cancha, donde se podía escuchar el vitoreo de las porras, se sentía el calor que emanaban los diferentes cuerpos ahí presentes. El estómago se Hoshi se sintió vacío, las manos comenzaban a sudarle, ella no jugaría en el partido, pero era inevitable sentirse nerviosa, después de todo jugarían contra Fukurodani. La chica soltó un suspiro y dejó sus cosas en la banca que compartiría con el entrenador Nekomata y el entrenador Naoi, giró su vista en dirección al Fukurodani y vio a Bokuto quitarse la chaqueta y lanzarla, para ser atrapada por Akaashi, esta acción le hizo soltar una risa nerviosa que el entrenador Nekomata notó, la miró y le regaló una sonrisa tranquilizadora. La chica tomó asiento y espero a que el partido diera inicio.

La estrella que miraba a la lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora