6

242 26 3
                                    

Escuchó un ruido que no pudo distinguir, frunció el ceño y trató de poner atención a aquel ruido, parecían voces cuchicheando, se llevó las manos al rostro y se talló los ojos, se giró sobre el futón mientras parpadeaba, al abrir los ojos observó a Eri y Yukie recogiendo sus futones.

— Buenos días — saludó Hoshi.

— Oh, Buenos días Hoshi-chan — respondió Eri — ¿te despertamos?

— Eh, bueno — la chica no sabía que responder, pues si había despertado por sus voces, pero también parecía que ya era momento de levantarse.

— Perdón, no queríamos hacerlo — esta vez respondió Yukie — te vimos muy cansada, incluso anoche cuando llegamos te encontramos dormida — continuó.

— Está bien, no hay problema — Hoshi se levantó y empezó a recoger su futón.

— Nos iremos primero — Expresó Eri mientras caminaba hacia la puerta acompañada de Yukie. La mánager de Nekoma notó que en la habitación solo se encontraban Eri, Yukie, ella y una chica de cabello rubio que dormía a su lado — estaremos en el comedor con las demás.

— Sí — contestó Hoshi, y seguido de esto las otras dos salieron de la habitación dejando a la castaña y a la rubia a solas.

Fukushima terminó de recoger el futón, caminó hacia su maleta y buscó ropa para usar ese día, sacó un short suelto que le llegaba a medio muslo, una playera blanca con un T-Rex rosa que parecía estar corriendo de frente y junto a este tenía una leyenda que decía All my friends are dead. Empezó a cambiar su ropa y escuchó como la chica rubia se removía en el futón, parecía que estaba despertando. Hoshi observó cómo se talló los ojos, bostezó y habló con los ojos cerrados mientras se incorporaba.

— Shimizu-san ¿Qué hora es? — la rubia parpadeo, abrió los ojos y observó a Hoshi, su cara enrojeció al darse cuenta de que había confundido a Shimizu con aquella chica castaña de la cual no sabía ni siquiera su nombre. Hoshi soltó una risa al mirar cómo se ponía nerviosa la otra y empezaba a balbucear cosas sin sentido, pensó en Kuroo y entendió por un momento que se burlara de ella cada que se ponía nerviosa. Se sintió un poco culpable de burlarse de la rubia.

— Deben ser alrededor de las nueve — contestó Fukushima. La rubia se levantó de golpe y miró la habitación, se percató de que estaba vacía — las demás están en el comedor, Eri-san y Yukie-san se fueron hace un momento.

La rubia asintió y se dispuso a recoger el futón y cambiar de ropa; por otro lado, Hoshi había terminado de vestirse, esculcó en su maleta y sacó un peine, comenzó a cepillar su cabello y para su mala suerte seguía húmedo, nuevamente tendría que dejarlo suelto hasta que se secara y su cabello probablemente se esponjaría de nuevo, no quería ser víctima de las burlas de Kuroo tal como el día anterior, aunque no es como si pudiera burlarse realmente, pues para Hoshi, el peinado del pelinegro era bastante extraño y gracioso. Un golpe seco sacó a la mánager de sus pensamientos, volteó hacia donde surgió el sonido y se encontró a la rubia y los futones tirados en el suelo, se preguntó cómo es que eso había pasado, caminó hacia la otra chica y la ayudó a recoger las cosas mientras que el rostro de la rubia enrojecía nuevamente y murmuraba cosas sin sentido. Hoshi reprimió las ganas de reír, no quería parecer cruel como Kuroo, aunque le parecía muy divertida la situación, jamás había conocido a una persona que fuera más nerviosa que ella.

Cuando terminaron de arreglar el desastre que había hecho la rubia, Hoshi volvió a cepillar su cabello, al terminar guardó su peine y tomó una chaqueta delgada blanca con rosa de su maleta y se la puso. Sopesó la idea de esperar a aquella otra chica, cuyo nombre desconocía, sabía que era la otra mánager de Karasuno porque la vio el día anterior con la chica de lentes llamada Shimizu Kiyoko. Descartó la idea al darse cuenta de que la rubia seguía nerviosa y se movía torpemente, pensó que lo mejor sería dejarla sola para que se tranquilizara, así que tomó su mochila, caminó hacia la puerta de la habitación y antes de salir se despidió de la otra.

La estrella que miraba a la lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora