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Habían pasado un par de días desde que el campamento de verano había terminado y Hoshi se encontraba en su habitación, sentada en una silla, mirando hacia su cama, preguntándose como es que su amigo Lev había terminado acostado en su cama leyendo una revista deportiva. Quizá había sido a causa de su madre o del mismo Lev, pensó en que quizá había sido debido a ambos, pero pensar una razón lógica en la que ambos conspiraban en su contra era imposible, apenas y se habían conocido unos momentos atrás, cuando el chico tocó el timbre y preguntó por la chica. Realmente quería saber cómo había terminado en su casa.

— Lev, ¿cómo llegaste a mi casa? — preguntó directamente.

— Caminando —contestó a modo de broma, sin despegar la vista de aquella revista.

— Habló en serio.

— Eh, bueno, una vez te vi salir de aquí, cuando recién entraste al club como nuestra mánager — respondió mientras se sentaba en la cama.

— ¿Y asumiste que está era mi casa? — preguntó la chica.

— Así es — respondió con simpleza.

— Me preguntó qué habría pasado si me hubiera cambiado de casa o algo así — murmuró la chica — Probablemente te habrías puesto nervioso o algo así — se burló.

— Pero no fue así — refutó Lev algo avergonzado, el chico se incorporó en la cama, bajó su revista y miró a su amiga — ¿Te divertiste en el campamento de verano?

— A decir verdad, sí — Fukushima sonrió y Haiba copió su sonrisa — fue divertido verte sufrir con las recepciones — se burló.

— Deberías dejar de juntarte con Kuroo-san — se quejó.

— Yo no me junto con él — refutó — no es mi culpa que venga hacia mi cada que tiene oportunidad de molestarme — la chica se cruzó de brazos y Lev rio ante su acción.

— ¿Hiciste varios amigos en el campamento, no? — el alto cambió de tema — ¿Eso significa que hice un buen trabajo?

— Supongo que Hitoka-chan y yo nos hicimos buenas amigas, también hablé con algunas otras personas — respondió a su primera pregunta — ¿Buen trabajo en qué? ¿En abandonarme por ir a cenar? — la chica lo miró con una ceja levantada y una mirada fría.

— Eh — la autoproclamada estrella de Nekoma se puso nerviosa — bueno, tu — no sabía que decir — tu dijiste que podías relacionarte al menos con las managers —se defendió.

— Claro, con las mánagers, pero en ese momento me abandonaste en el gimnasio, sola, te fuiste con Hinata-san y los demás — reprochó.

— Pensé que ibas con Kuroo-san — respondió el peligris.

— ¿En serio? — la chica no podía creer lo que decía — Pensaste que sería buena idea dejarme bajo el cuidado del capitán-san, aquel que me aventó a las garras del revoltoso cuervo llamado Hinata.

— Eh, bueno, supongo que no lo pensé muy bien — se disculpó el chico.

— De cualquier manera — la chica soltó un suspiro — fue divertido.

El resto de la tarde la pasaron hablando de trivialidades, de las tareas de verano que Lev aún no había empezado y de los entrenamientos que llevarían a cabo durante el resto de las vacaciones. A Hoshi empezaba a emocionarle la idea de acompañar al equipo a los distintos partidos oficiales que llevarían a cabo en el torneo de primavera, se estaba contagiando del entusiasmo y alegría que emanaban sus amigos. Lev podía notar el entusiasmo en su amiga y sentía que su título de mánager no oficial pronto evolucionaria a mánager oficial, pero eso se decidiría a finales de junio.

Más tarde la madre de Hoshi, hizo acto de presencia en la habitación de la chica, les llevó algunos bocadillos y se sentó para conocer más a fondo al amigo de su hija, pues era la primera vez que la visitaba un amigo de su pequeña estrella. Haiba habló sin cesar con Azumi, la madre de la castaña, le contó detalladamente lo que habían hecho en el campamento, como Hoshi había entablado varias conversaciones e incluso había hecho amistad con la mánager de primer año de Karasuno. También le contó sobre las relaciones que la chica llevaba con cada uno de los miembros de Nekoma y de lo feliz que se sentía porque la castaña fuera parte del equipo. Por otro lado, la castaña, se sentía avergonzada de las historias que contaba su amigo sobre ella, justo en ese momento estaba narrándole como el segundo día del campamento la mánager y el capitán del equipo discutieron por la playera que tenía puesta la muchacha.

— Fue justo después de que Kuroo-san descubriera que Hoshi-san no estaba molesta con él — contó el muchacho — Miró la leyenda que tenía en su playera, decía algo como All my Friends are dead, y Kuroo-san le dijo "¡¿Qué pasa con esa playera?! ¡Eres cruel Fuku-chan, pensé que éramos amigos!", entonces Hoshi-san, le respondió "Jamás seria amiga de un sujeto con un peinado como ese", aunque aun así ambos pasaron mucho tiempo juntos en las practicas libres, incluso robó mi tiempo de calidad con ella — Lev se quejó por esto último — de cualquier manera siguieron discutiendo, Kuroo-san decía que Hoshi-san era muy cruel por usar esa playera y Hoshi-san decía que solo era una playera que hacía alusión a la extinción de los dinosaurios y un T-rex triste porque ya no tenía amigos, a lo que Kuroo-san argumentó que eso lo hacía aún más cruel.

— Espera — irrumpió Hoshi en el relato — ¿Tu como sabes eso? Ni siquiera estabas ahí en ese momento.

— Shibayama me contó — respondió el muchacho.

Fukushima Azumi se encontraba asombrada y fascinada con cada relato que contaba aquel chico y más aún al observar la interacción entre su hija y su amigo. Pronto cayó la noche y Lev tuvo que partir rumbo a su hogar, no sin antes recibir una invitación por la madre de Hoshi, para que las visitara pronto y que trajera más de los amigos en común que compartían ambos integrantes del equipo de voleibol de Nekoma.

La estrella que miraba a la lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora