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El frío de diciembre se hacía presente desde el inicio del mes. Sin embargo, los voleibolistas no lo sentían, pues sus cuerpos emanaban calor durante su entrenamiento. Para la mánager del Nekoma esto no sucedía, pues aquel sábado se encontraba en la banca, observando el partido de práctica que ella misma había organizado. Cuando el partido terminó, recogieron el gimnasio y los voleibolistas fueron a los vestidores a cambiar sus ropas, por otro lado, la chica se aseguró que todo en el gimnasio estuviera en orden. Al terminar, salió del gimnasio, cambió sus zapatos y se preparó para dirigirse a su casa, donde esperaba pasar el resto del día acostada y cobijada para contrarrestar el frío que hacía aquel día. De pronto escuchó como alguien la llamaba.

— Hoshi-san-chan — desde hace algunos días, Lev y Hoshi habían acordado que ya no tenía que usar el honorífico "san" con ella, pues se habían vuelto bastante cercanos y la castaña ya llevaba bastante tiempo llamándolo únicamente Lev, así que acordaron que el chico podía llamarla simplemente Hoshi o Hoshi-chan, pero al peligris le costaba trabajo hacerlo a la primera — Hoshi-chan — volvió a llamar.

— ¿Qué sucede? — preguntó sonriendo.

— ¿Qué harás hoy? — preguntó llegando a su lado.

— Nada en particular, planeaba sólo estar en mi casa, cobijada — respondió honesta — ¿Por qué?

— Es que iremos de compras y quería saber si te gustaría ir.

— Supongo que puedo ir, solo le mandaré mensaje a mi mamá — la chica sacó su teléfono.

— ¡Genial! — exclamó con alegría — Vamos, los demás nos están esperando en la entrada — Lev la tomó del brazo y la jaló corriendo.

— ¡Espera! — gritó la muchacha pues aún no mandaba el mensaje, pero el peligris hizo caso omiso.

Pronto llegaron a la entrada de la escuela y al fin Hoshi pudo detenerse y mandar el mensaje a su madre, fijó su vista en el pequeño grupo de personas y observó tres de sus compañeros de clases y una chica que iba en otro grupo. Cuando Lev le mencionó que "irían de compras", ella creyó que se refería a sus amigos del equipo de voleibol, no a sus compañeros de clase. No es que no quisiera ir con ellos, simplemente era extraño, pues había sido difícil poder entenderse con Makoto y ahora sus demás amigos estaban ahí también. Pensó que quizá podría estar un pequeño rato y luego buscaría una excusa para irse a casa.

— Vamos, Hoshi-chan — llamó el peligris — ah, mira, ellos son Futaba Hana, Miyamura Izumi y Kinomoto Midori — presentó a los tres chicos, a los cuales claramente ya conocía, los dos primeros iban en su clase y eran amigos de Makoto. La otra chica la había visto por los pasillos y también con Makoto y sus amigos — chicos, ella es Fuuuu-ku-shi-ma Hoshi — el peligris exclamó su apellido lentamente y por sílabas para no equivocarse y la castaña no pudo evitar reír ante ello.

— ¿Vendrás de compras con nosotros, Fukushima-san? — Preguntó Makoto y la chica solo asintió con la cabeza — ¡Genial! — exclamó contento.

— Movamonos antes de que me congele — intervino Midori y el grupo empezó a caminar.

El grupo caminaba y conversaba alegremente, bueno, al menos 5 de ellos, pues Fukushima solo los seguía en silencio y sonreía cuando algo le parecía gracioso. Izumi, Hana y Midori se sentían un poco incómodos por la presencia de la chica, pues no estaban acostumbrados a convivir con ella y no estaban seguros de si ella estaba cómoda ahí o no. Makoto notó la actitud de sus amigos y los entendía, pues para él también había sido algo complicado convivir con Fukushima. El azabache también se dio cuenta de que la mánager del equipo de voleibol iba tranquila y no parecía incómoda o nerviosa, probablemente era gracias a que Lev calmaba sus nervios con sus comentarios y su actuar normal.

La estrella que miraba a la lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora