La estrella que miraba a la luna

Extra

Después de que Koganegawa le invitara a jugar y el rubio se negara, Tsukishima Kei caminó hacia la salida del gimnasio, en compañía de Kunimi. Ambos muchachos iban en silencio, en dirección a los dormitorios que les habían asignado, pues se quedarían a dormir en aquel instituto. Una vez que llegó a su destino, dejó sus cosas y se dirigió al baño. Minutos más tarde volvió sus pasos al gimnasio y encontró a los muchachos del campamento aun practicando. Con la mirada buscó a la mánager del Nekoma, pero esta ya no se encontraba ahí y tampoco estaba el chico que la había colado, así que asumió que estos se habían retirado. El rubio bloqueador central se dirigió a la cafetería de la escuela, pues su estómago ya clamaba por algo de comida.

Estando ya en la cafetería y con una bandeja de comida en las manos, caminó hacia una mesa vacía, se sentó y empezó a comer en silencio, agradecido de comer en paz y tranquilidad, la cual se esfumó cuando tres de los chicos del campamento se sentaron frente a él. Eran Goshiki, Kindaichi y Koganegawa, en ese orden. Los tres lo miraban, como si intentaran iniciar una conversación con el chico, pero este simplemente los ignoraba y seguía comiendo, hasta que uno de ellos se dignó a hablar.

— ¿Eh? ¿Tsukishima? — lo llamó Kindaichi. Kei solo levantó la mirada, prestando atención al chico y esperando a que continuara — ¿Tu conoces a la chica que estuvo ayudando en el entrenamiento de hoy? — al cuervo le pareció extraña esa pregunta, se preguntó por qué quería saber sobre la mánager del Nekoma.

— Sí — respondió serio.

— ¿Es verdad que estudia en Tokio? — preguntó Kogane. A Tsukki le pareció que estaban muy interesados en la muchacha, quizá, después de todo, la chica si causaría algunos problemas en el campamento.

— Es la mánager del equipo de voleibol masculino de Nekoma — explicó.

— ¿Mánager? — preguntó Goshiki algo confundido.

— Sí.

— ¿En qué grado está? — preguntó Kindaichi.

— Primer año.

— ¡Es de nuestra edad! — exclamó Kogane. El bloqueador de Karasuno no entendía del todo la naturaleza de aquellas preguntas, le parecía sospechoso y lo hacían sentir un poco molesto.

— ¿Lleva mucho jugando voleibol? — preguntó el rematador de primer año de Shiratorizawa. Kei se quedó pensativo un momento, pues Hoshi en realidad no jugaba voleibol, solo era la mánager, aunque de vez en cuando Kuroo y Bokuto la envolvían en los entrenamientos libres que tenían. La chica era pésima armando y bloqueando, aunque la última vez que había participado en sus entrenamientos, parecía haber mejorado en el voleo, supuso que después de todo si jugaba un poco de voleibol.

— No, creo que desde el verano.

— ¿De verdad? — preguntó Kindaichi con asombro.

— No estoy seguro.

— ¿Por qué esta aquí en Miyagi? — cuestionó Kogane curioso.

— Sí, ¿Por qué no está en Tokio? ¿Cómo es que terminó ayudando en el campamento? — continuó Goshiki y Kindaichi asintió estando de acuerdo con las preguntas que habían hecho sus acompañantes.

— Vino de visita — respondió el rubio — tiene una tía que vive no muy lejos de aquí, al parecer enfermó y vinieron a cuidar de ella — respondió a la pregunta de Kogane — Como su tía se sentía mejor y no quería que se quedara encerrada en casa, le pidió a Ito que preguntara si podía participar en el campamento y le dieron permiso.

— ¿Ito? — preguntó Kogane confundido.

— Es uno de los recoge balones, el más alto, de cabello corto y negro — explicó Goshiki.

— ¿Entonces vendrá de nuevo mañana? — cuestionó Kindaichi intrigado.

— Supongo — murmuró el rubio.

Aquella triada de chicos siguieron cuestionando a Kei sobre la mánager del Nekoma y este poco a poco se hartó de sus preguntas, así que se levantó de la mesa, depositó las sobras de la comida en el basurero y dejó su charola en la pila de charolas sucias, para luego caminar hacia su habitación asignada, tal vez tomar un baño y proceder a dormir. En el transcurso el chico se preguntaba por qué aquellos chicos estaban tan interesados en Fukushima, no entendía qué podía tener de interesante la chica, pues en general era un manojo de nervios y cuando no estaba nerviosa era una persona algo molesta. Solía burlarse de él, aunque él también se burlaba de ella y a veces tenían charlas amenas, pero, por otro lado, tenía una personalidad algo infantil y aquella sonrisa petulante que a veces se mostraba en sus labios lo hacía fruncir el ceño. Era una chica sorprendentemente ágil y ridículamente torpe, su cabello siempre estaba hecho un desastre, aunque al tacto era bastante suave, cuando se molestaba en serio podía intimidar un poco, aunque por lo general se mantenía serena. Le parecían divertidas sus expresiones cuando se irritaba o frustraba, siempre que tenía oportunidad buscaba la manera de hacerla molestar solo por lo graciosas de sus expresiones.

Así que en realidad no entendía que era lo que les interesaba de la chica, de cualquier manera, jamás podrían tener una oportunidad con ella, si es que su interés era en ese sentido, pues Hoshi vivía en Tokio y ellos en Miyagi, aunque constantemente visitara a su tía, no aseguraba que tuvieran oportunidad, era más rentable que la muchacha saliera con alguien de Tokio, quizá con alguno de sus compañeros de clase o con alguno del equipo de voleibol. El rubio sacudió la cabeza, sus pensamientos se estaban dirigiendo a un lugar extraño y eso le disgustaba, decidió apresurarse a tomar un baño y luego escuchar música antes de dormir, pensó en revisar si aquella banda de covers llamada "Where is my tempo?" había subido un nuevo video a su canal de YouTube. El muchacho realizó cada una de las actividades que había planeado, pero de cuando en cuando en sus pensamientos se atravesaba aquella conversación que tuvo con los chicos del campamento y cuando no era la conversación, se presentaba el rostro de la mánager ya fuera sonriendo o haciendo alguna expresión graciosa. Esos pensamientos le traían aquella sensación de calor en su pecho y le molestaba.

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Actualización doble porque estaré ocupadx durante un par de semanas.