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Para año nuevo Kobayashi Saori había decidido visitar a la familia Fukushima, se quedaría algunos días con ellos y luego volvería a Miyagi. Durante su estadía conoció a los amigos de su querida sobrina, pues justo el primer día del año, el equipo completo había decidido ir de visita al templo, así que por la mañana pasaron por la mánager de su equipo y fue Saori la que los recibió. La mujer habló amenamente con los estudiantes y después de un rato los dejó ir. El grupo siguió su camino entre risas y conversaciones hasta llegar al templo donde agradecieron y rezaron. Al terminar decidieron probar su suerte, donde el único que salió con mala suerte fue Tetsuro. Al cabo de unas horas regresaron a sus respectivos hogares, cuando Hoshi llegó a su casa, sus padres le avisaron que más tarde irían a casa de Watanabe para pasar el resto del día, la chica asintió y se dirigió a su habitación, donde decidió llamar a Hitoka para desearle un feliz inicio de año y quizá charlar un poco sobre otras cosas que la habían tenido pensativa desde hace varios días. Yachi no tardó en contestar y conversaron amenamente sobre cosas que habían visto en Internet, lo emocionadas que estaban por las nacionales y algunos otros temas que iban surgiendo.

— Oye, Hitoka-chan — exclamó Hoshi un poco incómoda.

— ¿Sucede algo? — respondió curiosa, pues era evidente que estaba incómoda.

— Eh, es que, ah —empezó a balbucear — hmmm, yo, emmm, ah.

— ¿uh?

— Perdón — se disculpó por balbucear y tardar tanto en llegar al punto — ummmm, digamos que me he sentido extraña — Hoshi habló rápido y apenas se podían distinguir sus palabras.

— ¿Extraña cómo? — Yachi estaba intrigada.

— Pues extraña — la castaña no sabía cómo describir la situación.

— ¿ajá? — la rubia estaba intrigada y confundida.

— Digamos que a veces, cuando veo a cierta persona, me siento rara — murmuró.

— Oh — Hitoka no sabía que contestar.

— Y no me gusta cómo se siente eso.

— ¿Qué es lo que sientes?

— Eh, bueno, a veces siento que se me revuelve el estómago.

— ¿Como cuando tienes que hablar frente a toda la clase?

— No exactamente, creo que es diferente.

— ¿Qué más sientes?

— Bueno, otras veces siento como calor en mi pecho.

— ¿Calor?

— Sí.

— Hmmmm... — ambas permanecieron en silencio un momento, hasta que Yachi volvió a hablar — ¿Sientes que tu corazón se acelera?

— Si.

— ¿Y a veces sientes que tu cara se calienta?

— Si.

— ¿Y te sientes nerviosa al estar a su lado?

— Eh, bueno, no realmente, creo, no sé.

— Creo que ya se lo que te pasa — murmuró Hitoka nerviosa — yo no tengo mucha experiencia en ello, pero de acuerdo a las películas y dramas que he visto, creo que estás enamorada — concluyó.

— Oh — Hoshi se quedó en silencio, frunció el ceño, negó con la cabeza repetidas veces — no puede ser eso — exclamó reacia.

— Bueno, según las películas y dramas de romance, así se siente estar enamorado.

La estrella que miraba a la lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora