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Había pasado ya semana y media desde que las clases habían comenzado de nuevo, era miércoles por la mañana y Fukushima Hoshi se encontraba en su salón, sentada esperando a que comenzaran las clases o a que llegara Lev y charlar un rato con él. El tiempo pasó y pronto inició la primera clase, Hoshi negó con la cabeza, pues pensó que seguramente se le había hecho tarde a su amigo. Pasó la segunda y la tercer hora, la castaña comenzaba a inquietarse, pues no había señas de que Haiba estuviera cerca o próximo a llegar. Con el nerviosismo bajó sus dedos, tecleó un su teléfono un mensaje de texto para su amigo, donde le preguntaba si todo estaba bien. Después de eso continuó con sus clases e intentó ignorar el celular hasta la hora del almuerzo, donde lo primero que hizo fue sacarlo y ver si había obtenido respuesta del muchacho. Afortunadamente así fue, Lev le había contestado que se encontraba enfermo, pues ayer a medio camino hacia su casa lo había alcanzado la lluvia. La muchacha hizo una mueca y le deseó que se mejorara pronto, soltó un suspiro, tomó su almuerzo y salió del salón.

Hoshi caminó hacía la banca donde usualmente se sentaba a almorzar con Lev, era esa misma banca en la que se había sentado cuando Watanabe le cerró la oficina hace unos meses atrás. La castaña se sentó y empezó a comer su almuerzo, se sentía extraña de no tener a Lev a un lado haciendo ruidos de vez en cuando al masticar, o contándole alguna cosa que había visto en televisión. Era extraño, pues no era la primera vez que almorzaba sola, aun así, se sentía diferente, después de todo se había acostumbrado a tener al jugador novato junto a ella.

Cerca de donde se encontraba la castaña, caminaba un muchacho alto con peinado gracioso, iba en dirección a los salones de segundo año, sin embargo, se detuvo al divisar a la muchacha sentada y almorzando sola. A Kuroo le pareció extraño aquello, pensó en la posibilidad de que hubieran peleado o algo así, pero eso sería ridículo, no había manera en la que esos dos se dejaran de hablar, a pesar de que a veces Lev podía sacar de sus casillas a Hoshi, la muchacha disfrutaba pasar el tiempo con aquel chico. La curiosidad invadió a Tetsuro y dirigió sus pasos hacia la chica de primer año, una vez estuvo lo suficientemente cerca como para no gritar, le habló a la muchacha.

— ¿Dónde dejaste al rascacielos andante, Fuku-chan? — Al escuchar esas palabras Hoshi levantó la vista y frente a ella observó al capitán del Nekoma parado frente a ella, con las manos en los bolsillos del pantalón. Fukushima soltó un suspiro de cansancio y lo miró seriamente.

— Sabes, tu también eres alto, no deberías de insultar a Lev de esa manera, cabeza de gallo-san — respondió la chica mirándolo duramente.

— Ah, bueno — Tetsuro hizo una mueca incomoda ante el aparente regaño de la chica, haciendo que la castaña soltara una risa divertida — ¡No hagas eso Fuku-chan! — se quejó — me confundes, ya no se si me estas regañando o tomando el pelo.

— Ambas — respondió sonriendo — Lev no vino hoy, enfermó — explicó Hoshi.

— Ya veo — contestó el mayor. El capitán del Nekoma se quedó pensativo un momento, no sabía si sería o no buena idea acompañar a la chica durante el almuerzo, o invitarla a almorzar con él y Kenma. Quizá esta era una duda extraña, pues normalmente arrastraría a la chica con él, justo como Lev hacía. Sin embargo, ahora se encontraban en una situación distinta, pues desde el inicio de las clases, la castaña había estado algo ausente en la vida del capitán y esto lo hacía sentir que debía andar con cuidado. De cualquier modo, terminó haciendo aquella pregunta, esperando un rotundo "no" por parte de la muchacha — ¿Quieres almorzar conmigo y con Kenma?

— Está bien — respondió la chica con una sonrisa. Esto tomó por sorpresa al de tercer año, pero intentó mantener su rostro lo más relajado posible y no mostrar lo sorprendido que estaba por aquella respuesta afirmativa. La castaña guardó su almuerzo y se puso de pie.

La estrella que miraba a la lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora