Las Alas de Cupido (#1)

Capítulo veinticinco

Okey, antes del capítulo, me quiero disculpar por la tardanza. 

Sé que me demoré en actualizar, pero estuve atravesando un periodo un poco agotador, también estuve enferma, y estuve en lugares sin internet, así que todos esos factores coincidieron con que no pudiese subir capítulos. 

¡Pero aquí estoy! ¡Viva! 

Este capítulo va para ustedes, que se quedaron pese a mi inconsistencia jsjs. 

Muchas gracias por la paciencia y por la espera. Volveremos a las actualizaciones semanales, pero no dos veces por semana... Lo siento. 

Sin embargo, este viernes comienzo a publicar mi nueva historia, "Flores para Roma", ya disponible en mi perfil, por si alguien se interesa. 

Eso, muchísimas gracias de corazón...

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NICO

Siento que me asfixio.

Desde que desperté con la llamada de Cari llorando me siento entumecido. No sé qué hacer, no puedo moverme. Ni siquiera sé en qué momento me visto y me subo al taxi para ir al aeropuerto.

Había tenido una de las mejores semanas de mi vida. Era feliz, Lena y yo estábamos en algún lugar, finalmente podía ser abierto con mis sentimientos, y había dejado a mis hermanos al cuidado de mi madre.

Todo debería haber estado bien.

¿Qué falló, entonces? ¿Por qué Andy ahora estaba en el hospital y no descansando en casa?

Soy medio consciente de lo que sucede a mi alrededor.

Lena les dice a los chicos que se queden y se hagan cargo de las cosas, ella compra los boletos y toma mis documentos. Incluso se hace cargo de llamar a Cari y calmarla antes de que el avión despegue.

—Tengo miedo —Le digo cuando estamos sentados en el avión.

—Lo sé.

No me dice "todo estará bien" ni me miente con alguna de esas cosas positivas que solo me deprimen más. Solo me sostiene la mano y se encarga de todo, incluso de hacerme comer.

—Comeré cuando vea a mis hermanos.

—Comerás ahora porque tus hermanos te necesitan sano y fuerte, y no descompensándote por una falta de glucosa —Me ordena con dureza.

Y eso justo eso lo que necesito para espabilarme.

Mis hermanos me necesitan, mi madre me necesita. Habrá un tiempo para entrar en pánico y decaerme, pero no es ahora... Ahora debo mentalizarme para sostener a mi familia y asegurarme de que, pase lo que pase, cuenten conmigo para no desmoronarse.

—Lena... —La llamo, sosteniendo su mano, intentando calmar los temblores de la mía—. ¿Y si...?

—No te adelantes a los hechos —Me corta, y veo que ella está luchando para mantenerse serena... Por mí—. Pasará lo que tenga que pasar.

—Eso no es alentador.

—No, pero es la verdad —Aprieta nuestro agarre sin decir nada.

No digo nada más, ella tampoco. Creo que ninguno sabe realmente qué decir o hacer, solo nos queda esperar.

No quiero pensar en lo peor, pero es demasiado sencillo. La vida es frágil, y la muerte es solo un momento. Mi padre un día estaba bien y al siguiente había tenido un accidente en auto, cosas así sucedían todo el tiempo.