Capítulo quince

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La fraternidad Theta-Beta se caracteriza por dos cosas: estar compuesta por un montón de adolescentes hormonales que posiblemente heredarán un imperio familiar y que no necesitan estudiar, y sus fiestas en las cuales siempre pasan cosas malas.

¿Por qué estoy aquí, si claramente no es mi ambiente?

Alcohol gratis, principalmente. Pero también porque se supone que esta noche me encontraba con Samuel y finalmente terminaré con él.

Ya lo decidí. Mi vida ya es una mierda como para tener que tenerlo a él junto a mí haciéndome aún más miserable. No me gusta, no lo quiero, creo que en realidad lo odio, y no me duele la idea de dejarlo.

Y no quiero seguir sintiéndome mal por haber besado a Nico aun estando en una relación.

Fue solo un pequeño contacto de labios, pero solo eso me hizo sentir más viva de lo que me había sentido en meses.

Resulta que me sentí mal durante dos meses por besar a Samuel, y solo toco los labios del que se supone que es mi mejor amigo y todo parece tener sentido de nuevo.

Y no sé qué hare al respecto, pero sí sé que no puedo seguir con alguien que no me hace sentir ni cómoda, ni feliz, ni bien conmigo misma.

—¡Lena! —Me llama un chico con quien siempre me topo y que estudia ¿Psicología? No lo recuerdo—. Te guardé una botella de vodka, cerrada.

—Eres un sol, Marlon.

—No aceptes nada de nadie —Advierte entregándome la botella como si estuviese traficándome—. Vi algunas cosas feas.

Asiento y pronto lo pierdo en la multitud.

Veo algunos rostros que reconozco de otras fiestas, también parejas besándose y gente en el jardín hablando. La pista de baile improvisada está en el centro de lo que habitualmente debe ser una sala, y es el lugar al que me dirijo.

Pronto estoy sumida en la música, tomando sorbos de la botella que Marlon me dio y protegiendo que nadie se acerque a ella.

No confío de nadie en estas fiestas. Si he conocido muchas personas agradables, algunas de las cuales me he topado en la universidad cuando voy, pero también sé de personas que no tienen las mejores intenciones en estos lugares.

Bailo. Todos mis pensamientos, mi rabia y mi dolor, se van con la danza y el alcohol.

O eso quiero creer, cuando la realidad es que mis problemas siguen ahí, pulsando detrás de mi cabeza como un recordatorio de que haga lo que haga nunca se irán.

Cierro mis ojos, arrastrándome hacia la oscuridad, pero de nada sirve porque inmediatamente aparece frente a mí Nico, específicamente luego de que lo besara hace dos días, con sus ojos sorprendidos y sus labios ligeramente entreabiertos.

¿Había sentido lo mismo que yo al besarlo? ¿Había sentido ese escalofrío en la columna y esa calma en el cuerpo?

Estaba segura de que mi enamoramiento hacia Nico había desaparecido con catorce años, pero parece que mis sentimientos solo estaban hibernando para despertar en el momento menos apropiado.

Bebo otro sorbo de la botella y miro a mi alrededor, sintiéndome cansada. Ni siquiera el baile y la bebida están ayudando a que me sienta menos miserable.

Debo terminar lo que vine a hacer y me iré a algún lugar silencioso a terminarme mi botella.

Veo a Samuel en una esquina hablando con su grupo de "amigos", pero la verdad es que sospecho que es una banda y que está metido en cosas realmente turbias.

Las Alas de Cupido (#1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora