dream candy shop - taiju x lectora

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Narras tú.

Después del abrazo Cami se quedó en la cama con nosotros y nos pusimos a charlar y a contar cosas.

- Entonces, después de ese día, nuestro primo Genaro no volvió a dejarnos a cargo de sus gatos.

- Onee-Chan, ya me contaste esa historia cinco veces - Se quejó Cami.

- Se la estaba contando a Taiju de todas maneras - Ella hizo un puchero ofendida y yo me tiré a hacerle cosquillas.

Después de darle a mi hermana menor un ataque de risa volví a mirar a Taiju, él me estaba sonriendo, muy levemente pero lo hacía de todas manera, tienes que declararte afortunado si algún día logras hacerlo sonreír.

- Se ve que la pasaste muy bien todos los años que estuviste lejos.

- Extrañaba mucho a mis amigos, pero encontré la forma de divertirme - Abracé a Taiju de uno de sus brazos - Aún no puedo creer que te hayas puesto tan musculoso, ¿Cuánto tiempo pasas entrenando?

- Lo suficiente, también he fortalecido mucho mi zona abdominal.

- Suena bien, ¿Puedo ver?

Juro que pasaron unos cuantos segundos hasta que me di cuenta de lo que había acabado de decir.

En ese momento no era tan anormal pero después de que pasaron los segundos en una mirada incómoda empecé a darme cuenta de que en efecto, soy una pervertida.

Aunque no es ninguna mentira que definitivamente quiero ver que tan bien están esos abdominales.

- L-lo siento, no sé por qué dije eso... ¿Podemos cambiar de tema? Eso fue muy incómodo.

- No, no, está bien - Se me rió en la cara - No te preocupes, me gusta presumir mi estado físico.

Dicho es agarró el borde de su camiseta y la subió lentamente revelando todo su abdomen muy bien marcado.

Me quedé en silencio un buen rato admirando la vista e inconscientemente mi mano se movió para levantar más su remera pues de veía el comienzo de un tatuaje. Él me dejó seguir con lo mío y yo pasé las yemas de mis dedos por todo el tatuaje subiendo incluso por todo su pectoral derecho.

Tenía los abdominales que todo hombre desearía tener, se veían resistente y la tinta de los patrones en su piel le daba un toque más varonil.

Levanté la mirada para encontrarlo un poco sonrojado, creo que me pasé intentando manosearlo.

- Perdón, prácticamente se me fue la mano...

- También empecé a creer que estabas tocando de más - Apresuradamente me volví hacia Camila, hubiera sido vergonzoso que mi hermana me haya visto hacer eso, afortunadamente ella estaba dándonos la espalda, muy ocupada en su revista de boybands.

- Pero estas bastante bien, ni mi ex novio tenía un cuerpo tan tonificado como el tuyo.

- ¿Ex novio?

- Ah, ¿No te conté? - Él negó, bastante serio - Pues salí un muy corto tiempo con un chico mayor que yo allá en Ciudad de México, no significó mucho como podrás ver.