dream candy shop - taiju x lectora

꒰22꒱˖♡

Narra Taiju.

Llegamos a mi casa y ella bajó del auto, tambaleándose un poco,

Cuando la recosté en el sofá de mi departamento, _____ tiró todo su cuerpo para atrás y sus relajó por completo.

— Taiju, ¿Puedes llevarme al baño por favor?

— Claro, te ayudo.

La ayudé a levantarse y la llevé con cuidado al baño, estuve un rato sujetando su cabello mientras ella devolvía todo lo que había tomado, la resaca de mañana le partirá la cabeza.

— Tai... Me siento rara.

— Estás borracha. ¿Qué pensabas tomando tanto alcohol a la edad de dieciséis?

— No es la cerveza, es más fuerte que eso Tai — Se levantó débil y se lavo la cara, se quitó su maquillaje y se enjuagó bien la boca — Estoy ardiendo y me duele la cabeza.

— Tienes fiebre.

— Waah, no quiero, siempre que tenían que dar un jarabe asqueroso cuando tenía fiebre...

— Corrijo, tienes fiebre y esta borracha.

Como se negaba a moverse del baño, la tuve que cargar como un princesa y llevarla a mi cama, la acosté ahí con delicadez y ella sonrió.

— Tengo tanto sueño, y esta ropa es taaan incómoda — Lentamente fue aflojando su corset.

Yo ya me había dado vuelta antes de poder verla, para ofrecerle una de mis camisetas, al menos para que esté cubierta y no en ropa interior.

— Pontela, y cuando regrese con tu bebida caliente no te quiero ver con tu parte de arriba desnuda.

— Como digas.

Suspiré y salí de la habitación, pensando que había sido eso. ¿Se me estaba insinuando? Cómo se le ocurre a su mejor amiga darle alcohol cuando no sabe manejarlo.

Cuando volví con su taza ella ya estaba cambiada y había dejado toda su ropa desparramada en el piso, le alcancé su leche e inmediatamente cayó dormida después de beberla. La tapé bien y me llevé una almohada y sábana extra para irme a dormir al sofá.

Parpadee un par de veces y cuando volví a abrir los ojos ella estaba ahí.

— ¡Carajo! — Me levanté de golpe — ¡Vuelve a dormir _____!

— No puedo, esa habitación es oscura y me da miedo.

— Es de noche, todas las habitaciones están oscuras, ahora vé a dormir antes de enfadarme más.

— Iré a dormir, pero tienes que venir conmigo — Rodeó el sofá y se sentó sobre mis piernas, mirándome suplicante — Vamos, tienes una cama de dos plazas, entramos los dos ahí.

— Solo si prometes dormir — Ella asintió y tiró de mi brazo hasta que ambos llegamos a la habitación.

Se dejó caer en la cama nuevamente y me hizo un espacio para mí, me acosté junto a ella y se acurrucó en mi pecho. Su cercanía me hacía bien, saqué los mechones que estaban desparramados en su cara y ella me agradeció.