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Sentí repentinas ganas de vomitar. No supe cómo reaccionar, en especial con todo el público en el interior de la carpa, esperando expectantes a que yo tomara su mano. No tenía idea de que los Roux me escogerían para formar parte de su acto. De ser así, supuse que me lo dirían. La sorpresa es absoluta en mi débil ser y ahora, si no quiero arruinarlo todo, debo entrelazar sus dedos con los míos.

Cuando trago saliva y mi mirada titubea, el chico frente a mi me guiña un ojo para tranquilizarme y también, con un simple gesto, decirme que todo estará bien. Pero yo no podía estar segura de eso porque no sabía lo que me esperaba. ¿Qué se suponía que iba a hacer?

No diría con seguridad que sufro de pánico escénico, pero tampoco quiero descubrirlo hoy, mucho menos si eso implica cagar la actuación especial que los Roux han esperado por tanto tiempo por realizar.

Miré a mis lados cuando los silbidos y gritos aumentaron en picada. Todos esperaban por mí, ni siquiera había alzado mi trasero del asiento y ya estaba causando un desastre. Así que, disimulando mi cuerpo tembloroso, tomé la mano de Austin.

La luz del reflector ni siquiera enfocaba a la familia, sino directamente a mi, siguiendo cada uno de mis pasos mientras bajaba las escaleras. Intimidada por la intensa iluminación, entrecerré los ojos. Sentía como si todo estuviera sucediendo en cámara lenta. Yo ralentizando mi caminata, la mirada divertida de Austin clavada en mí sobre su hombro, las manos del público chocando entre sí. Era intimidador.

Mis pulsaciones se aceleraron cuando el pulgar del chico que me guiaba, dibujó círculos sobre mi mano. No quería dirigirse a mí en palabras, seguramente para no levantar sospechas en el gentío. En cambio, eligió utilizar señas para calmar mis nervios. Estoy segura de que era muy consciente de mi estado, y hacía todo lo posible por mejorarlo.

Parecieron pasar años hasta que llegué finalmente a la arena, donde los otros cuatro integrantes de la familia me esperaban ansiosos.

-¿Cuál es su nombre, señorita?- preguntó Normand, tomándome de los hombros y poniéndome de frente al público.

Acercó su micrófono a mi- Aubrey.

Entonces, Caroline se colocó frente a mí y susurró solo para que yo la oyera- Confía.

Cubrió mis ojos y me sumió en la oscuridad.

🟊

Me desperté desorientada, ligeramente dolorida en la zona de la cabeza. Mi mano instintivamente, se dirigió a mi frente y cerré los ojos con fuerza ante la punzada molesta. Lamí mis labios resecos y luego me atreví a abrir los ojos.

Unos ojos marrones me recibieron, intrigados, hasta diría preocupados. Tuve que pestañear varias veces para darme cuenta de que eran pertenecientes a Alexis. La chica se incorporó una vez que la miré y comenzó a estirar su cuerpo.

-¿Q-qué...?- no sabía ni qué decir.

-¿Tú qué rayos haces en mi puesto?- me miró con mala cara- Levántate, vamos.

Le hice caso solo porque quería saber en dónde estaba. Volví a escuchar gritos y adulaciones, pero esta vez provenían de debajo de mi, en vez de mis costados. Me posicioné al lado de Alexis y seguí su mirada. Fue entonces que comprendí que estábamos en un balcón. Abajo, la familia Roux recibía adulaciones en lo que se despedían del público y salían de la arena.

-¡¿Pero qué ha pasado?!- grité colérica.

-Si bien conozco el truco, amo verlo. Y ver las reacciones de los demás. Estuviste bien- habló con tanta tranquilidad que incluso llegó a desesperarme- Pero sigo sin entender qué haces aquí.

Circus (+18) I COMPLETA IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora