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El dinero era lo que menos me importaba. Tenía mi monto, por supuesto, no iba a apostar sobrepasando los límites. Y la verdad parecía que todos estaban en las mismas condiciones que yo con respecto a los niveles de cada uno. Ahora lo único que importaba era el boleto. Lamí mis labios jugando las partidas, concentrada en mis cartas y estrategias. Afortunadamente, sabía jugar al póker. Me habían enseñado en la escuela y de allí aprendí ciertos trucos claves para ganar.

Fue luego de cinco rondas que nos introducimos en la batalla final, donde básicamente quedamos dos jugadores luego de que los restantes perdieran su mano y abandonaran la partida. A veces era mejor dejarlo antes que seguir arriesgando. Logré pasar hasta quedar mano a mano con Gerald, el chico que aparenta más o menos mi edad, y, al igual que yo, se ve muy objetivo y seguro de ganar.

La ficha verde reposaba bajo mi dedo mientras, internamente, repasaba mi juego. Recibí un tierno gesto en el muslo por parte de Austin. Su tacto me reconfortaba, pero era su mirada y sonrisa lo que me hacían aún más segura de mi misma. No tenía que perder la concentración, ni saltar con los nervios. Así no se ganaba esto. Tenía que poner las manos sobre la mesa y esperar que mis decisiones fueran las correctas.

Tragué saliva cuando finalmente Gerald mostró sus cartas a regañadas, declarando mi victoria.

Apenas pude reaccionar, no caía en cuenta de que había hecho lo correcto para llevarme a ganar el juego. Austin me abrazó por atrás con fuerza, felicitándome por mi logro. Le devolví el abrazo, escuchando a mis lados los resoplidos y maldiciones por parte de mis contrincantes.

Fue entonces cuando una figura salió de su escondite para entrar en la habitación. Una mujer se había mantenido detrás de una cortina, al parecer observando todo. Supuse que era la representante de Joshua Garden. Ella dejó caer sus manos sobre la mesa para inclinarse hacia mí y dedicarme una sonrisa algo torcida.

-Felicidades, querida.- me extendió de su saco una tira de papel para entregármela. Cuando la recibí, la examiné, tomando en cuenta los detalles en los bordes y la tipografía en cada palabra- Nos veremos en Nueva Orleans.

-Señorita- la llamé antes de que se fuera- ¿Puedo llevar invitados?

-Lo consultaré con el señor Garden, pero debo decir que él fue muy específico. Sin embargo, haré el intento.

Agradecí su amabilidad antes de que finalmente se marchara. Los tipos a mi lado, luego de dedicarme una mala mirada, también hicieron el ademán de marcharse. Sin embargo, los detuve antes de que lo hicieran. Me miraron extrañados.

-Quédense el dinero, si quieren.

Probablemente muchos me llamarían estúpida por regalar el dinero de esa forma. Pero tenía que ser sincera. Me sentía un poco mal por arrebatarles la oportunidad de conocer a la persona que siempre idolatraron solo porque mi instinto y una estúpida ficha de póker me obligaron a hacerlo. Sentí que lo mínimo que podía hacer, era esto.

La mayoría de ellos me sonrieron, sorprendidos y agradecidos por el acto. Se repartieron el dinero entre sí y salieron del salón oscuro, dejándonos a Austin y a mí a solas.

-Eres un ángel- se burló. Yo reí apoyado mi trasero y mis brazos en el borde de la mesa redonda. Largué un suspiro.

-Admito que me pone un poco nerviosa estar a solas con un hombre famoso y con poder. Pero si es tan talentoso como dicen todos que es, pues supongo que me la pasaré bien, ¿verdad?

Austin torció los labios y se mostró pensativo.

-De hecho... de eso quería hablar contigo.- lo miré confusa cuando titubeó- Pero lo haremos en otro momento. ¿Está bien? Es complicado.

Circus (+18) I COMPLETA IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora