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-¿Cuál queda mejor?- alterné los dos tops- ¿Esta o esta?

-Mmm...- él se llevó la mano a su barbilla, pensativo- A ver, desnúdate.

-¡Austin!

-Bueno, es que necesito ver toda tu figura para tomar una buena decisión.

Negué la cabeza riendo y me subí a su regazo para besarlo. Estábamos por irnos a la reunión a la que fuimos invitados, pero antes tenía que ver qué ponerme. Por supuesto que no era una ocasión formal y no tenía que tomármelo en serio, pero quería estrenar la ropa que Caroline me había comprado aquella vez que salimos juntas. Además, era divertido vernos con Austin mutuamente quitándonos la ropa.

-Bri...- murmuró mientras yo besaba su cuello- te tengo otro truco de magia. Exclusivo para ti.

-A ver- lo miré emocionada. Amo sus trucos.

-Puedo levantar partes de mi cuerpo sin necesidad de mover un dedo- con delicadeza, agarró mi mano y la dirigió a su entrepierna- Taran...

-¡Eres un puerco!- le di una palmada en el pecho. El idiota solo estaba mostrando su notoria erección- ¿Quieres que me encargue de esto antes de irnos?- pregunté entonces, cerca de sus labios.

Él asintió aceleradamente.

Con una sonrisa traviesa en mi boca, descendí mis besos de a poco, dejando marcas alrededor de su piel, hasta finalmente llegar a la altura de su pantalón. Desabroché su cinturón en un movimiento rápido, deslicé el cierre, y luego bajé su bóxer hasta dejarlo completamente desnudo. Austin ya me había hecho el favor a mi en lo que a placer respecta, encargándose de liberar mis frustraciones con su lengua en la zona baja de mi cuerpo. Se lo debía y quería hacerlo. Quería volver a escuchar sus gruñidos y tener su mano aferrándose a mi cabello. Quería hacerlo sentir bien.

-Quítate el sostén- ordenó.

Solo tuve que utilizar dos de mis dedos para hacerle caso y liberar mis pechos para dejarlos a su vista. Una vez bien acomodada y preparada, utilicé mi lengua para lamer la longitud de su miembro y darle un pequeño juego previo. Él no tardó en tirar la cabeza hacia atrás y lanzar ligeros gemidos. Sonreí ante aquellos sonidos. Me ayudé con mi mano al principio con el objetivo de provocarlo con cada segundo que pasaba y volviéndolos insufribles para él. No había que ser un genio para saber cuánto deseaba que terminara con su tortura, pero esto es parte del juego. Así que seguí provocándolo, ayudándome con mis pechos también, hasta que finalmente me decidí a metérmelo en la boca. Me costó un poco al inicio, pues la última vez que hice algo como esto fue hace un tiempo atrás, con un tipo en una fiesta, y básicamente apenas era consciente de lo que hacía. Pero en esta ocasión, quería hacerlo bien para, como he dicho antes, devolverle el favor y hacerle pasar un buen momento. Sin embargo, tenía que admitir que estaba un poco nerviosa. No importa cuánta confianza haya desarrollado con él, siempre sentiré aquella pizca de nervios que se almacena en mi cuerpo. Es inevitable.

Él me observó en todo momento, con su mano bien adherida a mis mechones, incluso la paseaba en las zonas de mi cuerpo a las que aún tenía acceso. Con aquel agarré, insistió en que acelerara mis movimientos y yo, complacida, obedecí. Gruñó mi nombre todo el tiempo y murmuró lo bien que se sentía, cosa que a mí me excitaba aún más. Me motivaba y lograba que me volviera cada vez mejor en esto. Quería sonreír pero, por obvias razones, no podía. Así que lo hice por dentro.

Por mucho que él intentara contenerse, llegó un punto en el que no pudo hacerlo más. Me advirtió rápidamente y yo me obligué a dejar de chupar cuando su frustración se liberó... literalmente en mis tetas.

-Joder- dijo, respirando pesadamente y limpiando el sudor de su frente- Te amo.

Mordí mi labio incorporándome y me incorporé hasta quedar a su altura. Luego, restregué mi nariz con la suya- Y yo a ti.

Circus (+18) I COMPLETA IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora