BILOGÍA STAR: LIBRO 1.
¿Alguna vez se te ha ocurrido pensar en lo que sucede tras bastidores? ¿O en la cantidad de secretos que son capaces de ocultar los intérpretes?
Un viaje alrededor de Estados Unidos.
Una chica que formará parte de una nueva fa...
Incluso con dieciocho años de edad, sigo sintiéndome el niño asustado y cobarde que siempre he sido.
Absolutamente todo sigue muy presente en mi mente. La muerte de mi hermana, la de mi madre, y especialmente y para contenido de mis pesadillas, la persona que controlaba cada uno de mis movimientos. Andy, el payaso que me atormentaba todos los días sin excepciones, incluso estando muerto, sigue invadiendo mis pensamientos.
Pasaron los años y son pocas las cosas que puedo rescatar de aquel entonces. Demasiado pocas. Una de ellas es la llegada de Aubrey a nuestras vidas. No tardé mucho en amarla como a una hermana porque ella no dudó en actuar como una siempre que la necesité. Estuvo allí siempre para mi, incluso cuando yo no podía ofrecerle mi voz. Internamente, rogaba que nuestra falta de comunicación no lograra separarnos. Y afortunadamente no fue así, porque ella, a pesar de todo, se mantuvo a mi lado.
Más difícil aún era quedarme callado ante mis hermanos mayores y mis padres. Cada mañana intentaban sacarme una risa con alguna broma tonta o un simple cumplido, pero yo tenía que limitarme a sonreír, porque cada vez que pensaba en abrir la boca, los ojos de ese monstruo volvían a presentarse en mi cabeza. Odiaba que me controlara de esa forma, pero era un niño completamente manipulado y aterrado. Cada una de sus frases se repetían dentro de mi:
"Voy a enviar al resto de tu familia al cielo con Valerie" "Vas a quedarte completamente solo" "No eres más que el miembro débil de la familia"
Puede que me haya liberado de sus garras, pero su alma siempre seguirá presente en mi entorno, porque aún no consigo borrarlo de mi mente.
No he vuelto a pisar el circo. Me niego a hacerlo. No lo soportaría. Desde pequeño, mis padres me mostraron lo que es la magia y me encantaba practicarla y presentarme con ellos en el show de Joanna. Realmente vivía un sueño. Y si bien dentro de mí sé perfectamente que deseo volver... también soy consciente de que eso terminará conmigo. Lo único que lograré es retroceder miles de pasos al mismo tiempo.
Mi vida es muy diferente ahora. Básicamente, me levanto de la cama, asisto al trabajo, y cuando tengo un rato libre me escondo en el alcohol. Soy demasiado joven como para pasar por esto, todo el puto mundo me lo dice. Pero estoy tan perdido que ni siquiera sé qué camino debería seguir.
"Deberías empezar una carrera, Elián" "Deberías conseguir un empleo con mejor paga, Elián" "Deberías dejar de beber, Elián" "Deberías aguantar una semana sin que te metan en la cárcel, Elián". Todo el puto mundo sabe lo que debería hacer mientras que yo sigo haciendo oídos sordos.
Me digo todos los días lo mucho que me odio a mi mismo. Desearía ser capaz de superar cada obstáculo que se presenta en mi camino, pero entonces la cobardía vuelve a apoderarse de mi. Joder, ni siquiera puedo dormir con la luz apagada.
A veces... mi mente me lleva nuevamente al recuerdo de esa noche. Veo mis manos llenas de sangre perteneciente a Valerie, veo el bisturí manchado por completo, veo el rostro de mi hermana sonriendo incluso cuando está a punto de perder la vida. Las imágenes persisten y me perturban cada vez más, sin importar qué. Y hasta el día de hoy, no me explico cómo rayos tuve la fuerza para hacer aquello.
Lloro. Lloro mucho al recordar el hecho de que maté a la persona que siempre me acompañaba en mis aventuras, a quien solía ser mi mejor amiga, a quien amaba tanto. Jamás olvidaré la mirada que me dio en aquel momento. Jamás.
Sé que para muchos aparento un tipo a quien nada le importa, pero no se dan una idea de lo mucho que tiemblo por dentro.
Y es que alguna vez fui un niño feliz con una familia amorosa. Pero ese niño se ha ido para siempre. Ahora lo único que soy es un adulto frío, amargado y temeroso de sus propios recuerdos.
Y todo es culpa de ese hijo de puta.
Andy no solo apagó la luz de mi hermana y la de mi madre, sino también la mía. Él me convirtió en esto. En una maldita estrella oscura.
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