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Ay, no.

Esto no es posible.

Todo mi cuerpo tembló en cuanto los labios del señor Garden se movieron y formaron un nombre que definitivamente no era el mío. No parecía ninguna especie de broma de mal gusto. Al contrario, Joshua se veía muy seguro al hablar y al tomar mi mano para arrastrarme al asiento. No tuve tiempo de reaccionar a tiempo, me había quedado con la boca abierta mientras apoyaba mi trasero en la superficie suave de la silla. Jodida mierda, este hombre cree que soy Valerie.

Señorita Roux..., Señorita Roux...

¿Entonces fue así todo el tiempo? Cuando me entregaron la carta, toda esta amabilidad exagerada. ¿Siempre creyó que vería a Valerie?

-Ansiaba verte en persona- dijo, sirviendo una copa de vino frente a mi- Te noto tensa. ¿Sucede algo?

Moví la boca pero nada salió de ella. No sabía cómo responder. Pues, por un lado, quería decirle que yo no era la persona que creía, y, principalmente, que Valerie estaba muerta. Pero, por el otro lado, tenía miedo de que me echase. Y, sinceramente, quería ver qué tan lejos llegaba este señor.

Por fin, tuve el valor de decir algo:

-Solo estoy un poco nerviosa. Por... la obra, digo- ojalá se lo haya tragado.

Él acomodó su asiento de forma que el ángulo diera para mirar al escenario perfectamente, y a su vez, apuntar sus pies hacia mi. Aproveché esos movimientos para apreciar su figura. Para sus treinta y tres, aparentaba menos edad, como unos cinco años menos. Bajo la gruesa tela de su traje de gabardina, sus músculos intentaban lustrarse. Su barba estaba recién afeitada, notoriamente, y su cabello iba peinado hacia atrás. Un hombre por el que cualquiera babearía, por supuesto. Ahora entendía a Caroline a la perfección.

La cosa era el aura que desprendía, aquel aire de superioridad y, al mismo tiempo, seductor e inteligente. Cada movimiento que ejecutaba, aunque fuera mínimo y sin importancia, lo hacía con precisión y seguridad. De vez en cuando se pasaba la mano por la barbilla y me dedicaba miradas con intenciones más allá de amables. Probablemente hubiese caído en sus trucos si no fuese por el hecho de que sigo estupefacta por la persona que él considera que soy.

-Me preocupaba que estuvieras molesta conmigo.

Tragué saliva- ¿Por qué lo estaría?

-Oh, bueno, porque no me has respondido los mensajes en más de un maldito año.

"Ah, sí, lo siento. Estaba ocupada en mi tumba". No, eso no suena para nada bien.

Joder. No, no puedo pretender ser Valerie. ¿Estoy yendo demasiado lejos?

-Joshua, yo...

-Mira, no tienes que dar explicaciones. Entiendo perfectamente que, dado a lo que sucedió la última vez que nos vimos, hayas decidido que dejemos esto de lado. Pero eres mayor, linda. Y podemos hacerlo funcionar. Te prometo que no volveré a gritarte como esa vez.

Tomé las pequeñas piezas de información que me brindó. Tal vez, compartieron momentos íntimos que tuvieron que ocultar por la diferencia de edad. Ellos pelearon y tal discusión llevó a Joshua a gritarle. ¿Quién sabe a qué más?

Pero hay algo que no tiene sentido. Si ellos alguna vez llegaran a verse, tendría que saber que yo no soy Valerie. Entonces... ¿se han comunicado... pero no se han visto a la cara?

-Podríamos hablar de eso... luego. Quisiera apreciar tu obra- respondí tímidamente.

-Por supuesto- de repente, sonrió- Estoy seguro de que te encantará- lentamente, acercó sus labios a mis oídos y susurró- La hice especialmente para ti.

Circus (+18) I COMPLETA IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora