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Pretender ser una persona completamente diferente a la que soy, resultó más difícil de lo que creía.

Tenía el guion en mis manos, con las líneas que me tocaban decir perfectamente claras. Sin embargo, no se trataba de acordármelas al pie de la letra, sino de saber expresarlas de la forma correcta. No es sorpresa para nadie que yo no sepa hacerlo, en especial de las personas que me rodean en este momento. Me miran como si fuera un bicho raro dentro de su grupo, la típica chica nueva. Sé que lo soy e intento adaptarme pero intentar ejercer algo nuevo para mi con tanta presión acumulada, no es nada sencillo. Y, de hecho, estoy planteándome seriamente la idea de salir corriendo y mandar a la mierda todo esto de la actuación.

No. Soy más valiente que eso. Mamá no crio a una cobarde. Ella me diría... "Aubrey, suelta el aire y deja que fluya. Si lo haces bien, te sentirás bien. Si lo haces mal, los demás lo olvidarán en cuestión de segundos". En primer lugar, ni siquiera debería importarme la opinión de los demás. Pero no conozco a estas personas, es mi primer día aquí, por lo que no me es posible analizarlos y deducir qué tipo de empatía podrían tener por mi. ¿Son aquellos que se burlan de mis nervios y falta de talento? ¿O de los que entienden mi situación?

-Aubrey.- el maestro llamó mi atención chasqueando sus dedos- Te toca.

-Sí, um...- luego de tragar saliva, revisé nuevamente el guion- No quiero tu dinero.

-Recuerda que te sientes indignada. Esta persona pretende que eres una persona interesada, pero en realidad, solo quieres ayudar. Métete en tu personaje.

Me obligué a no fruncir los labios. Sé que quiere ayudar, pero el hombre no entiende que en mi maldito primer día no voy a lograr algo mucho mejor que esto. Pretende que yo interprete una escena en la que no soy capaz de sumergirme. Pues no sé cómo hacerlo.

-¿Puede pasar otra persona?- pregunté lo más amable posible. Me sentía de mal humor y si pasaba un segundo más arriba de este escenario, estaba segura de que iba a explotar.

El maestro, inhalando aire, alzó el brazo y señaló a una chica de la fila de butacas más cercana al escenario, donde se encontraban los demás. Bajé lo más rápido posible, sin importarme los murmullos por parte de mis compañeros. Joder, sólo quería largarme.

Tomé asiento junto a Penny, y como era de esperarse, ésta se rio en voz baja.

-Casi me haces llorar. Esa interpretación hizo mucho impacto en mi...

Golpeé su hombro débilmente- Cállate.

Dos estudiantes pasaron al frente e hicieron la escena como correspondía. Una vez que terminaron, Leonard, el maestro, me miró de reojo y alzó las cejas, como si quisiera echarme en cara lo pésima que había estado mi presentación en comparación a la de ellos. Imbécil.

Penny y yo no estábamos ahí por gusto, por si no lo habían notado. En realidad, era un castigo por parte de nuestros padres.

Su madre se casó con mi padre, lo que la convirtió en mi hermanastra. Al principio, nuestra relación no funcionó, éramos incapaces de llevarnos bien, o de pasar más de dos minutos sin insultarnos a la cara. Ninguna de las dos estaba conforme con el compromiso, pues ella extrañaba mucho a su padre y a mi me costaba bastante aceptar el hecho de que el mío hubiese superado a mi madre.

Me tomó tiempo entenderlo, ahora soy capaz de ver lo estúpida e injusta que actué con papá. Ninguno de los dos tuvo la culpa de que un hijo de puta asesinara a mamá, arrebatándonosla de nuestras vidas para siempre, y rompiendo nuestros corazones en mil pedazos. Ambos tuvimos que pasar por la situación de diferentes maneras. Por mi parte, me tocó despedir a la persona que me crio, incluso estando en sus peores momentos. La que me regaló millones de sonrisas a través de los años y me dio el amor que jamás recibiría de otra persona. Fue difícil aceptar que jamás la volvería a ver, ni disfrutaría de su cálido tacto.

Circus (+18) I COMPLETA IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora