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La figura había terminado de esfumarse segundos después, llevándose consigo el teléfono con aquella forma. Mis cabellos se habían puesto en punta y no por las caricias que Austin me estaba dando en su momento, sino por lo escalofriante que había sido para mi lo que sucedió. Alguien nos había visto, pero actuó de forma neutra. Se notaba que el único propósito que tenía era mostrarme la pantalla de su teléfono. ¿Para qué? No lo sé. ¿Quién? Eso tampoco. Pero no podía tomármelo a la ligera.

Una estrella amarilla. No podía ser una coincidencia con lo que decía el diario de Valerie. "Ella quería ser una estrella. Yo solo la ayudé a subir al cielo." Aquella maldita figura tenía un significado más profundo del que creía. Esa estrella es Valerie, la chica que soñaba con serlo.

Me habría puesto a pensar en todo esto anoche, si no hubiese sido por la reconciliación que estaba teniendo con Austin. No quería echar a perder el momento así que ambos nos perdimos en nuestros besos y cerramos la noche montándonos el uno al otro. Podía decirse que éramos oficialmente una pareja, no habíamos utilizado los términos "novio y novia", pero él y yo somos bien conscientes de lo que somos. Decidimos que lo mantendremos en secreto, no solo de su familia, sino del resto también. Para mi, fue mejor. No quería que por nada del mundo, Joanna se llegara a enterar de que tengo sentimientos por él. Tengo miedo de que su amenaza arruine lo nuestro.

Ahora estábamos desayunando. Esta parada en Los Ángeles sería la más larga de todo el tour, pues nos quedaremos dos semanas completas en el lugar. Los chicos tienen cuatro presentaciones en días distintos por el exceso de ventas de entradas y, además, actividades programadas por la jefa.

Una de esas actividades, o más bien eventos, es el jodido cumpleaños de Valerie. Sí, el plan seguía en marcha, incluso luego de las protestas de su propia familia. Era imposible detener a esa mujer cuando está tan dispuesta a cumplir aquellos objetivos que consumen su cabeza.

-No pienso asistir- exclamó Caroline, pellizcando con su tenedor un pedazo de fruta- No puedo.

-Ninguno de nosotros lo hará- la reconfortó su esposo.

Odiaba verlos así, molestos e impotentes. Tienen todo el derecho a molestarse, es de su hija fallecida de quien estamos hablando. Joanna no tiene ningún puto derecho.

Tarah carraspeó su garganta- Sé que... la manera en que Joanna abordó el tema no fue la correcta. Pero... ¿no creen que Valerie habría querido algo así?

Aquello dejó a todos callados.

-Nosotros más que nadie sabemos cuánto le gustaba a ella la atención- argumentó- Creo que deberíamos empezar a recordar a Valerie de una forma más... alegre. Que no sea un infierno mencionar su nombre.

Se mantuvo el silencio por varios segundos, dejando así, solo el sonido de los cubiertos chocando entre sí. Estudié sus palabras. No tenía mucho para decir ya que lo que sé de Valerie es poco y nada. Toda la información que he obtenido ha sido a base de diferentes bocas y la evidencia que he encontrado por mi cuenta. Pero es indiscutible que su hermana sí es quien para decir que la conocía. Lo que dice podría no estar muy alejado de la realidad.

Claro, mientras todos estuvieran de acuerdo. Cosa que no parecía ser así.

-No me gusta la idea- volvió a atacar su madre- No es la manera de recordar a nuestra niña. Si lo hacemos, lo hacemos a nuestra manera. No a la de Joanna.

Normand suspiró mirando a su mujer. Luego, se giró a ver a Austin.

-¿Tú qué piensas, hijo?

Yo, a su lado y por debajo de la mesa, coloqué la mano en su muslo, reconfortándolo.

Circus (+18) I COMPLETA IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora