23

1.7K 135 45
                                    

La verdad era que yo no tenía ningún tipo de conocimiento en el asunto de los cigarrillos, pues nunca había tocado uno en mi vida y tampoco estaba interesada en hacerlo. Según me explicaron Andy y Alexis, lo que tenía el contenido de la caja en mis manos, era nada más y nada menos que marihuana. Cada cosa nueva que descubría acerca de Valerie me sorprendía más y más.

Alexis me dijo que se encargaría de mentirle a su madre sobre el diario. Decidimos que ella iba a decirle que no lo habíamos hallado luego de una extensa búsqueda y que no podíamos hacer nada al respecto. Yo, en cambio, me quedé con el cuaderno y la cajita de metal para resguardarlos en mi habitación. Aún tenía muchas conexiones que hacer.

Intenté entrar a mi vagón con todo el sigilo posible porque no quería que los Roux me vieran con las cosas de su hija en manos. Si bien cada uno de ellos es un candidato perfecto para ayudarme en esta investigación, me niego rotundamente a hacerlo, sabiendo el profundo dolor que eso conllevaría para ellos. También sabía que, probablemente, ninguno de ellos estaría de acuerdo con lo que estoy haciendo, pues no tengo derecho a meterme en el caso de una chica que ni siquiera conocí. Pero Joanna me tenía bajo la mira, y no había opción.

Afortunadamente, la sala se encontraba vacía, por lo que me metí las cosas dentro de la blusa y abrí apenas un poquito la puerta de mi habitación. Tarah dormía profundamente su siesta rutinaria y aproveché aquello para esconder tanto el diario como la cajita debajo de la cama. Pude respirar tranquila, ahora me encontraba fuera de peligro.

Tres toques suaves a la puerta me alertaron- ¿Aubrey?

Acomodé mi cabello rápidamente y estiré mi ropa para ir hacia la puerta un poco más arreglada. Austin me esperaba detrás del marco, con una sonrisa tímida y hermosa en su rostro.

-Me alegra saber que haces amigas- comentó mientras tomábamos asiento en el sofá de la sala- Más allá del propósito de nuestro trato inicial, quería que esto fuera algo dinámico para ti.

-Lo está siendo. De hecho, hasta está resultando divertida esta... experiencia.

-Me alegro. Y sabes que todos nosotros estamos felices de tenerte aquí- aseguró, posando una mano en mi muslo. Simulé que el gesto no hizo ningún efecto en mí- ¿Crees que podamos hablar sobre lo que pasó en el casino?

-¿Tenemos que?

Suspiró- Sé que es incómodo. Solo déjame decirte que... estuve mal. No sé qué me pasó, pero no se volverá a repetir.- sus ojos vagaron- Podemos olvidarlo. Somos hermanos, ¿verdad?

No, no somos jodidos hermanos. Pero solo me quedaba pretender que sí. No puedo romper nuestro trato solo porque mis sentimientos traicioneros decidieron surgir ahora.

-Así es. Podemos olvidarlo- respondí en un tono amargo.

De repente mis cejas se fruncieron, cayendo en cuenta de algo.

-¿Y tú dónde estabas?- pregunté- No había nadie en la sala y no escuché que estuvieras en tu habitación.

Él, al principio, se mostró desconcertado. Pero luego se apresuró a contestar- Salí un segundo. Nada importante.

¿Y si no era nada importante, por qué no me dice de qué se trataba?

Mi familia y yo cenamos juntos en la noche, a pocas horas de llegar a nuestro destino. Compartimos la especialidad de hoy: carne a la plancha. Elián, como siempre, comía debajo de la mesa. Intenté convencerlo de que se sentara a mi lado, pero el pequeño se negaba rotundamente, por alguna extraña razón.

-Bueno, familia- carraspeé la garganta- Les quería comentar que el otro día en el casino gané una ronda de póker y tendré el agrado de conocer a uno de sus mayores ídolos. Me gané justamente un boleto para ver a Joshua Garden en Nueva Orleans.

Circus (+18) I COMPLETA IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora