Circus (+18) I COMPLETA I

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Efectivamente, los Roux no iban a participar del show de esta noche. Los cinco estaban completamente convencidos de eso, hasta Elián, quien se quedó en su cama todo el día, sin hacer muchos más movimientos que los que precisa para ir al baño o comer. Ni siquiera Tarah era capaz de animarlo de alguna manera. El pequeño estaba muy afectado de por sí por la muerte de su hermana Valerie. Y volver a escuchar su voz, fue un detonante para ese débil cuerpecito de niño pequeño.

Por otro lado, Tarah y Austin no habían resuelto al cien por cien sus conflictos luego de que nos enteráramos de su romance con Andy. Se hablaban, lo cual era un avance, pero las palabras que cruzaban eran débiles y tensas. Sabía que ninguno de los dos quería estar así con el otro, pero también soy consciente de que son igual de tercos y que no cederán con facilidad.

Eran las seis en punto. El circo estaba tomando asiento en los autos para partir a la carpa y dar el espectáculo programado. Joanna había venido una última vez a amenazar a la familia con que participen en el mismo si no quieren afrontar las consecuencias. Pero, por fortuna, ellos se mantuvieron firmes. Es más, ni siquiera le dirigieron la palabra. Simplemente, le cerraron la puerta en la cara.

Así que ahora estábamos nosotras en nuestra habitación por un lado, y ellos en la suya por el otro. No teníamos nada que hacer más que hablar o dormir para esperar al próximo tren.

Me dolía verlos desanimados, con las miradas bajas y el humor por el suelo. No era propio de ellos. Sentí que debía hacer algo, aunque no fuera mi obligación. Porque yo los quería, y quería que volvieran a adoptar aquellas sonrisas tan características de ellos.

Por esa misma razón, me levanté de golpe, llamando su atención.

-No tenemos que quedarnos aquí sin hacer nada. ¿Por qué no salimos?- pregunté emocionada- ¡Estamos en Los Ángeles y es una noche preciosa!- fui corriendo al armario- ¡Vamos!

-No lo sé, cariño. Creo que ninguno está de ánimos...

-No voy a dejar que la bruja de Joanna provoque eso en mi familia. ¡Arriba, arriba!

Aquello, por lo menos, las hizo sonreír a ambas. Alzaron los hombros e imitaron mis movimientos. No tardé en escribirle a Austin para que le avisara al hombre mayor y al mini hombrecito que hoy no nos quedaríamos en la cama. Sonreí cuando me respondió con un emoji de corazón y un pulgar arriba.

Media hora después, estábamos los seis, considerablemente bien vestidos, fuera del hotel. Esperamos los dos taxis que ya había pedido por teléfono (dos porque, obviamente, no entrábamos todos en uno), hasta que finalmente llegó. Le pedí a ambos choferes que nos llevaran a un restaurante al cual ya le había hecho una reservación.

Sí, en este corto periodo de tiempo, me había encargado de planificar una linda velada para todos nosotros. Después de toda la mierda por la que pasaron ellos, se merecían un buen momento. ¿Y qué mejor que pasarlo con las personas que amas?

Los Roux son una familia que me ha resultado desafiante. Llegué asustada, pero más que nada confundida, por el enredoso estado en el que se encontraban. La muerte de una de sus miembros correlativamente generó un desequilibrio en todos. No solo como familia, sino particularmente también. Tenemos a Elián, un niño que dejó de hablar desde hace un año ya. A Caroline, que no fue la madre que los chicos necesitaban, en especial para Tarah, que estaba atravesando una etapa muy importante y estresante en su vida. Hablando de esta última, tenemos a una chica cerrada y tímida, pero no inocente, que oculta más de lo que uno podría llegar a creer. Luego está Normard, el hombre que reconoce por sí mismo que no ha sido el ejemplo que hubiese querido para sus hijos.

Y por supuesto, el hijo mayor. Austin. Un joven de veintitrés años que, luego de la muerte de su hermana, sintió la responsabilidad de arreglar a su familia, de una forma u otra, llevándolo incluso a medidas extremas. Un chico al que ya he conocido mucho y del que puedo pasarme horas hablando. Tan elegante y educado. Pero, a su vez, tan indescifrable.