Estaba nervioso, tan nervioso que estaba sudando demasiado que quizá se vea a través de mí camisa, me sentía igual que el día del evento. La diferencia hoy es que Rebecca no estaba aquí para tranquilizarme como lo hace solo con ser ella, con sus palabras de aliento y alegría. Aunque me había mandado mensaje deseándome suerte y que me mandaba ánimos hasta el otro lado del mundo, no era lo mismo que tenerla a mi lado.
Mis manos sudaban demasiado mientras sostenía las flores para María y no supe qué darle a Rodrigo para que sintiera que sí lo quería, o al menos como cortesía o bienvenida. Así que Rebecca me dijo que mejor le diera dinero si no lo conocía lo suficiente, aunque siento que el niño me odia tanto que sería difícil convencerlo de tan siquiera hablar conmigo o que acepte algo de mí sin que me hiciera una cara o que me dijera alguna grosería.
Volteé a ver a mí celular cuando empezó a sonar varias veces pensando en que sería mi madre diciéndome que voy tarde, en cambio encontré el nombre de Rebecca con varias fotos. Las abrí y una era comiendo pasta, otra en el estudio donde estaba tomando las fotos y otras fumando en su habitación de hotel, quizá para molestarme. Sonreí mientras tecleaba y la vi aún conectada, quizá esperando mí respuesta que hizo que me acelerara al escribir.
Dominic: ¿Qué no tienes a más amigos a quienes molestar con las fotos de tu cara?
Rebecca: Solo dime que me veo bien y ya.
Rebecca: Sé que me extrañas.
Dominic: Si fuera cierto te lo diría.
Rebecca: Por eso TÚ no tienes amigos.
Le mande una foto de media cara con las flores que ella me había ayudado a escoger y reaccionó con un emoji de vómito.
Rebecca: Suerte hoy con tus sobrinos de nuevo. (:
Reí mientras guardaba mí celular en mí chamarra y me di cuenta de que llegábamos a la residencia de mí madre donde tuve que bajarme un poco antes porque no dejaban pasar coches extraños. Mis nervios estaban de puntas porque sabía que lo más probable era que iba a ver a mi hermano quisiera o no, fingirían que quedaron a una diferente hora y que fue el destino el que quiso el que volviéramos a hablar cuando mi madre habría tenido todo que ver. Sabía que mi madre intentaría de juntarnos para simular ser una familia feliz. Sus hermosos hijos juntos de nuevo como nunca lo estuvieron dando la imagen de la familia perfecta que nunca hemos sido y que pensé que después de haberlo golpeado, lo habían dejado a un lado.
Toqué el timbre nervioso y escuché el "voy" de Hortensia quien ayuda a mí madre en la casa junto con la cocinera, porque mi madre está siempre ocupada con eventos como para cocinar ella misma, además de que le recuerda a mi abuela y bueno, aún tenemos un problema con ello. Esperé en la gran y larga entrada después de que me dejaran pasar sumiéndome en un gran silencio que hacía que pareciera que estaba en una película de terror. Había varias cosas de mármol que estaba cambiando después de haber hecho todo de madera, al menos el tiempo que viví aquí. Aunque tenía un largo rato que no venía y lo único que reconocía era el olor a toronja y el reloj que sonaba con fuerza a cada segundo que pasaba que sabía que había sido un regalo de mi abuelo antes de que yo tan siquiera naciera. Escuché los tacones de mí madre haciendo que me tensara apretando con fuerza las flores que creí que las rompería y mi madre apareció con una gran sonrisa en el rostro en ropa holgada, nunca la había visto así, era extraño, aunque seguía viéndose elegante.
—Ya están aquí, llegaron hace 20 minutos. María está emocionada por conocerte que no ha logrado quedarse quieta en todo el rato. Ya revisó toda la planta baja que temo que quiera entrar a mi habitación a probarse mi ropa o algo.
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Déjame cuidarte.
RomanceLa vida nunca es justa. Está llena de subidas y bajadas que normalmente son las que te forman como persona, pero nadie cuenta que el proceso puede ser doloroso. Rebecca y Dominic lo saben tan bien que además de aprender a sobrellevarlo también han c...