decisión

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s e m a n a  d i e z

Aunque por fin pude estar con Rebecca como lo quise estar desde que me di cuenta de que estaba perdidamente enamorado de ella, la realidad fue que ambos estábamos llenos de trabajo hasta no más poder respirar, inclusive más de cuando solo estábamos fingiendo una relación. Entre las nuevas ediciones de los libros, el nuevo libro que está en lanzamiento para el cual fue la fiesta hace un tiempo y la película (la cual aún seguía en discusión), iba de junta en junta con Alejandra hasta noche donde firmaba contratos, me daba las ciudades en dónde haría una firma de autógrafos en un par de meses y las entrevistas que haría con diferentes estaciones de radio, de podcast y de canales de YouTube que yo no sabía que existían pero que me hacían casi siempre, las mismas preguntas. Aun así, prometiéndome que sería una buena publicidad para los libros y para mí. Estaba ansioso y al mismo tiempo emocionado, ya que era la primera vez que tenía este gran impacto el cual generó que más personas me buscaran en redes sociales y quisieran saber de mí mediante preguntas o investigarme, de mis libros haciéndome preguntas que solo fans podrían hacerme y de todos los mundos que he hecho en mis libros.

Lo bueno de todo esto es que llegar a casa, Rebecca está esperándome en la sala leyendo algo, quien no sabía que me tranquilizaba con solo verla o yo la esperaba en la puerta de su departamento para tomar una taza de té en la sala escuchando música por horas mientras nos contábamos nuestro día, diciendo cuanto nos habíamos extrañado, besándonos y haciendo el amor por ambos departamentos que creo que los demás vecinos ya se dieron cuenta por los mensajes indiscretos que suelen mandarnos.

Había días en los que Rebecca llegaba tan tarde que nos tirábamos en el sofá y ella caía rendida entre mis brazos dormida roncando en mi departamento. No era la relación que esperaba tener con ella, pero sabía que ambos estábamos en un punto alto de nuestra carrera en la que ocupaba mucho de nuestro tiempo y estaba funcionando. El simple hecho de poder llegar a los brazos del otro al terminar el día era tranquilizante. Ella decía que le gustaba un poco que las cosas fueran así en la relación, porque le hacía apreciar y disfrutar más cuando estábamos juntos, como si esos momentos lejos del uno al otro fueran el recordatorio de que juntos somos más fuertes y que juntos podemos hacer cualquier cosa.

—Entonces ¿a dónde iremos esta semana?

Rebecca había terminado de bañarse después de llegar a las 6 de la mañana de una sesión que tuvo a la mitad de la noche y ahora paseaba solo en una camisa mía que le llegaba a la mitad de los muslos por mi departamento. Traía unas grandes ojeras, pero decía que quería pasar el mayor tiempo posible conmigo antes de tener que ir a trabajar de nuevo.

—¿De qué hablas?

Bajé el celular leyendo el periódico y ella tomó un vaso para rellenarlo en el refrigerador dándome la espalda.

—Desde que empezamos esto de fingir estar juntos todas las semanas tenemos un nuevo evento al cual ir que siento que estás más ocupado que el presidente ¿esta semana que será? He pensado que tenemos una cena importante o un evento de caridad que ha organizado tu madre.

Volteó a verme paseando por la cocina buscando algo que comer hasta que vio las galletas que le había dejado para tomarlas y comer una de un solo bocado. Me encogí de hombros.

—Solo tengo que ir a la oficina por unas cosas de la película, ya no hay eventos hasta dentro de un mes o más, pero serán fuera de la ciudad, así que iré solo, a menos que quieras acompañarme y exploraremos el país juntos, una nueva aventura como pareja ¿qué te parece?

—¿A qué irás a la oficina aparte de que todas las chicas te vean como niño en dulcería y que Alejandra te grite porque respiraste mal o algo?

—Conoceré a la influencer que va a hablar de los libros mediante esa nueva red social que todos están usando, también Rodrigo y María, tiki toki. Una cosa así.

Déjame cuidarte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora