interrupción

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s e m a n a o c h o. s e g u n d o m e s

—¿No quieres que te recoja del aeropuerto?

Puse mi celular en el lavamanos mientras terminaba de rasurarme al contestar la llamada de Rebecca. Se escuchaba mucho ruido detrás de ella, pero podía distinguir su voz.

—Es viernes, el aeropuerto siempre es una locura este día y si vienes hasta acá lo más probable es que se nos haga tarde para el evento de caridad, tu madre nos regañe poniéndote de malas el resto de la noche. Yo me arreglo rápido, últimamente tú te tomas tu tiempo en arreglarte.

—Que chistosa, para tu información ya me bañé y estoy a punto de vestirme. Tú has de seguir oliendo a avión.

Rio mientras yo limpiaba el rastrillo y el lavamanos.

—Espero que estés listo cuando llegue. Estaré ahí en unos 40 minutos mínimo. Me arreglaré rápidamente e iremos ¿de acuerdo?

—No tienes por qué hacerlo, enserio, son muy aburridos este tipo de eventos. Normalmente hablan del próximo lugar al que se irán de viaje o alguna tontería.

—Quiero ir, estará tu madre y tus amigos, además, estoy intrigada a escuchar más historias vergonzosas tuyas, ya llegó mi Uber, besos.

Cuando colgó, lancé mí celular a la cama al salir del baño. Reí mientras me acercaba a mí closet. La cena con mis amigos había sido tan larga que dieron las 3 de la mañana cuando nos dimos cuenta de la hora, Leo había bebido de más que se tuvo que quedar a dormir en el cuarto de invitados y Rebecca acompañó a Ángel hasta su auto mientras terminaban de platicar, no volvió a subir, aunque si me marcó para decirme que la había pasado muy bien.

La curiosidad de saber qué era lo que me quería decir aún me consumía más que hace una semana porque el lunes a primera hora ya estaba en un avión hacia España de nuevo para lo de la demanda hacia Chandler que no la volví a ver en cinco días, pero los mensajes y fotos como la primera vez que se fue nunca faltaron en las que confirmaba cuanto la extrañaba y cuanto la quería junto a mí, que ya no podía ocultar más todo esto que siento por ella. Las llamadas cuando ambos podíamos para que le diera palabras de aliento nos hacían conectar más, así como el que supiera que estaba orgulloso de ella por enfrentarse al hombre. También nos llamábamos para hablar de nuestros días y eso, me hacía creer que estando en una ciudad diferente con personas que conoce, aún prefiere escogerme a mí para platicar.

Quizá la razón por la que no la veía tanto en los años que le estuve rentando el departamento fue porque se la pasaba de viaje que nunca lo noté, me sorprende que cada vez que regresa tiene energía para seguir haciendo cosas inclusive, aunque haya tenido un viaje de 14 horas.

Hoy pensaba decirle lo que sentía por ella de una vez por todas. No me importaba si me rechazaba o si salía mal, podríamos terminar casándonos en el proceso y creo que eso mantenía mis esperanzas a flore. Ya no podía seguir conteniendo todo lo que sentía, no cuando cada vez que la veía o escuchaba su voz y no le decía cuanto me encantaba, era un temblor en mí cuerpo inexplicable que ella estaba notando y mentía diciéndole que me daban escalofríos, ya no podía con más mentiras.

🎞🎞🎞

Terminé de abrochar mí chaleco, ya estaba inclusive peinado y perfumado. En el proceso de haberme arreglado había puesto una serie que me hizo detenerme varias veces a ver la televisión antes de volver a poner atención a lo que estaba haciendo cuando escuché como abrían la puerta con agresividad haciendo que saltara.

—¡Ya llegué! Lo siento por tardar, tuve que pensar en qué me iba a poner porque no recordaba si tenía un vestido bonito para esta noche porque sé que llegan a ser muy fancy, así que mí closet en este momento es un caos que ni siquiera quiero verlo, ese es problema para la Rebecca del futuro. Ya estoy casi lista.

Déjame cuidarte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora