Capítulo 2: "Bienvenida a Forks"

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Capítulo 2: "Bienvenida a Forks"

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Capítulo 2: "Bienvenida a Forks"

Mientras que miro por la ventana del avión cuando aterriza escucho como Bella habla con Edward, ambos se encuentran temerosos de lo que pueda pasar con la tal Victoria, en el viaje me han mostrado todo tipo de fotografías de ella intentando que pueda darles un poco de información de ella, pero no la conozco para nada, por lo que no puedo hacer nada.

—¿Crees que debamos luchar con los lobos para esto? Me parece un poco innecesario la verdad —Edward intenta hablar conmigo mientras que se encuentra frente a mí con Bella.

—Los neófitos no saben de su existencia, sería una ventaja tenerlos de nuestro lado.

—Pero... —Miro seriamente a Edward y me adentro en su mente viendo sus celos por un lobo específico y Bella, con que es un poco inseguro del amor que ella tiene por él.

—Edward Anthony Masen Cullen —Lo amenazo y él solamente suspira.

—De acuerdo.

Los tres bajamos del avión rápidamente para luego ver como descargan el auto negro de mi primo, yo me rio mientras que espero, ellos dos solamente hablan en susurros, aunque los oigo perfectamente, hablan de mí y Bella le pregunta si soy de confiar o no, pero yo solamente puedo ver fotos de una vampira resentida.

Cuando el auto se encuentra listo los tres nos montamos y viajamos por todo Forks, yo me encargo de ver por la ventana como un pueblo tan chico puede ser tan bello, aquí no hay sol por lo que creo que ellos podrán ser ellos mismos, pero como siempre hay que mantener el secreto, nuestro secreto.

Una vez fuera de la mansión de cristal Cullen miro atenta todo mi alrededor, Bella sonríe al sentirse identificada como en mi casa, y Edward toma mis maletas para luego entrar en la casa, yo acomodo las correas de mi mochila e ingreso detrás de ambos, una vez dentro me encuentro con un hermoso recibidor lleno de esculturas y pinturas.

—Tu cuarto estará al lado del mío —Edward me anuncia y yo asiento.

—Tendré que oír tus discos de viejo —Le digo burlona y él suelta una carcajada.

—Habló la que tiene ciento treinta y dos años —Hago una sonrisa inocente y Bella me mira impresionada.

—¿Tienes más de un siglo de vida?

—Sí, he nacido en 1877, fue algo completamente hermoso y aterrador para la época ser de mi especie, pero con ayuda me he encontrado oculta de todos los vampiros y humanos para poder tener una vida "normal".

—"Normal" —Edward hace comillas y llegamos al primer piso.

Pero no damos ni dos pasos cuando me encuentro con dos cabezas, un rubio demasiado conocido para mí y una mujer castaña, pero corro a Edward de mi lado y abrazo al mayor.

—Padrino —Digo abrazándolo.

—Mi pequeña ¿Cómo te encuentras? —Me abraza más fuerte.

—Demasiado desocupada, mamá todo el tiempo busca para que haga alguna que otra cosa, como siempre, pero Mike solamente se encarga de que yo pasee por todo el bosque para que pueda "divertirme" —Ambos nos separamos y él me mira a los ojos.

—Me recuerdas cada día más a mi hermana —Acaricia mi mejilla y yo sonrío.

—¿Acaso has tenido un Déjà Vu? —Él asiente.

—Un gran Déjà Vu —Suspiro y miro a la mujer de al lado, esperando que mi padrino la presente, pero solamente se queda viéndome.

—Un gusto, soy Selena Morgan Cullen —Estiro mi mano, pero ella en vez de tomarla me abraza.

—Un placer, soy Esme, la compañera de Carlisle —Me dice de una manera tierna.

—Me han hablado demasiado de ti, especialmente de que cocinas de una manera muy espectacular, aunque ninguno de ellos puede comer —Señalo con la cabeza a los vampiros que ríen.

—Un desperdicio de don ¿Verdad? —Asiento.

—Pero llegué yo y me gusta comer.

Ambas reímos, pero Edward me llama para que lo siga, por lo que me despido de ambos y con Bella subimos las escaleras nuevamente hasta que llegamos a un corredor donde hay varias puertas, él me guía a la última a la derecha donde nos encontramos con un cuarto muy moderno y lindo.

Los muros son blancos con detalles rosados, dos de estos son enormes ventanales con cortinas blancas, justo debajo de una de ellas se encuentra una cama matrimonial con un edredón gris y otro muro contiene un hermoso televisor rodeado de un librero, justo para todos mis libros, hay varios cuadros con fotografías de mi padrino y yo durante la primera guerra mundial, hay dos puertas que creo que serán del baño y del armario.

—¿Te gusta? —Edward me pregunta y yo asiento dejando mi mochila en la cama.

—Es mucho mejor que en mi casa, me encanta.

—Quién se ha encargado de decorarla es Rosalie, Carlisle le ha contado de ti y por lo que dijo se guío para decorar esto —Deja ambas maletas al lado de la cama.

—Es demasiado para ser un dormitorio temporal.

—Luego hablaremos de eso —Me dice y yo lo miro confundida, pero asiento —Creo que debes desempacar, nos vemos para tu cena.

Dicho eso salen ambos de mi cuarto cerrando la puerta y me encuentro en la parte trasera un perchero con un saco, lo miro confundida y me acerco al notar que es de hombre, pero antes de poder tocarlo un aroma dulce lo rodea haciendo que cierre los ojos impresionada por lo atrayente que es, al tomarla en las manos siento como mi cuerpo entero da un revoltijo, unas mariposas aparecen en mi estómago, eso sé lo que es.

Mi compañero.

Confundida dejo la chaqueta colgada ¿He encontrado a mi compañero? Pero no puedo saber de quién es la chaqueta, no la he visto en mi vida, pero ahora mismo siento como si todo encajara, todo lo que me ha dicho mamá por casi un siglo.

Antes de que suceda cualquier cosa comienzo a desempacar todas mis pertenencias en el cuarto, ropa y libros, es lo primordial, también poseo cosas de limpieza personal y alguna que otra cosa para des aburrirme, pero un ruido hace que me gire y me encuentro con dos chicas paradas en el marco de la puerta.

—¿Hola? —Digo confundida.

—Hola soy Alice, Carlisle nos ha dicho mucho sobre ti y de tu familia —Una chica de mi estatura dice emocionada, ella posee cabellos pelinegros y cortos.

—Un placer, soy Selena —Digo con una pequeña sonrisa.

—Soy Rosalie, pero puedes decirme Rose —Una rubia dice sonriente, yo solamente me limito a mirarla.

—Veo que seremos grandes amigas, especialmente ustedes dos —La chica emocionada dice y yo la miro confundida.

—¿Cómo puedes saber eso?

—Veo el futuro, es mi don —Ella me explica y yo la miro atenta.

—¿Y eso siempre te sucede?

—Cuando ciertas personas van por cierto camino —Sonrío al pensar en eso y luego miro a la rubia.

—¿Cuál es tu don? —Ella solamente se acerca un poco a mí.

—La belleza, no es por ser engreída —Me dice atenta y yo me rio al igual que ella, creo que la tal Alice tiene razón —Poseía más belleza que otros y es lo que primero todos ven en mí.

—No es por ser engreída, pero tienes razón, eres completamente hermosa —Ella dedica una pequeña sonrisa.

—¿Cuál es tu don? —Alice me pregunta.

—El control físico y mental de otros —Me miran impresionadas.

—¿Puedes hacer que otros hagan lo que quieras? —Rosalie me pregunta y yo asiento.

—Pero es muy difícil de utilizar y fácil de que salga de control, por eso mi hermano, Mike, se encarga de controlarme.

—Interesante, cuéntanos más —Ambas se sientan en la cama mientras que yo me dedico a guardar mi ropa.

Un pequeño gran secreto │Emmett Cullen │Donde viven las historias. Descúbrelo ahora