Dominación asertiva

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Era el cumpleaños número 18 de Damian y era claro que Thalía le daría el mejor regalo que pudiera encontrar, seguro una madre normal pensaría en un celular, algún juego, incluso tal vez un auto, pero Thalía era todo menos una madre normal.

Ese día hubo una gran celebración, Damian podía hacerse cargo de la liga solo, no necesitaría de nadie que le diga todo el tiempo que hacer por lo que todos celebraban, no exactamente por estar felices, la verdad es que preferían que la madre de este siguiera en la cabeza, por muy sorprendente ella les daba menos miedo que su hijo.

Al caer la noche fue a descansar a su habitación, fue entonces que vio el regalo que le había preparado su madre. un apuesto joven se encontraba descansando sobre la cama del de ojos verdes, lo primero que capto su atención fueron el color de sus ojos, tan azules como el cielo, lo segundo fue el tono tan blanco de su cuerpo, tan pálido y sumándole al conjunto que apenas lo cubría en las partes necesarias, sin duda su madre se había lucido con el regalo.

El omega solo podía mantenerse firme ante el alfa que había entrado en la habitación, no quería morir y tampoco le mostraría ningún signo de debilidad a ese sujeto, había escuchado hablar de él y solo con saber que la madre del chico había ido hasta su hogar amenazando a su hermano menor no tuvo muchas opciones más que aceptar, pero como imaginar que ese sujeto serio de esa manera.

Había pasado solo un mes desde el cumpleaños del joven al Ghul y todo el territorio le tenía un enorme temor al chico. ¿cómo no tenerlo? solo bastaba con ordenar algo e incluso el alfa más valiente bajaba la cabeza, nadie se atrevía a meterse en su camino o desafiarlo.

Lo que era seguro es que nadie deseaba estar en el lugar de Terry y los demás omegas agradecían que el ojiazul estuviera allí, Damian desarrollado una obsesión por el omega, una nada sana. Terry tenía que estar a su lado en todo momento y asesinaba a cualquiera que se atreviera a verlo por más de 2 segundos lo cual al principio a algunos les parecía de cierto modo lindo, pero solo con ver a Terry era obvio que no era ningún sueño ser el omega de la cabeza del demonio.

Se le veía con ojeras, algunas veces incluso más pálido de lo normal.

Terry pronto había tenido que acostumbrarse a la pesadilla que estaba viviendo y que no parecía tener fin, no podía alejarse de Damian, lo había marcado y aun si lograra romper el lazo sin morir, sabía que el jamás lo dejaría irse, se lo había dejado claro con lo que sucedió con aquel chico.

Semanas después de haber llegado a ese lugar conoció a un chico muy amable, era un beta y lo trataba bastante bien, incluso comenzaba a gustarle y como era obvio, siempre se veían a escondidas para que Damian no los descubriera.

Aun lloraba cada que lo recordaba.

Era de noche, Terry se había escapado de la habitación para encontrarse con el beta, siempre se veían en un balcón que tenía una vista hermosa, llevaban rato conversando, todo era demasiado bueno, se dio cuenta muy tarde que nada demasiado bueno podría terminar bien en un lugar como ese.

Justo cuando se habían decidido por besarse por primera vez apareció el alfa, como si hubieran invocado a un demonio, el más cruel de todo el infierno.

-Damian...- susurro apenas con un hilo de voz, nunca había sentido un miedo así, casi podía ver su muerte en ese par de esmeraldas que tenía por ojos.

-Así que es aquí a donde venias cada noche. ¿Creías que nuca me daría cuenta? nada sucede en este lugar sin que yo me entere, Terry. - se inclina hacia el tomándolo del mentón, se veía tan tranquilo que daba miedo.

-Ra's al Ghul, por favor perdónelo, yo insistí y....- se vio interrumpido por un fuerte golpe que lo mando al suelo.

-No te estoy hablando a ti, jamás le haría daño a mi hermoso omega, tú por otra parte no significas nada para mí.

-Damian, por favor, no lo asesines. - se apresuró a rogarle poniéndose de rodillas frent5e a este, no quería que mataran al pequeño rayo de esperanza que tenía en ese lugar.

-Oh Terry, yo no le hare nada. - asegura haciéndolo ponerse de pie, le sonríe mientras acaricia su mejilla para después susurrarle. - Lo harás tu.

Todo fue borroso después de eso, recuerda con claridad a Damian diciéndole que lo asesinara y como debía hacerlo mientras le pasaba su daga. a la mañana siguiente el cuerpo del beta era expuesto en ese mismo balcón con un mensaje escrito con sangre, no te acerques al omega de Ra's al Ghul a menos que quieras morir.

Esa no fue la única vez que Damian le ordeno asesinar a alguien, al perecer en algún lugar dentro de su retorcida mente eso le gustaba, Terry ya no ponía resistencia a sus órdenes, se mantenía ocupado intentando mantenerlo feliz.

Claro que no todo el tiempo se había sentido de esa forma, en un par de ocasiones intento escapar cosa que obviamente no consiguió, lo único que logro fue que gente fuera asesinada.

Hubo noches que paso en vela llorando y pensando en cómo estaría su familia, su pequeño hermano, pensando en cómo sería su vida de haberse negado o tal vez ni siquiera ser objetivo para eso, esos pensamientos y la idea de volver a tener una vida normal y poder ver una vez a Matt lo hacían mantenerse fuerte, pero siendo sincero eso jamás sucedería.

Damian no lo dejaría ir jamás, se lo había dicho ya varias veces.

-Eres mío, Terry. - le dijo en una ocasión, acababan de tener sexo y el alfa le acariciaba la cadera. - No podrás irte de aquí jamás y por el bien de tu hermano espero no vuelvas a intentar escapar. - le amenazo mientras lo veía a los ojos.

Esa amenaza era real, no quería que algo le pasara a su hermano, no se lo perdonaría jamás después de ser testigo de tantas torturas impuestas por el, no quería tentar a la suerte.

Estaba condenado a pasar el resto de sus días en ese lugar, junto a ese monstruo.


Omegacember DamiterryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora