VII: GUILT.

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Todo el comedor estaba en silencio. Dos de las tres personas que se encontraban al rededor de la la caoba oscura mantenían la cabeza gacha. La cena debía der ser servida a las siete, ni un minuto más ni un minuto menos.

Deja de llorar, Jungkook.

Con rabia, el menor limpió las traicioneras lágrimas que se escaparon de sus ojos, no importándole el dolor de los moretones que adornaban su cara. La única mujer en aquella habitación solo pudo apretar la tela del vestido que tapaba sus piernas.

Las siente en punto se marcó en los relojes y pronto varias personas con uniformes blancos fueron dejando platos de comida encima la mesa, las copas de cristal fueron llenadas por agua y vino tinto. El que se sentaba en la cabecilla de la mesa, alzó sus cubiertos  cuando los de uniforme blanco se retiraron dejando a la familia nuevamente sola. Cuando llevo un trozo de carne a su boca, recién las otras dos personas sentadas imitaron la acción. El aire se sentía pesado, incómodo. Nadie iniciaba conversación y ni tenían la intención de hacerlo.

El vino de las copas se acabó en el momento de que los tres platos estuvieron vaciados y los cubiertos cruzados encima. Sin más, la persona en la cabecilla se limpió la boca con el pañuelo que reposaba en sus piernas antes de tirarlo a un lado de la porcelana y ponerse de pie.

Gracias por la comida—. Las personas aún sentadas dijeron al unísono.

Jeon Ji-hu, satisfecho con aquellas palabras, salió tranquilamente de la sala destinada comedor y cuando las puertas fueron cerradas nuevamente, la mujer dejó caer el pañuelo al suelo al momento de ponerse pie para ir a arrodillarse al lado de su hijo y tocarle el rostro con delicadeza.

Chto on tebe sdelal?— preguntó en un susurro mientras movía con lentitud sus pulgares en el rostro ajeno—. Chto sluchilos', syn moy?
[¿Qué es lo que te hizo? ¿Qué pasó, hijo mío?]

Jungkook levantó la vista y lo primero que encontró fue a los ojos celestes de su madre.

On videl, kak ya tselovalas' s muzhchinoy.
[Me vio besándome con un hombre.]

La mujer jadeó preocupada. Tomó una servilleta y la humedeció con el agua de un vaso para limpiar la sangre seca que estaba en el rostro del menor.

Chonguk...—Nadya trabajó con sutileza antes de hablar nuevamente—. Moy krasivyy mal'chik...
[Jungkook... Mi niño hermoso...]

ya v poryadke— el menor agarró las manos de su madre para alejarla de su rostro—. Ya ne znal, chto-
[Estoy bien. No sabía que-]

Ne provotsiruy eto— su madre lo interrumpió en voz baja pero aun manteniendo la máscara de preocupación en sus facciones—. Ne provotsiruy ottsa, Chonguk.
[No lo provoques. No provoques a tu padre, Jungkook.]

YA khochu, chtoby ty ustala ot menya, mama
— un Jungkook de quince años confesó en un susurro, sintiendo que sus ojos se prepararan para nuevas lágrimas—. YA khochu, chtoby on ubil menya nemedlenno, ili ya sam ub'yu yego.
[Quiero que se harte de mi, madre. Quiero que me mate de una vez o seré yo el que lo mate a él.]

El menor se quedó en silencio unos segundos, abrió la boca para continuar pero la palabra fue robada.

Tvoy otets uzhasnyy chelovek—Nadya tomó las manos que aprisionaba sus muñecas y las llevó a su boca para que sus labios acariciaran la piel contraria. Un poco de lápiz labial rojo dejo una huella—. No ne ty, Chonguk. Tol'ko ne ty, ditya moye, ne smey upominat' ob etom snova.
[Tu padre es un ser humano horrible. Pero tú no, Jungkook. Tú no, mi niño, No te atrevas a mencionarlo otra vez.]

Детонирующий || KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora