Детонирующий || Kookmin

IV: DON'T FORGET HIS NAME.

(⚠️)¿?

Jeon Jungkook.

¿Quién estaba verdaderamente detrás de ese nombre?

Una pregunta realmente interesante que no estaba hecha para tener una respuesta concreta.

¿Jeon Jungkook?

Si se iba por una respuesta fácil su definición se limitaría a ser un despreciado bastardo en ese mundo de poder, traición y muerte. Un jefe de ciudad que hizo conocer su nombre hace aproximadamente dos años, un hijo que mató a su padre y un fiel amante del sufrimiento ajeno.

Pero... ¿Quién estaba detrás de aquel intento de ser humano?

¿A quién ocultaba ese monstruo llamado Jeon Jungkook?

—¡B-Basta!— El hombre frente a él gritaba casi afónico y con el rostro casi en su totalidad magullado, todo tipo de tonalidades rojas apareciendo en la dermis—. ¡N-No sé nada m-más!

Y Jungkook le creía, porque confiaba en sus retorcidos métodos para hacer hablar a la gente; tocaba, arrancaba, golpeaba e inyectaba en los lugares indicados para que la lengua de los otros se soltara y empezaran a hablar.

—¿Ya no más?— preguntó con fingida desilusión— Pero si aguantaste perfectamente cuatro horas siendo mi puto saco de boxeo...— El jefe se sentó en las piernas de aquel británico con las propias a cada lado de la cadera ajena—. Sé que tienes unas cuantas costillas rotas, ahora mismo una hemorragia interna es lo mejor que te puede estar pasando.

Will Harrison estaba irreconocible.

Después de múltiples golpes en el rostro, en el torso y laterales de este. Y ni hablar de los recientes cortes que había hecho el sádico en el rostro Inglés.

—¡Te dije todo!— Jungkook asintió con calma dando fé de aquello—. D-Déjame ir...

—¿Y qué obtendría yo dejándote ir, uhm?— Jungkook cambiando de mano el cuchillo, hizo fugazmente un corte anterolateral cerca de la sexta costilla derecha, no fue tan profunda pero de todas formas Harrison gritó— Deja de gritar o te cortaré la lengua también... esto de dolerá un poco, me apiadaré de tu alma— Jeon se llevó dos de sus dedos ensangrentados a su boca y cuando estuvieron lo suficientemente limpios y ensalibados tanteó la reciente herida y fue haciendo presión—. Generalmente esto debería ser más fácil con saliva, ¿sabes?

El boqueo silencioso del británico hizo sonreír ampliamente a Jungkook, él había hecho el corte pequeño con completa intención para forzar a sus dedos a que penetren la herida y aquello provoque más dolor. Harrison no se movía, no podía hacerlo aunque lo anhelara desesperadamente. Después de la sesión de golpes que recibió colgado por sus manos y cuello, el jefe bajó las cadenas pero solamente lo suficiente para que sus brazos siguieran extendidos y su trasero tocara la madera de esa vieja silla para así estar él en una altura superior y poder golpearle brutalmente el rostro.

—¡AH!— el traidor abrió enorme ambos ojos cuando sintió al sádico tocar una de sus costillas—. ¡N-NO! ¡DET-TENTE!

Jeon silbó.

—Creo que la encontré— Jungkook, sin previa alguna, sacó y volvió a meter con rudeza sus dedos, el índice y medio sintiendo el hueso. Se enfocó en aquella herida ahora profunda y pudo percatarse que estaba mucho más abierta y que la sangre se encontraba chorreando en pequeñas cantidades ya que sus dedos hacían una especie de tapón—. No está rota... lo arreglaré, dame un minuto.