Narra Mía.2 de noviembre 2021.
Cuando llego a clase, no paran de hablar de la fiesta del otro día, y cómo no, Lorena presumiendo de que se ha besado con un famoso y demás. Vamos, que estoy callada intentando no decir nada, porque como hable, no me voy a callar y no sé lo que puedo soltar por la boca.
Salgo de clase y vamos andando por una calle en la que nunca suele haber mucha gente. Voy caminando y charlando con mi amiga Bea, y siento que me da un golpe en las cotillas.
- Bea - digo molesta.
- Mira enfrente - responde, y veo que tiene los ojos abiertos como platos.
Pongo los ojos en blanco, miro para enfrente y me encuentro a Gavi.
- Vendrá a recoger a su nueva amiga - suelto, rodando los ojos.
Seguimos caminando y escucho mi nombre a lo lejos. Me doy la vuelta y es Gavi, que se acerca a nosotras.
- Bea, sigue andando - le digo a mi amiga.
- ¡Mía! - grita Gavi, y yo hago oídos sordos.
Tira de mi mano y me da la vuelta para quedar frente a él.
- ¿Qué quieres?
- Qué borde - hace una mueca y mi amiga se ríe.
- Soy Bea, la amiga de Mia. Supongo que tú eres Gavi.
- El mismo - responde el sevillano.
- Bueno, yo me voy. Nos vemos, Mía - se despide mi amiga, dándome dos besos y un abrazo, y yo niego con la cabeza.
- ¿Qué te pasa? - me pregunta Gavi.
- Podría preguntarte lo mismo - respondo. - ¿Vas de flor en flor?
- ¿Cómo?
- Un día te besas conmigo y, a las pocas semanas, te besas con otra chica en la discoteca.
- ¿Qué?
- Gavi, mira, no te hagas el tonto. Sabes perfectamente lo que hiciste.
- Pero...
- Pero nada, Gavi. Ahora, si me permites, tengo que irme a casa. - digo, empezando a caminar para llegar a mi casa.
Por el camino a casa pienso en ese beso que nos dimos en la casa del lago. Y es que, para mí sí que significó algo. En ese beso sentí algo que jamás había sentido con nadie. Esperaba que fuese algo especial, pero otra vez más, la suerte no está de mi lado.
A las siete de la tarde voy a casa de Dama, ya que me está esperando para hacer un postre. La repostería es algo que me gusta mucho. Desde pequeña siempre me ha gustado hacer postres; no hacía demasiados, pero los que hacía me salían muy buenos.
Llego a casa de Dama, y me dice que espere sentada en el salón, que todavía no podemos empezar. Me extraña un poco, pero no digo nada. Me quedo sentada viendo la televisión. El timbre suena y ella se levanta a abrir rápidamente.
- Hola, Dama - escucho su voz de nuevo y me llevo la mano a la frente.
- Pasa, Pablo - le dice Dama, y escucho sus pasos por la casa.
- Vamos, Mía. Ahora sí que podemos empezar - dice Dama, y me levanto del sofá.
Gavi me mira y sonríe. Yo solo hago una mueca, y Dama nos observa atentamente.
- ¿Ha pasado algo? - pregunta y negamos con la cabeza. - No os creo, pero si ustedes lo decís ...
- ¿Vamos a empezar no? - pregunto y los dos asienten enseguida.
Empezamos sacando los ingredientes para hacer una tarta de queso: dos paquetes de galletas, mantequilla, nata líquida y demás cosas.
Cuando la tarta ya está en el frigorífico, nos sentamos en el sofá a ver algo en la televisión. Después recogemos todo lo que hemos dejado en la encimera de la cocina. Estoy agachada metiendo los boles en un mueble de abajo y siento cómo me echan algo por encima del cuerpo, que cae desde mi pelo hasta mis zapatos. Miro hacia arriba y me encuentro a Gavi con una sonrisa traviesa en la cara. Niego con la cabeza y lo maldigo internamente. Me pongo de pie y me sacudo lo que puedo. Voy al cuarto de baño y me miro al espejo: estoy llena de azúcar. Me rio por no llorar, porque madre mía, el lio que me ha montado. Escucho la puerta abrirse y aparece a mi lado, mirándose también en el espejo.
- Mía, yo no quería besar a esa chica. Me beso ella. No sabía quien era, no sé ni quién demonios es esa chica.
- No parecía que te apartaras...
- Estaba bebido.
- Gavi, no vayas por ahí.
- Créeme, de verdad, Mía.
- ¿Por qué debería de hacerlo, Gavi?
- Porque te quiero, Mía.
Mi corazón se detiene un momento y mis ojos se abren.
- Como nunca he querido a nadie.
Lo atraigo hacia a mí y le beso.
- Tus labios con azúcar saben bastante bien - dice, niego mientras los dos nos reímos.
- idiota - murmuro, y vuelve a besarme.
Sonrío en mitad del beso y él lo nota, porque también lo hace.
- Ahora tira pa allá y deja que me duche, anda.
- ¿No puedo quedarme? - pregunta pícaramente.
- Gavi ...
- Está bien - dice, levantando sus manos.
Sale por la puerta y yo procedo a ducharme para quitarme todo el azúcar. Cuando salgo, me pongo una ropa que Dama me ha dado, es muy de mi estilo, algo que yo misma me pondría seguro.
Nos despedimos de Dama, que ha quedado para ir a cenar con alguien, pero no quiere decirnos quién es. Ya lo averiguaré. Cuando me pongo a descubrir algo, soy el FBI.
Gavi tiene la moto en la puerta y nos montamos para ir a mi casa.
- ¿Un burger? - pregunta.
- Un burger - acepto, - pero no te saltes mucho la dieta, ¿eh?
Pedimos un burger y, mientras que llega, vemos una película en Netflix: Fuimos canciones, una película que me han recomendado mis mejores amigas Paula y Laura, a las que echo mucho de menos. Después de terminar de comer y de terminar la película, estamos casi dormidos.
- ¿Me puedo quedar a dormir? - pregunta, haciendo un puchero.
- Claro que sí, Gavi.
Nos lavamos los dientes y nos vamos a dormir. Apoyo mi cabeza en el pecho de Gavi y cierro mis ojos.
- Buenas noches, pequeña. - susurra Gavi, dejando un beso en mi frente.

ESTÁS LEYENDO
Cúrame
Fiksi Penggemarʟᴀ ᴠɪᴅᴀ ꜱᴏɴ ᴄᴀꜱᴜᴀʟɪᴅᴀᴅᴇꜱ ʏ ᴛú ᴇʀᴇꜱ ᴍɪ ᴍᴀʏᴏʀ ᴄᴀꜱᴜᴀʟɪᴅᴀᴅ. - " Qᴜɪᴇʀᴏ ᴛᴏᴅᴏ ᴅᴇ ᴛɪ" - " ꜱé qᴜᴇ ᴛᴜ ᴄᴏʀᴀᴢoɴ ᴠᴀ ᴀ ʟᴀᴛɪʀ ᴘᴏʀ ᴍɪ"